¿Os
podéis creer que un friki como yo no haya visto nunca uno de esos iconos del
cine de terror que es Hellraiser? Pues chicos, así es. No la he visto. Y sin embargo,
me encanta Clive Barker, su libro Sortilegio
es una de mis lecturas favoritas, y el mundo que creó en Razas de Noche (tanto en la película
como en el libro, Cabal), me parece
absolutamente fascinante. Y hace unos días, el genial Natán tuvo el detallazo
de regalarme un ejemplar de la novela Hellraiser,
publicada en inglés originalmente como Hellbound
of Heart, pero que ha terminado finalmente conociéndose con el mismo nombre
que la película.
Hellraiser es una novela cortita, apenas
ciento ochenta páginas (y con un tipo de letra grande) en su edición en
español, obra de la Factoría de Ideas. Es decir, con la letra un poco más
apretadita, se quedaría en un relato corto un poco largo, uno más de los que
han formado sus antologías de relatos, los Libros
de Sangre. Y en esas pocas páginas que forman la historia de Hellraiser, podemos ver a un Clive
Barker en estado puro. Hellraiser es
una historia de terror y fantasía a partes iguales, y al igual que otros
escritores que pudieran tener un estilo parecido (Neil Gaiman, por ejemplo),
parte de ese terror procede precisamente de la fantasía y viceversa. La
existencia de mundos ajenos a este, a criaturas que son completamente
inhumanas, son la base de este terror que maneja Barker con auténtica maestría,
y que nos recuerda que, como se dice, “el auténtico terror es una rosa que
canta”.
La
historia de Hellraiser es, realmente,
bastante sencilla, y se mueve alrededor de cuatro personajes: el matrimonio
formado por Rory y Julia, Frank, el hermano del primero, y Kirsty, una joven
amiga. Estos cuatro personajes se mueven alrededor de la existencia de unos
seres, los cenobitas, o la Hermandad de la Hendidura, criaturas extradimensionales
que son convocadas por una “caja mágica” (un concepto también recurrente en la
fantasía moderna) y que según se dice, son capaces de provocar un placer
incomparable. Pero el placer y el dolor a veces están muy cerca, de modo que no
todo es lo que parece y los cenobitas son más terribles que sensuales. Con estos
conceptos, Barker escribe esta novela, de una forma quizá algo apresurada, y
sin duda demasiado breve, ya que creo que es un argumento que, sin llegar a la
extensión que ha tenido por ejemplo Sortilegio,
podría haber dado bastante más de sí.
Una
lectura ligera, recomendable, y por la que doy gracias de nuevo a Natán. ¡¡A
leer todos el Foolipity!!
muy bueno, la leeré si la consigo...
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