domingo, 29 de mayo de 2016

RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (IV): CIVIL WAR

De vuelta en la nave maldita del capitán Garvyn, y con la extraña sensación de estar protegidos por una maldición, los aventureros regresaron a la nave. Ailyn estaba exhausta después de estar al borde de la muerte por ahogamiento mientras recuperaban el cadáver de Jacob, de modo que sus compañeros decidieron que no participara en las siguientes búsquedas. Después de dar tiempo a Bastian para que estudiara entre sus hechizos uno que les permitiera respirar bajo el agua, lanzó el hechizo sobre Balduin, Ronna y Berenice, que descendieron en alta mar en busca de los restos de Madelaine. Por suerte, los encontraron sin demasiados problemas, y mientras Balduin la llevaba a un lugar recogido en el interior de la bodega, el fantasma de Madelaine hizo su aparición, explicándole que había sido asesinada por Lucrecia Graben, que la había dejado morir tras el parto de su hija. Madelaine era consciente de haber sido desenterrada por los Graben, y de que la llevaban hacia Todstein, aunque no sabía por qué. Si el rescate de Madelaine no tuvo demasiada dificultad, si fue más complejo el del cuerpo de Charlotte, ya que mientras Balduin, Ronna y Berenice buscaban el cuerpo de la niña, fueron atacados por un banco de tiburones no muertos, que hirieron de forma seria a Balduin, aunque finalmente consiguieron destruirlos y recuperar el cuerpo de Charlotte. 



Con los tres cuerpos a bordo del barco, se dirigieron hacia Graven, y cerca de la isla, la nave volvió a tomar la forma con la que la habían conocido, así que fue el Resistencia el barco que entró en el puerto. La isla de Graven era una pequeña isla, y su principal población, homónima, se distribuía en una estrecha franja de terreno entre la montaña y el mar. Desde el barco, dos lugares llamaron la atención de los personajes: la mansión de lo Graben, que ocupaba todo un extremo de la isla, y un pequeño cementerio cerca de la playa. Desembarcaron en el puerto, y mientras Ronna recorría los comercios en busca de objetos mágicos, sin éxito alguno; Berenice y Bastian se dirigieron al cementerio; y Balduin y Kenzi a la posada. En la Oveja Negra, el paladín y el pistolero se encontraron con un lugar tranquilo en el que descansar y tomar algo, mientras descubrían que los Graben eran bastante respetados en el pueblo, aunque se mantenían apartados de la población, viviendo varias generaciones de Graben en el gran edificio. Mientras Berenice y Bastian exploraban el viejo cementerio, se encontraron con que la bruma subía desde el mar, rodeándoles de forma inquietante. Encontraron las tumbas de Charlotte, Madelaine y Jacob, y ninguna tumba con el apellido Graben. Después de descubrir que el lugar era bastante apartado, decidieron desenterrar la tumba de Charlotte, descubriendo Berenice que realmente, y como esperaban, estaba vacía. En su camino de vuelta a la aldea, se encontraron con una inesperada visita, la del espíritu de Dulcimae, la vistani que habían perdido en Har´Akir. Dulcimae les avisó de que el mal al que se enfrentaban era mayor de lo que esperaban, y les llevaría más lejos de lo que creían. Les aconsejaba que se mantuvieran juntos, y que resistieran... y entonces, desapareció. Tras reunirse con sus compañeros en la posada, y hacer algunas averiguaciones más sobre los Graben, volvieron al barco para recuperar los cuerpos de las tres víctimas de la familia y darles sepultura en el cementerio. Cuando consiguieron devolver los cuerpos a las tumbas, escucharon extraños sonidos procedentes del puerto, y con la maldición rota, pudieron ver cómo el Resistencia y el Capitán Garvyn desaparecían en un rayo de luz, abandonando por fin los mares de Ravenloft. 

