lunes, 30 de enero de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: LA BATALLA POR EL NORTE (II)


                Con la llegada de los salvajes y los refugiados al Muro, Erwyn consiguió reunir un grupo de hombres hábiles con las armas, y tras prometerles tierras, los convirtió en un pequeño ejército, con el que emprendería el camino hacia el Oeste. Aunque antes, Olagun, el líder de aquel grupo de salvajes, decidió ponerle a prueba, una simple pelea con la hija de Olagun, de la que Erwyn salió victorioso. El nombre de la muchacha era Ygritte, y en el viaje de Erwyn y los demás hacia el Oeste, siguiendo la línea del Muro y sus fortificaciones, Ygritte se convirtió en la amante de Erwyn, con el visto bueno de Olagun. A su llegada a Torre Sombría, se encontraron con varios caballeros esperándoles. El Lord Comandante Mormont había avisado al Comandante Dennys Mallister de que Erwyn y los salvajes se dirigirían hacia allí en su camino a Puertoescarcha, y en Torre Sombría se habían tomado medidas para contener allí a los salvajes, aunque Erwyn fue invitado a cenar por el Lord Comandante. Dennys Mallister se mostró agradable con Erwyn, comentando con él las noticias venidas del sur, especialmente el duro golpe sufrido por Eddard Stark con el matrimonio entre Magaery Tyrell y Lancel Lannister, lo que había unido el Dominio a la Roca; mientras Jaime Lannister recibía el vasallaje de los Frey y el resto de las Casas de los Ríos convirtiéndose en el Señor de Aguasdulces. Tommen ya ha sido coronado rey en Roca Casterly, por lo que, con Tommen apoyado por Occidente, las Islas del Hierro, los Ríos y el Dominio; y Stannis gobernando sobre Rocadragón y el Valle, sólo Desembarco del Rey y Bastión de Tormentas seguían apoyando al Lord Protector, y al hijo nonato de Sansa Stark y Reny Baratheon. Sólo Dorne continuaba siendo una incógnita. Tras abandonar Torre Sombría y pasar Guardiaoccidente del Río, Erwyn y sus salvajes se encontraron con varios caballeros que exploraban la zona para Robb Stark, y que les comunicaron que el Joven Lobo estaba reuniendo sus fuerzas en Torreblanca para asaltar Puertoescarcha, a donde también se había dirigido Balon Greyjoy. Erwyn se dirigió de inmediato hacia Torreblanca.

                Mientras tanto, Percy y Fusk emprendían el viaje hacia Torreblanca, donde se reunirían los ejércitos del Norte, junto a los hombres liderados por Robett Glover, aunque entre los hombres, ya se hablaba de Fusk Aesirk como “el General de Oro”, ya que era él quien había reunido la mayor parte del ejército… y por la ostentación que hacía de su riqueza. Percy y Fusk llegaron a las ruinas de Torreblanca antes de que lo hicieran  los hombres de Robb. La pequeña ciudad había sido completamente devastada por los Hombres del Hierro, apenas quedaban los restos de la torre que daba nombre a la población, situada en un pequeño islote. Percy y Fusk exploraron las ruinas de la torre, encontrando una antigua caja que había pertenecido a Helwyn Aesirk, la tía de Fusk y madre de Oweyn… la mujer que había abierto las puertas de Torreblanca a los Hombres del Hierro. En la caja, además de algunas joyas, había un viejo diario, las anotaciones de Helwyn Aesirk sobre su vida en Torreblanca desde su matrimonio con Stefron Eld. Por lo que leyeron, Helwyn había comenzado a enloquecer tras su seducción en manos de Gwyddion, un hombre enigmático que había tenido varios enfrentamientos con el propio Lord Stefron, pero al que jamás nadie había conseguido expulsar de Torreblanca. Helwyn había caído en brazos de Gwyddion tras el nacimiento de su hijo pequeño, Edmund, y desde ese momento, el diario sólo hablaba de la “destrucción de la maldita Sangre de Eld”, y de que los sueños de Helwyn se habían llenado de pesadillas en las que ella misma acababa con las vidas de sus hijos (y así había sido, pues los Hombres del Hierro habían matado a todos sus hijos salvo Oweyn). Luego hablaba de que Gwyddion le había mostrado el Corazón… y ahí ya sus desvaríos se volvían incomprensibles hasta su última entrada “Ha llegado el momento de hacer arder la Sangre Maldita de Eld. Yo seré la llama que inicie el fuego. Oh, Discordia”. Por lo que sabían, después de escribir esas palabras, Lady Helwyn había permitido a los Hombres del Hierro tomar Torreblanca, y luego se había ahorcado.

