Hoy
finalmente he terminado de ver Espartaco:
Dioses de la Arena, la precuela que se grabó de Espartaco: Sangre y Arena mientras Andy Whitfield trataba de recuperar
la salud, con las tristes consecuencias son de todos ya conocidas. Para que la
franquicia no perdiera empuje, se decidió, acertadamente, por rodar esta
precuela, que nos habla de la historia de la casa de Batiato anterior a la
llegada de Espartaco.
Por
lo tanto, en Espartaco: Dioses de la
Arena, nos encontramos con los que probablemente sean los personajes más
carismáticos de la primera temporada: John Hannah como Batiato y Lucy Lawless
como la sin par Lucrecia. Junto a ellos, asistimos a los antecedentes de personajes
ya conocidos, como Crixo, que aparece como un esclavo recién comprado; Naebia;
el sirio Ashur, Salonio, Enomao, Barca… Y a ellos se unen nuevos personajes.
Tito Batiato, el padre de Quinto; Gannicus, el campeón del ludus; el lanista
Tulio y su ad latere Betio, rivales
de Batiato; Melita, la esposa de Enomao; Gaya, una patricia romana amiga de
Lucrecia… Y así, hasta completar un reparto de lo más digno para esta serie que
roza la genialidad.
Y
es que, si Sangre y Arena fue una
serie que mejoró con el tiempo y que iba mejorando capítulo a capítulo, Dioses de la Arena ha sabido aprovechar
desde el principio las grandes bazas argumentales de la temporada anterior, y
ya entramos en faena desde el primer episodio. La serie es todo un manual de
traiciones, manipulación y juegos políticos, sin perder en ningún momento ese
punto morboso que le dan la sangre y el sexo, que no pierden el lugar destacado
que ya tuvieron durante la primera temporada, adquiriendo incluso mayor
importancia argumental muchas de las escenas que anteriormente hubieran sido
mero relleno para disfrute del ojo. Y es que en el cásting de Dioses de la Arena, una de las cosas que
ha seguido primando es el hecho de que sus protagonistas se van a pasar la
mayor parte de la serie con muy poco ropa encima… o ninguna.
En
fin, una serie que ha sabido jugar hábilmente con el tiempo y las mejores bazas
de su primera temporada, limando detalles y mejorando en muchos puntos, hasta
concentrar en seis episodios de cincuenta minutos una gran historia. La segunda
temporada de la serie propiamente dicha ya está en antena, con un nuevo
Espartaco y sin muchos de los personajes que han hecho grandes la primera
temporada y su precuela, sólo espero que esté a la altura y no desmerezca.
Genial precuela, ya estoy ansioso de que estrenen en España: Venganza. Que hace meses que acabó en USA, aver si este verano..
ResponderEliminarAdemás mola juntar a Spartacus y Galicus.