Al anochecer, los aventureros decidieron explorar las tierras de los Graben, cruzando el puente que los separaba del resto del pueblo, y dirigiéndose de forma sigilosa a la mansión, descubriendo que estaba formada por varias edificaciones. Mientras exploraban una de las secundarias, Balduin y Bastian fueron descubiertos por uno de los familiares Graben, que a pesar de los intentos de Balduin de convencerle de su inocencia al estar allí, decidió despertar a sus familiares y atacar a los intrusos. Así, Bastian y Balduin descubrieron que los Graben eran algo más (o algo menos) que humanos, mostrando poderosos dientes y garras, y realizando un grave daño a Bastian en su primer ataque. Los Graben comenzaron a aparecer, mientras Balduin y el mago recibían la ayuda de Kenzi y Ronna que corrieron hacia ellos, y de Berenice, que utilizó su capa arácnida para escalar al tejado de la casa y dispararles desde allí. Los Graben eran más duros de lo que parecía, y los disparos de Kenzi hicieron que su presencia fuera conocida en la mansión, por lo que más y más Graben acudían cada vez. Kenzi y Berenice decidieron que debían retirarse, pues estaban mordiendo más de lo que podían abarcar, pero Balduin, Bastian y Ronna continuaban luchando contra los Graben. Finalmente, llegaron a la misma conclusión, y Balduin y Ronna comenzaron a retirarse, seguidos de varios Graben, pero Bastian quedó atrás, y para cuando quisieron volver a recuperarle, uno de los Graben ya se había hecho con él, hundiendo sus dientes en su cuello y sus garras en el pecho del mago, destrozándole ante la atónita mirada de Ronna. Balduin y Ronna trataron de recuperar el cuerpo de Bastian, con Ronna sumida en un frenesí berserker, y aunque consiguieron acabar con el Graben que había matado a Bastian, seguían llegando miembros de la familia de todas las casas, y sin duda, pronto se verían no solo superados en número, sino sin duda aniquilados. Finalmente, Balduin cargó con Ronna y huyó con ella hacia el río, pidiéndola que viviera para vengar a su hermano. Finalmente, Balduin y Ronna se reunieron con sus compañeros, que habían huido a través del puente, que de momento los Graben habían decidido no cruzar. 

Desde la casa Graben y dejando tras ellos el cadáver de Bastian, los aventureros volvieron a la Oveja Negra, donde Ronna comenzó a los Graben de asesinar a su hermano. Un guardia presente puso lo ocurrido en tela de juicio, y llevada por la situación, Ronna le golpeó. El guardia llamó a sus compañeros, y varios guardias hicieron pronto su aparición, mientras Lady Berenice aprovechaba el caos para escabullirse. Los guardias de la aldea les pidieron que fueran con ellos, y tras alguna discusión, finalmente les escoltaron, junto a otros diez guardias, a la Casa de Guardia. Allí, mientras Berenice espiaba lo que ocurría, los guardias quisieron desarmar a los personajes, que se negaron hasta el punto de que Kenzi comenzó a disparar a los guardias, acabando con uno de ellos, y haciendo que Balduin se lanzara contra él para intentar detenerle, aunque incluso desde el suelo continuó disparando el pistolero, hiriendo a un segundo guardia mientras Ronna trataba de convencerles de lo dolorosa que había sido la muerte de su hermano. Finalmente, Balduin consiguió desarmar a Kenzi, y Ronna se detuvo, rindiendo las armas antes de continuar la matanza. Los aventureros fueron encerrados después de que Balduin sanara al guardia herido, mientras Berenice enviaba a una muchacha con la noticia falsa de que estaban atacando la taberna, para intentar distraer a los guardias... 

domingo, 15 de mayo de 2016

RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (III)

El Resistencia tuvo que hacer frente al abordaje de las criaturas muertas vivientes que viajaban en el Tortura Eterna. Mientras por todo el Resistencia se sucedían las luchas, Lady Berenice, Ronna, Ailyn, Bastian, Kenzi y Balduin se enfrentaron a un grupo de estas criaturas, que consiguieron paralizar a Ronna, Ailyn y Balduin antes de que Berenice, Bastian y Kenzi consiguieran rechazarles y darles tiempo. Tras deshacerse de sus asaltantes, varios de ellos intentaron asaltar el Tortura Eterna, aunque Ailyn cayó al agua y Bastian tuvo que intentar ayudarla. Kenzi, Berenice y Balduin consiguieron llegar al Tortura Eterna para descubrir que el barco era una ruina flotante, cuyas tablas se hundían con poco peso, lo que llevó a Kenzi y a Balduin a caer hasta la sentina. Finalmente, consiguieron salir de aquella tumba flotante antes de que se alejara del Resistencia. 