                Los hombres de Robb Stark llegaron poco después, precedidos por la sobrecogedora imagen de una gran manada de lobos liderada por dos huargos, Viento Gris y Nymeria. Tras los lobos, llegaban los hombres. Los escudos de los Stark, los Bolton, los Aesirk, los Umber, los Mormont, Ryswell, Tallhart, Manderly, Karstark… se asentaban alrededor de Torreblanca, y el Joven Lobo se reunía con Robett Glover y sus consejeros más cercanos, además de Fusk y Percy. Lord Ulryk Aesirk se sorprendió al ver allí al menor de sus hijos, y más al saber que se trataba del “General de Oro” del que hablaban los hombres. Robb también agradeció a Robett, Fusk y Percy su presencia allí, y lo que habían hecho en Bosquespeso, lo que les permitía ahora dirigir la última lucha hacia Puertoescarcha. Fusk trató de exponer la cuestión de Ramsay Nieve (al que Roose Bolton defendió como “su hijo”, acusando de mentiroso y cobarde a Lord Manderly), pero su padre le impidió seguir. Mientras Robb, Percy y los consejeros planeaban el ataque a Puertoescarcha, Lord Ulryk le explicó a Fusk que el Joven Lobo ya sabía de las acusaciones contra el Bastardo de Bolton gracias a una carta enviada por Erwyn Aesirk, pero gran parte de su ejército estaba formado por hombres de los Bolton, por lo que de momento, la justicia sobre Ramsay Bolton debía esperar. Y en ese momento, se anunció la llegada de Erwyn Aesirk y sus salvajes. Reunidos finalmente en Torreblanca, y siguiendo el consejo de Percy Tormenta, se decidió que mientras el grueso del ejército atacaría Puertoescarcha, el propio Percy, junto a Erwyn, Fusk y algunos de sus hombres, entrarían en Corona de Hielo por uno de los viejos túneles que llegaban desde Puertoescarcha al interior de Corona. Fusk, además, llevó a Robb ante Catelyn, a la que mantenía oculta, aunque la presencia de su hijo no hizo mejorar a la mujer, que temía que pronto llegara la muerte de su hijo.

                El ejército del Norte finalmente emprendió el camino hacia Puertoescarcha, y Robb dirigió el asalto contra la ciudad, tomada por los Hombres del Hierro. Mientras, Percy, Erwyn y Fusk se dirigían al interior de Corona de Hielo para evacuar a Lady Sif Karstark, Lady Wanda Frey y la pequeña Fayna Aesirk, atrapadas por el asedio de los Hombres del Hierro. Sin embargo, se encontraron con que Corona de Hielo estaba vacío, hasta que llegaron a la sala del trono. Allí, todos los sirvientes y soldados aparecían muertos, alrededor de la sala, víctimas de la Muerte Negra. Y el trono estaba ocupado por Lady Sif, con los ojos negros, al igual que los de Wanda y Fayna, que se sentaban junto a ellas. Y en ese momento, hizo su aparición Gwyddion. “Me habéis robado mi Corazón, es justo que yo haga lo mismo”, dijo, y en ese momento, el propio Balon Greyjoy, rey de las Islas del Hierro, les atacó. Erwyn Aesirk le hizo frente, mientras Percy trataba de atacar a Gwyddion, que desaparecía dejando tras de sí sólo unos ropajes negros, y Fusk acudía a comprobar el estado de su madre y las otras mujeres, que estaban vivas, aunque ausentes. En el momento en el que Erwyn consiguió matar a Balon Greyjoy, las mujeres despertaron de su trance… y los hombres, muertos por la Muerte Negra, comenzaron a alzarse. Fusk y Percy corrieron junto a las mujeres, mientras Erwyn tenía que tener aún un nuevo lance con Balon Greyjoy, que se alzaba convertido en un Caminante Blanco. Erwyn tuvo que retirarse, y los tres se hicieron fuertes en el torreón que dominaba el puente que conducía de Puertoescarcha a Corona de Hielo, donde consiguieron encerrar a los espectros y a Greyjoy, prendiéndole fuego a los establos que allí había, acabando así con ellos. Mientras Erwyn se unía a la batalla, Percy se aseguraba de la seguridad de las rescatadas, y Fusk recorría la ciudad, encontrando finalmente con vida a su hija, Anisa Nieve. Robb Stark se alzó como ganador de la batalla, y al anochecer, la propia Asha Greyjoy era conducida ante él, herida pero aún orgullosa. Sin embargo, Robb no iba a castigarla. Los Lannister les habían prometido el Norte. Él, ahora, les prometía a los Hombres del Hierro el Dominio…



