jueves, 12 de abril de 2012

X-FORCE: NACIÓN DEATHLOK


                Todo aquel que se mueva por el mundo del cómic, sabe que Imposibles X-Force, la obra de Rick Remender, se ha convertido en una de las series de referencia en el panorama comiquero de hoy en día. Su primer arco, La Solución Apocalipsis, ya dejó una profunda huella en todos los lectores por su sorprendente final y el trasfondo por el que Remender se mueve, apelando a la parte más controvertida de las motivaciones y éticas de los componentes del equipo, que son, ya de base, discutibles.


                Ahora, Panini nos ha traído el segundo volumen de Imposibles X-Force, Nación Deathlok, y Remender parece decidido a continuar sorprendiéndonos a todos con sus giros argumentales, pero sobre todo, con su forma de profundizar en los conflictos internos de los personajes, poniéndoles en situaciones moralmente incómodas. Y es que, aunque cuando vi la alineación de X-Force (Lobezno, Arcángel, Mariposa Mental, Fantomex y Masacre) me imaginaba una serie de acción desenfrenada, lo cierto es que sin que esta falte, Remender parece decidido a poner el peso de sus guiones más en el interior que en el exterior de sus personajes.

                En Nación Deathlok, Remender juega hábilmente con varios factores, conjugando diferentes argumentos que en principio parecen no tener nada que ver entre ellos para crear una compleja historia, bastante entretenida de leer. Remender retoma El Mundo, aquella creación de Grant Morrison en las páginas de New X-Men en la que de desarrollaban los experimentos del Proyecto Arma-X, y lo mezcla con uno de esos personajes que aparece y desaparece de vez en cuando entre los secundarios de la Casa de las Ideas, Deathlok, y el propio ascenso de Apocalipsis como señor del futuro. Además, el tomo incluye otros tres números de X-Force, con el enfrentamiento entre el equipo de Lobezno y los Cosechadores dirigidos por Dama Mortal, y el siniestro retorno del Rey Sombra, que ha tenido sus más y sus menos en el pasado con Mariposa Mental, aunque esta vez, su atención parece estar puesta en el que es sin duda el personaje que más peso va a tener en el futuro cercano de la serie: Arcángel. Y yo me alegro, la verdad, ya que Warren Worthington es, en sus diversas encarnaciones, uno de mis personajes favoritos de Marvel. Así que me parece genial que el protagonismo no recaiga exclusivamente en Lobezno, que es lo que ocurre normalmente y lo fácil.


                En lo relativo al dibujo, Imposibles X-Force: Nación Deathlok cuenta con tres dibujantes, cada uno de ellos diferente del resto, pero que consiguen darle cierto tono de unificación al tomo, y continuidad con el arte de Jerome Opeña en La Solución Apocalipsis. El peso principal del tomo recae en Esad Ribic, un dibujante que se suele prodigar poco más allá de algunas portadas, o libros realmente especiales como su Loki. Y no sé por qué, pero no termina de convencerme en sus números de X-Force, como tampoco lo hace ninguno de los otros dos dibujantes que comparten con él cartel: un desastroso Rafael Albuquerque y un Billy Tan sorprendentemente oscuro, apagado, y que no parece el mismo dibujante que realizó varios arcos de la anterior encarnación del equipo, alternándose con Clayton Crain. Quizá sea el color, pero lo cierto es que el apartado estético es el que menos me gusta del tomo.

                En fin, un gran trabajo a nivel de guion (incluso mejor en los números posteriores a Nación Deathlok que en el mismo arco en sí) que augura grandes cosas por venir. Y de hecho, este mismo mes, tenemos el especial sobre Miedo Encarnado de X-Force, y es sin duda uno de los mejores tie-in que veremos sobre la saga de la Serpiente. Un gran presente, que traerá, espero, un gran futuro.

2 comentarios:

  1. Este tomo me ha dejado absolutamente encantando. Me lo he pasado bomba, Remender va usando toda la rica mitología de los personajes y ahora le dará un vuelta de tuerca más a la Era de Apocalipsis

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  2. Puede ser muy interesante un planteamiento actual del mundo de la Era de Apocalipsis, y más con estos personajes. Y yo insisto, estoy seguro de que con Arcángel hay algo gordo.

    Que no me lo maten, por Dios, que no me lo maten...

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