Este fin de semana ha estado
marcado por el símbolo del murciélago que ha dominado todas las ciudades. Ha
llegado Batman: Dark Knight Rises, y
tras un fin de semana de estreno comiquero, obviamente toca hablar de ello en
el Iconocronos. Y vamos a hacerlo, dejando atrás y con el mayor respeto a la
desgracia que ha traído el estreno de esta película, con unos catorce muertos y
cincuenta heridos de momento por culpa de un gilipollas en una sala de cine en
Denver. Hay chalados por todas partes, y le ha tocado a Batman como podía
haberle tocado a Madagascar…
Ahora, hablemos del Murciélago. Y
a partir de aquí, alerta, ¡AVISO DE SPOILERS!
Esta nueva entrega de Batman
comienza ocho años después de los acontecimientos que pudimos ver en El Caballero Oscuro, ocho años después de
la muerte de Harvey Dent, y de que Batman y el Comisario Gordon acordaran
culpar al primero de todo lo que había hecho Dent, convertido ya en Dos Caras,
para salvar la imagen de este y promover la Ley Dent contra el crimen
organizado. El nivel de criminalidad en las calles de Gotham ha descendido bajo
mínimos, un millar de criminales peligrosos se encuentran encerrados en
Blackgate bajo los auspicios de la Ley Dent, y Batman ha desaparecido. Y con
él, el propio Bruce Wayne, convertido en un espectro dentro de su propia
mansión. El momento del cambio llega cuando a través de la talentosa ladrona a
la que llaman “la Gata” y de las investigaciones de James Gordon y de un joven
y comprometido policía, John Blake, Batman descubre la presencia en Gotham de
un mercenario temido a nivel internacional, llamado Bane. La presencia en
Gotham de Bane hace que no sólo Batman vuelva, si no que también lo haga el
propio Bruce Wayne, que conocerá a quien será su pareja en esta ocasión, una
rica y exótica filántropa llamada Miranda Tate, que muestra un gran interés en
formas de energía seguras y ecológicas, y en concreto, en un reactor de fusión
generado por Industrias Wayne, pero dejado de lado debido al peligro de que
alguien, con los conocimientos adecuados, pudiera utilizar este generador como una bomba.
Con
las piezas dispuestas sobre el tablero, Nolan va moviendo las diferentes
tramas, exponiendo el avance del reparto de lujo con el que cuenta tanto en la
historia como en momentos en los que aprovecha para que conozcamos mejor a los
personajes que nos presenta. Obviamente, los planes de Bane para la ciudad van
más allá de los que tiene la persona que lo ha llevado a ella, un hombre de
negocios arribista que planea tomar el control de Industrias Wayne, ansia que a
pesar de sus esfuerzos y la presencia de Bane, se ve frustrada por Lucius Fox y
Miranda Tate, pero como he dicho, esto era solo una excusa. Los planes de Bane
van mucho más allá de las ambiciones empresariales de un hombre, pues pronto
descubrimos que el mercenario es más que eso, y planea volver a Gotham contra
los hombres corruptos que dirigen la sociedad. Tras apartar a Batman del juego
(momentazo, claro, el enfrentamiento entre Bane y Batman, y como se quiebra el
Murciélago), Bane se hace con el control del reactor de fusión, convirtiéndolo
en un arma, aparta Gotham del resto de Estados Unidos, encierra a la policía en
las alcantarillas, libera Blackgate y convierte Gotham en una ciudad
revolucionaria… o más bien, en una distopía. Y mucho más allá de esto, Bane,
expulsado de la Liga de las Sombras, es continuar con los planes que Ra´s
al-Gul tenía para Gotham: la destrucción total de la que consideraba una ciudad
absolutamente corrompida.
Y hasta aquí voy a contar del
argumento, que una cosa es meter algún spoiler que otro, y otra muy distinta
destripar la película. ¿Qué encontramos
cuando vemos Batman: La Leyenda Renace? A un hijo aventajado de sus dos padres,
Batman Begins y El Caballero Oscuro, y que se parece más a la primera que a la
segunda. A pesar de tomar elementos de El
Caballero Oscuro, esta tercera entrega de Batman continúa las tramas de
Batman Begins, y a pesar de que murió en la primera parte de la saga, todo lo
que Bane hace y todo lo que ocurre en la cinta, ocurre para que el plan de Ra´s
al-Gul de destruir Gotham se cumpla. La narrativa, los planteamientos, el
desarrollo de las tramas que se plantean lo hacen según el estilo que Nolan ha
llevado en las dos primeras partes, encadenando tramas y situaciones, mezclando
escenas de acción desenfrenada con momentos más intimistas, o narraciones del
pasado. Y todo ello, apoyado por una BSO, obra de Hans Zimmer, que vale su peso
en oro.