Celebraron la victoria con grog a raudales, mientras las brumas seguían envolviendo el barco, Balduin intentó emborrachar al capitán Garvyn, pero se mostró más resistente de lo que el enano esperaba, siendo él el que cayó derrumbado por el alcohol y tuvo que ser llevado a su camarote. Mientras descansaban esa noche, Ronna y Berenice realizaron guardia, y escucharon un grito de "hombre al agua". De inmediato, Berenice saltó al mar mientras Ronna buscaba un cabo que arrojar. La elfa consiguió rescatar al marinero, y desde el agua fue testigo de un profundo cambio en el barco. El elegante Resistencia se transformó en un sombrío barco, lleno de humedad y jirones de vela, cubierto por la oscuridad y con el nombre de Nave del Horror. Sobre la cubierta, Ronna asistió al mismo cambio, viendo sorprendidos también a los marineros más bisoños, pero tristes a los más experimentados. Y en el interior, sus compañeros se encontraron en unos camarotes fríos y húmedos, Kenzi acudió a la cubierta, uniéndose a Ronna mientras Berenice trepaba por el barco para devolver al marinero caído, mientras Ailyn y Bastian se dirigían al camarote del capitán Garvyn en busca de explicaciones. Garvyn les rechazó, mostrando una sorprendente habilidad para manipular la forma del barco, y mientras, Balduin recibía la sorprendente visita de la pequeña Charlotte, a la que siguió a las bodegas, donde desapareció de nuevo. La cubierta se vio sacudida por un nuevo drama cuando un fantasma aullador hizo su aparición, una hermosa mujer joven que gritaba por su hijo perdido. Berenice se deslizó por el casco del barco hasta el ventanal de Garvyn, y aunque en principio también fue rechazada por el capitán, finalmente consiguió convencerle y fue aceptada por el capitán en su camarote. Garvyn aceptó que, como estaban descubriendo Ronna y Kenzi entre los marineros, el barco estaba bajo una maldición que había caído sobre él por su responsabilidad. Cuando Berenice le sugirió al capitán que quizá pudieran ayudarle, Garvyn le entregó un diario de a bordo, y le pidió que volvieran al amanecer. Berenice se reunió junto a sus compañeros, y estudiando el diario, descubrieron que Garvyn había sido durante un tiempo contratado por la familia Graven, de la isla de Graben, para trasladar cadáveres a su mausoleo familiar, en la isla de Todstein. Había algunas incoherencias que el propio Garvyn señalaba, pero la realidad era que, en lugar de llevar varios de aquellos cadáveres a la isla de Todstein, los había arrojado al mar. Aquellos eran los espectros que recorrían el barco: Charlotte, Jacob y Madelaine. Mientras trataban de asimilar todo aquello, Balduin y Kenzi tuvieron un nuevo encuentro con Charlotte, que reconoció ser nativa de Graben, aunque no había oído nunca hablar de los Graven. Charlotte había muerto y sido enterrada en el cementerio familiar, de donde la habían exhumado, lo que hizo que Kenzi y Balduin comenzaran a sospechar de los dichos Graven y sus actividades en Graben y Todstein. 

Tras reunirse la mañana siguiente con el capitán, decidieron recuperar los cuerpos de Charlotte, Madelaine y Jacob del fondo marino, y llevarles de vuelta a Graben, ya que desconfiaban de la isla de Todstein, a la que los tripulantes del Resistencia habían temido como para preferir arrojar los cadáveres al mar en lugar de llevarles hasta la isla. Finalmente, decidieron recuperar primero el cadáver de Jacob, cerca de la costa de Todstein, Garvyn sacó el barco de las brumas, y lo llevó hasta las cercanías de Todstein, un lugar desapacible donde el agua parecía hervir. Berenice, Kenzi, Balduin, Ronna y Ailyn descendieron al buscar los restos de Jacob, utilizando el ancla del barco para llegar rápidamente al fondo del mar. Allí, con Balduin utilizando su escudo como fuente de luz, exploraron el fondo, aguantando la respiración, hasta que Berenice encontró los restos. Balduin y Ronna consiguieron rescatar el cuerpo, y de inmediato empezaron a volver a la superficie, aunque la subida fue dura, y Ailyn estuvo a punto de no conseguirlo. Mientras, arriba, Bastian y el resto de la tripulación del barco tuvieron que hacer frente al asalto de un gigantesco kraken cuyos tentáculos rompían el barco y amenazaban con arrastrarlo al fondo del mar. Para luchar contra él, Bastian recurrió a los poderes oscuros, lanzándole una poderosa maldición... lo que atrajo sobre él la atención de los Poderes Oscuros de Ravenloft, atención de la que Berenice fue testigo, ya que fue la primera en emerger. El kraken rompió el barco, y Berenice logró que el ancla que utilizaban como guía sus compañeros no se perdiera utilizando las redes de su capa. Ronna pudo subir al barco también y sostener el ancla, mientras finalmente Bastian caía al agua. Ailyn comenzó a ahogarse, aunque consiguió rescatar el cuerpo de Jacob para que no fuera arrastrado por las corrientes, y Balduin pudo sanarla en última instancia, en las mismas puertas de la muerte. El barco fue arrastrado por el kraken al fondo del mar, y tuvieron que nadar hacia Todstein, ayudados por los tripulantes que habían conseguido botar algunos botes, o apoyándose en restos del navío. Alcanzaron la isla, un lugar gélido en el que se vieron obligados a acampar en una estrecha playa, y donde no había restos de los cadáveres que el Capitán Garvyn había dejado allí... pero al amanecer, el Nave del Horror llegó hasta ellos, recuperado por su propia maldición y con el indestructible capitán Garvyn al frente...

