jueves, 25 de agosto de 2011

LA TORRE OSCURA I: EL PISTOLERO

               
 Durante mucho tiempo, estuve peleado con Stephen King. Bueno, fue una pelea unidireccional, él no tenía ni idea de ello, pero lo cierto es que, tras leer Insomnia, me prometí a mí mismo que nunca mais.  Y es que tras haber leído muchas novelas de este escritor de best-seller, y salvo la agradable sorpresa que recibí tras leer Eclipse Total (llevada al cine como “Eclipse Total” y protagonizada por la genial Kathy Bates y una más que eficiente Jennifer Jason-Leigh), me di cuenta de que, en mi opinión, las novelas de King adolecían de un grave fallo. Sus ideas de base son muy buenas, terriblemente originales. Pero las alarga tanto que él mismo se aburre de lo que escribe, y falla muchísimo en los finales. Así que nada, dije que nada más de King…
                Hasta que Marvel editó el cómic de “La Torre Oscura”. Guiones de Peter David, dibujo de Jae Lee. ¿Cómo me iba a perder eso? Sí, adaptaban parte una novela de Stephen King… bueno, no de una novela… de siete. Pero… Peter David… Jae Lee… Caí. Y caí hasta el fondo. La ambientación y la trama de “La Torre Oscura: El Nacimiento del Pistolero” me parecieron tan interesantes que decidí volver a picar, y leer los libros en los que se basaba el cómic. Eso ocurrió hace algunos años, leí los cinco primeros libros, pero por “cuestiones editoriales”, los dos últimos se me quedaron en el limbo, hasta que un amigo me los regaló para mi cumpleaños. Así que, a modo de refresco, decidí empezar desde el principio y leerme la saga de un tirón… más o menos, que ya he comentado varias veces que tengo múltiples frentes abiertos. De hecho, ahora mismo lo que estoy leyendo oficialmente es “Las Guerras de Dios”, una crónica sobre las Cruzadas de la que hablaré en su momento, pero he hecho un descanso entre la Tercera y la Cuarta Cruzada  para terminar el primero de los libros de King, que empecé a leer en la playa otra vez… ya que el de las Cruzadas directamente no me cabía en la maleta.     
                La Torre Oscura I: El Pistolero es sólo la primera etapa en un viaje que va a ser muy largo (seis libros más y considerablemente más gruesos que este primero), pero desde luego, es un primer paso de lujo. Su primera frase es ya casi mítica. “El hombre de negro huía por el desierto y el pistolero iba en post de él”. Una forma genial de arrojarnos a una historia in media res, ya que realmente, y durante mucho tiempo (es más, durante todo el primer volumen), no sabemos dónde nos encontramos, sólo que es un mundo que se parece a este… pero es muy diferente. ¿Un futuro muy, pero que muy lejano? ¿Un mundo paralelo donde en algún momento la historia se diferenció de la nuestra? Incluso tardamos mucho tiempo en conocer el nombre del protagonista, del pistolero, Roland Deschain, del Alto Linaje de Eld. Se nos deja ver que el mundo de Roland hace tiempo que desapareció, a causa de algo en lo que el hombre de negro, como poco, participó, y sabemos que hubo una guerra que provocó la desaparición del mundo de Roland, un mundo en el que los Pistoleros eran como los Caballeros del Rey Arturo, por decirlo de alguna manera: una élite con un código ético y moral muy rígidos.

                Así que, por algún motivo relacionado con esta guerra y la desaparición de la patria de Roland, y sabiendo sólo que las cosas han cambiado (“el mundo se ha movido”, dicen en varias ocasiones), Roland persigue al Hombre de Negro a través del desierto, y nosotros vamos con él. Aquí, King apenas lanza algunos fogonazos de lo que fue el pasado de Roland, lo suficiente para dejarnos ver la riqueza que se esconde bajo el mundo del Pistolero, y la justa para dejarnos con ganas de más y con la mosca detrás de la oreja, pues realmente, ni conocemos el motivo por el que Roland sigue al Hombre de Negro, y cuál es el objetivo final de la búsqueda del Pistolero.
                Y no penséis que cuando acaba el libro sabemos mucho más que cuando empezamos. Conocemos a Roland, conocemos al Hombre de Negro (con muchos nombres, porque es Marten Broadcloak, pero también Walter O´Dim, y probablemente muchos otros, como el Hombre de Negro del que se hablaba en los libros sobre brujería en el siglo XVI y XVII, ante el que juraban las brujas), y también lo que Roland está dispuesto a hacer para llegar al que es su objetivo final: alcanzar la Torre Oscura, centro y continente del Universo… de todos los Universos, aunque no sabemos muy bien qué pretende hacer Roland una vez que alcance su objetivo.
                Realmente, El Pistolero es sólo un vistazo, un pequeño paso dentro de lo que va a ser el mundo de la Torre Oscura, poco más que un entremés que nos anima a seguir adelante en la lectura, pero que no cuenta demasiadas cosas… aunque la novela está magistralmente escrita, con escenas auténticamente escalofriantes (los recuerdos de Roland sobre el ahorcamiento por traición del cocinero de Gilead, el antiguo dominio de su padre, Steven Deschain; o la aparición de los Mutantes Lentos en el cañón a través del que Roland y el joven Jake persiguen al Hombre de Negro… y bueno, inenarrable la escena en la aldea de Tull, realmente acojonante). En fin, no tardaremos mucho en seguir los pasos del Pistolero en post de la Torre Oscura… y espero que alguno de vosotros se decida a acompañarme.

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