sábado, 2 de abril de 2011

EL IMPERIO DE LOS KANES

            Durante las partidas de las Crónicas de Transilvania, uno de los jugadores, que pasa por aquí de vez en cuando como Svestrof, no para de decir, a modo de siniestra profecía “Verás tú cuando vengan los Mongoles” o “Que vienen los Mongoles”. A día de hoy, cuando escuchamos esa palabra “Mongoles” o “Mogoles”, nos viene a la mente a todos la imagen de fieros guerreros a caballo, y es muy posible que a la mente de muchos acuda un nombre: Genghis Khan. ¿Quiénes eran los Mongoles y por qué se convirtieron en el pueblo guerrero más importante de la historia? Eso es lo que veremos hoy en el Iconocronos.


           
            Todo comenzó con el nacimiento de un niño, que recibiría el nombre de Temujin, alrededor del año 1162 en Burjan Jaldun, miembro de una de las más poderosas familias mogolas, el clan Borjigin, uno de cuyos miembros, su abuelo Qabul, había recibido de los propios chinos el título de kan, debido a sus éxitos y arrojo al atacar el Reino Medio. Dicen que, cuando nació, Temujin agarraba un coágulo de sangre en su mano con fuerza, y que los videntes predijeron que ese niño derramaría una gran cantidad de sangre. Desde luego, un simple coágulo no haría justicia a lo que estaría por venir. Sin embargo, pese a su nacimiento privilegiado, Temujin creció prácticamente en la indigencia, ya que la muerte de su padre Yesugei envenenado por los tártaros supuso la retirada del apoyo de mucho de los clanes a la familia de Temujin, que se convirtió en una suerte de proscrito, junto a su familia, aunque su magnetismo personal le granjearía las simpatías de importantes personajes del momento, como el joven noble Jamuga (que sería anda, hermano de sangre de Temujin) o el kan Torghul, que le daría su primer puesto en el ejército mongol. Y junto a Torghul, y siguiendo las órdenes de los Yurchen de China, Temujin haría frente a las fuerzas tártaras que habían acabado con su padre, y a quienes los chinos habían utilizado para hacer frente a Qabul Kan, pero que ahora se habían convertido en una amenaza para el Celeste Imperio. Los mongoles triunfarían, quedando los tártaros subordinados a ellos y a China, pero tanto Torghul como Jamuga se sentirían pronto amenazados por el poder de Temujin.
            No estaban equivocados, pues poco después, Torghul y Jamuga serían derrotados por Temujin, que junto a su general preferido, Subidei, comenzaría una campaña de expansión y conquista de las tierras que rodeaban sus propios dominios. En 1206, se convirtió en rey de los mongoles, tras celebrar un kuriltai (reunión de los nobles) en Karakorum, tomando el nombre de Genghis Khan y el título de Gran Khan (Khagan). Durante los siguientes años, Genghis Khan continuó luchando para dominar a las tribus mongolas que le rodeaban y para la imposición de su ley, la Yassa. Y en cuanto tuvo bajo su mando a la totalidad de los guerreros mogoles, Genghis Khan dirigió el que había sido el sueño de los habitantes de las estepas asiáticas durante siglos: la conquista de China. Conquistó uno de los reinos chinos, Xixia, y llegó a la propia capital imperial, Pekín, aunque tendría que retirarse, pues el Imperio Chino era un enemigo demasiado formidable y que supondría un gran desgaste para los recientes ejércitos del Gran Khan, pero los mongoles no se olvidarían de China, aunque volverían su atención a occidente, donde tuvo que apagar algunas rebeliones en el Altai, para luego expandirse por las tierras del llamado Kanato de Kara-Kitai, donde los gobernantes turcos habían sido sustituidos por mongoles enemigos de Genghis Khan, pero fueron derrotados por otro de los hombres de confianza de Genghis, el general Jebe, que incorporó Kara-Kitai a los dominios del Gran Khan.
            La conquista de Kara-Kitai supuso el primer contacto entre los mongoles y un estado musulman, el Imperio Corasmio, en el actual Uzbekistán, un reino gobernado por el shah Mohamed II, y de gran importancia comercial, pues en él se encontraban las ciudades de Bujará y Samarcanda. Genghis Khan avanzó sobre Corasmia junto a sus generales, y en el año 1223, conseguía el control completo de la región tras derrotar al príncipe heredero Jalal al´Din. En los años siguientes, el Gran Khan llegaría a Rusia y el Cáucaso, pero finalmente, tendría que volver a Oriente, hacia la provincia Xia de China, donde finalmente moriría.
            Todas las operaciones de los Mongoles se detuvieron, mientras sus líderes se reunían de nuevo en Karakorum, donde sería elegido un nuevo Gran Khan, el hijo de Genghis Khan, Ogodei. Este continuaría la política expansionista de su padre, y la llevaría a un nuevo nivel. Aunque continuaría luchando en Oriente, Ogodei centraría su expansión el occidente. Acabaría con los restos de los corasmios, y dominó por completo Persia, acabando. Uno de sus generales, Batu-Khan, se introdujo en Rusia, llegando a eliminar al 50% de la población  y reduciendo los principados de la Rodina al vasallaje. Y en 1241, tras derrotar a polacos y alemanes y Liegnitz, y a los húngaros en Mohi, Europa se abría ante ellos. En ese momento, Ogodei moriría, y los ejércitos mongoles se retirarían de nuevo hasta la elección de un nuevo Gran Khan en Karakorum, pero en su camino devastarían gran parte de Hungría, Polonia, Lituania, Croacia y Bulgaria.
            El nuevo Khagan sería un nieto de Genghis, Mongke, aunque el más activo de sus generales sería su propio hermano, Hulagu, que desde su base en Persia, acabaría con el Califato Abbasida de Bagdad (que llevaba años siendo un gobierno títere de los turcos selyucidas, aunque se considera como último califa de Bagdad a al-Musta´sim, derrocado precisamente por Hulagu), y se dirigiría por Siria, Palestina y el Reino Latino de Jerusalén hacia Egipto, aunque de nuevo, la muerte Mongke y la necesidad de que todos los líderes mongoles se reunieran en el kuriltai detuvo la expansión de los Mongoles, siendo derrotado el general Kitbuqa, preferido de Hulagu, por los ejércitos mamelucos de Egipto, dirigidos por el sultán Qutuz y el general Baybars en una de las batallas decisivas para el curso de la historia: Ayn Yalut, en el año 1260.