                Mientras todo esto ocurría en Puertoescarcha, en el Castillo Negro el Lord Comandante Mormont reunía a un grupo de Hermanos de la Noche, entre ellos Uther y Oweyn, explicándoles que partirían más allá del muro bajo el liderazgo de Ser Allyser Thorne. Con lo ocurrido en el Bosque de Dioses y los relatos que traían los salvajes, el Comandante Mormont necesitaba saber qué estaba ocurriendo Más Allá del Muro. Los elegidos comenzarían enseguida a preparar el viaje, y Jon Nieve acudía a Uther y Oweyn para explicarles que con ellos viajaría un cazador, Artik Karstark. Jon les contó que realmente Artik era Theon Greyjoy, ya que ellos ya le conocían, y les dijo que Theon viajaba para encontrar a Bran… o su cadáver. Les pidió que guardaran el secreto ante el resto de los Guardias, pero también que le vigilaran. Cuando salieron del Castillo Negro, cruzando el Muro, al volver la vista atrás, Oweyn pudo ver sobre el Muro a Ioana Skadi, la joven que le llamaba al Norte… Los Hermanos Negros exploraron de nuevo el Bosque de Dioses, donde los arcianos parecían haber llorado rojas lágrimas que habían enrojecido la sangre, y luego se dirigieron hacia el Torreón de Cráster. En el camino, Theon Greyjoy encontró un campamento abandonado por los salvajes, con las cenizas de las hogueras aún calientes y con restos de lucha… pero no había rastros de nadie.

                En el Torreón de Cráster, fueron acogidos a regañadientes por Cráster, que les dio de comer, aunque se negó a que aquellos jóvenes durmieran cerca de sus hijas-esposas, así que salvo Ser Allyser y alguno más, todos dormirían fuera. Cráster negó saber nada de Benjen Stark de Bran… y sobre los Otros y los salvajes, al fin y al cabo los Salvajes siempre decían que los Otros se movían… Esa noche, Oweyn vio a una de las hijas-esposa de Cráster incómoda y llorosa, y se escondió para poder hablar con ella. Su nombre era Eli, y estaba embarazada. Todo apuntaba a que daría a luz a un niño, y sabía que si tenía un niño, su padre haría lo mismo que había hecho con todos los varones. Abandonarle en el bosque, en manos de los Otros. Pidió a Oweyn que la sacara de allí, pero el joven se marchó junto al resto de los Hermanos Negros al día siguiente, dejando atrás a la muchacha. Tras abandonar el Torreón se dirigieron hacia el Puño de los Primeros Hombres, pero una noche, antes de llegar, poco después de quedarse dormido tras acabar su guardia, Oweyn fue despertado, y se encontró con Ioana Skadi, empuñando una daga de vidriagón manchada de sangre. Ioana había matado al Hermano que montaba guardia, y pidió a Oweyn que la siguiera, pues debían viajar hacia el Norte, hacia Discordia, pero los Guardias no podrían seguirles, pues en ese caso, la Puerta no se abriría. Oweyn despertó a Uther y a Theon, y siguieron a la muchacha, aunque Theon trató de explicarle a Oweyn lo que estaban haciendo: desertar de la Guardia de la Noche. Sin embargo, Oweyn y Uther decidieron seguir a la muchacha, hacia el Norte… hacia Discordia.

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