lunes, 2 de mayo de 2016

RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (II)

Siguiendo todas las señales que les llevaban a embarcarse en el Resistencia, los aventureros subieron al barco en Port d´Elhour, averiguando que el barco, a cuyo frente se encontraba el Capitán Garvyn, se dirigía a Lamordia, transportando azúcar, pólvora, algodón y otras mercancías. Dispuestos a trabajar como marineros del Resistencia, se encontraron a bordo con otra extranjera en Ravenloft, una druida gnomo llamada Raven. La druida había llegado a Ravenloft junto a un grupo de guerreros, todos procedentes del bosque de Myth Drannor, donde durante el asalto de un nigromante, habían sido atrapados por las Nieblas que les llevaron a Souragne. Allí, Raven y los suyos habían intentado destruir al señor del dominio, el Lord Antoi Misroi, pero este les había destruido, siendo Raven la única superviviente, y que había embarcado, aún confusa y asustada en el primer barco que salía de Port d´Elhour.



Bastian y Ronna sufrieron el primer día los tormentos del mareo a bordo, especialmente Bastian, mientras sus compañeros cumplían diferentes funciones a bordo, haciéndose a la dura vida en el barco. Raven se escabulló, aún paranoica por lo que estaba viendo en Ravenloft, para comprobar que no había nada extraño en la carga del barco, pero sí que detectó un regusto a magia que se extendía por todo el barco, aunque cuando se dirigió al capitán para pedirle explicaciones, este se justificó explicándole que para que el barco pudiera surcar las Brumas, les hacía falta cierta magia... quizá un tanto oscura. Esa misma noche, mientras ella dormía y Lady Sombra y Kenzi cumplían labores de vigilancia en cubierta, Ailyn tuvo una extraña visita en el camarote que compartía con la Elfa. Llamaron a la puerta, y al abrirla, se encontró con un hombre confundido, una tal Jacob al que Ailyn no reconocía, y que buscaba su camarote. Ailyn se disponía a ayudarle, pero Jacob se esfumó en el oscuro pasillo. Sospechando de lo ocurrido, Ailyn despertó a sus compañeros, y aunque Kenzi y Balduin se mostraron un tanto reticentes, los demás exploraron el barco, sin encontrar nada extraño. 

El día siguiente llegó con una amenazante tormenta, aunque Raven consiguió deshacerla antes de que explotara sobre el Resistencia, continuando con su viaje hacia las Brumas. Al anochecer, mientras se dirigía a ayudar en las cocinas, la druida se encontró con una niña que parecía totalmente fuera de lugar en el barco. Se presentó como Charlotte, y buscaba ayuda para encontrar a su muñeca, Clara. Raven acompañó a Charlotte hasta su camarote, situado en las bodegas del barco. La niña le contó a la gnomo que sus padres la habían embarcado en el Resistencia, y que prefería permanecer en su camarote, pues los marineros le daban miedo. Raven encontró la muñeca de Charlotte, y se marchó de la habitación, aterida de frío. Al volver junto a sus compañeros, el camarote de Charlotte simplemente no existía. De nuevo, y a pesar de la reticencia de Ailyn, tuvieron un encontronazo con el capitán Garvyn, que se negó a reconocer si sabía algo sobre esas presencias en su barco, sobre Jacob y Charlotte, aunque Lady Sombra, que se deslizó por el exterior del barco para vigilar al capitán, le notó notablemente afectado cuando se marcharon del camarote.

Pasaron esa noche vigilantes, pero sin incidencias, y al amanecer, se dieron cuenta de que las Brumas habían llegado, y con ellas, un barco que comenzaba a amenazar el Resistencia, el Tortura Eterna, cargado de muertos vivientes que se disponían a asaltar el Resistencia...