            A la muerte de Mongke, el Imperio Mongol comenzaría a resentirse, y de hecho, prácticamente se dividiría en una serie de kanatos independientes. Kubilai Khan, nieto de Genghis, se dedicaría a luchar contra el Imperio Chino, y conseguiría derrotarles, poniendo finalmente el Reino Medio bajo el dominio de los Mongoles, imponiendo una nueva dinastía al frente de China, la Dinastía Yuan. Sería a Kubilai Khan a quien los Polo conocerían en su legendario viaje a Oriente. La mayoría de las tierras que habían pertenecido a Persia quedaron bajo el control del llamado “Iljanato”, y durante siglos, Rusia seguiría prestando homenaje a la llamada Horda de Oro.


            La muerte de Mongke Kan y la subida al trono chino de Kubilai Kan serían el punto y final a la historia de un Imperio que se había extendido desde Corea hasta Polonia, el Imperio más grande y que más tierras había acumulado en la historia. Sólo la muerte de sus dirigentes en determinados momentos hizo que la expansión de los Mongoles se detuviera, y nadie sabe qué podría haber pasado si Kitbuqa hubiera derrotado a Qutuz y Baybars en Ayn Yalut, o si en lugar de replegarse tras la muerte de Ogodei, hubieran continuado expandiéndose a través de la llanura húngara hacia el corazón de Europa.
            Una posibilidad interesante…

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