A nivel reparto, todos los
actores cumplen bastante bien con su papel. Quizá lo más extraño sea el doblaje
que se ha hecho a Bane, Catwoman y Miranda Tate. El primero, tiene un acento de
lo más extraño en muchas ocasiones casi cómico. Catwoman es un poco… lánguida,
pero lo dicho, creo que es un poco problema de traducción. Y en fin, alguien
decidió que Miranda Tate tenía que tener también un acento peculiar, supongo
que porque la actriz que la interpreta es francesa… Reparten personaje Christian Bale como
Batman, Morgan Freeman en el papel de Lucius Fox, Gary Oldman interpretando al
Comisario Gordon y Michael Caine como Alfred; y además hay “cameos” de Aaron
Eckhardt poniendo la imagen del fallecido Harvey Dent, Liam Neeson (Ra´s
al-Gul) y Cyllan Murphy (el Espantapájaros en las dos entregas anteriores,
convertido aquí en el juez de Bane para los ricos y poderosos de la ciudad). A
ellos se suman Anne Hathaway (probablemente la Catwoman más controvertida de la
historia, y que sale de la película aprobando), Marion Cotiliard (Miranda
Tate), Tom Hardy (un Bane más que digno, no tan inmensamente grande como el de
los comics, pero de lo más intimidante), y Joseph Gordon-Levitt, que interpreta
a John Blake, un policía asignado al mando de Gordon, y probablemente el
personaje mejor desarrollado y que más dará que hablar de la película.
Sobre las influencias comiqueras…
Pues la mayoría son bastante obvias. Es decir, con Bane de por medio, tenía que
aludirse a las historias de La Caída del
Murciélago, como referente principal. Además de ello, Nolan cuela muchas
otras referencias o “inspiraciones”. Vemos a Bruce con un exoesqueleto (o parte
de él) semejante al que lleva en Kingdom
Come, la situación de la ciudad tras el ataque de Bane es la misma que
Gotham tiene en la saga Tierra de Nadie,
la persecución de Batman por parte de la policía de la ciudad y cómo Gordon la
ve desde televisión recuerda poderosamente a muchas viñetas de Año Uno. Incluso
aparece Holly (aunque no se la nombra en ningún momento), la compañera de
Selina Kyle. Y muchas más cosas, seguro que se me olvida alguna ahora mismo, a
pesar de que ya llevo dos visionados. Pero incluso más allá de los cómics,
encontramos en Dark Knight Rises
alusiones e inspiraciones de nuestro propio mundo, especialmente en los
villanos. El discurso que Bane lleva al extremo es de la indignación contra las
clases gobernantes, Catwoman nos habla de “la tormenta que se acerca, en la que
unos pocos os daréis cuenta de cómo pensasteis que podríais tener tanto dejando
tan poco para los demás”, vemos maniobras corporativas y diálogos sobre como la
globalización de la información (móviles, internet, redes globales…) afecta a
los individuos, todo ello temas candentes hasta el punto de que uno puede
encontrarse estando de acuerdo con buena parte de los discursos del propio Bane…
lo que da un poco de miedo, la verdad.
Pero eso es lo bueno de Batman y
de como Nolan lo ha enfocado siempre… que está más cerca de lo que podríamos
imaginarnos.
Gran película. No al nivel de The Dark Knight (que la tengo tan mitificada que es IMPOSIBLE), pero genial se mire por donde se mire. Una vez más, Nolan no me defraudó (y que siga la racha).
ResponderEliminarY muy bien eso de avisar de los spoilers, no sea que destripes muchas cosas soprendentes a algún incauto.
Ah. Y que no os sorprensa que, tarde o temprano, aparezca algún Bane para poner las cosas en su sitio... :P
Recomendada.
Si es que hay mucho desalmado que va por ahí soltando spoilers... ¿A que sí?
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