Bueno,
hoy toca echar un vistazo atrás, hacia un personaje que no es habitual del
Iconocronos. Y es que en las últimas semanas, por culpa de (o gracias a)
Oneyros, he estado leyendo el Daredevil
de Frank Miller, cubriendo así uno de los muchos huecos de mi formación
comiquera, y el resultado final merece un post en estos, mis dominios.
Bueno,
ya he dicho varias veces en diferentes posts que tengo problemas con los cómics
“antiguos”. Mi coleccionismo es hijo de los primeros noventa, mi crianza ha
sido con Jim Lee, Liefeld (sí, así como suena), Peter David y Stroman, las
sagas de Thanos, los Hijos de la Medianoche… Y hay muchas “obras de culto”
anteriores a este momento que no encajo del todo bien (bueno, salvo en la
Patrulla-X, obviamente). Por ejemplo, un mito como La Guerra Kree-Skrull, me
pareció aburridísima. Así que cuando Oneyros me insistió en que leyera el
Daredevil de Miller, lo hice con esa mezcla de interés y “verás como no me
gusta” que suelo tener en estas ocasiones.
Los
primeros resultados fueron positivos, y sorprendentes, porque resulta que la
llegada de Miller a los lápices de Daredevil coincidió con una aventura con la
Viuda Negra y los Anihombres que en algún momento había pasado por mis manos
cuando era un crío, así que encima la cosa se cargó de cierto sentimentalismo. Pronto,
Miller se hizo cargo de los guiones, y terminaría dejando los lápices para
dedicarse solo a la narración… y la serie ganó varios enteros. Y es que Miller
como guionista es un puñetero crack, pero como dibujante, no es nada del otro mundo.
La primera época de Miller en Daredevil estuvo marcada por la aparición de su
personaje fetiche en Marvel, Elektra, el encumbramiento de Kingpin como máximo
enemigo del Diablo Guardián, cambiando de la órbita de Spiderman a la de
Daredevil; la transformación de Bullseye de un enemigo más a un personaje
absolutamente emblemático y letal… ¿Corresponde el estatus de “mito” de esta
historia con mi percepción?
Sí.
La verdad es que sí. La historia es trepidante. Los personajes, geniales. La
trama, una joya. Genial, de verdad. Luego Miller dejó la serie (tenía que
revolucionar DC también, después de lo que había hecho en Daredevil, era obvio
que tenía un hueco en Batman), y esta… bueno, Dennis O´Neill, David Mazzuchelli
y otros guionistas y dibujantes hicieron un trabajo bastante irregular. La estructura
de “río” narrativo de Miller se perdió en favor de episodios autoconclusivos,
algunos bastante nefastos y poniendo a Matt Murdock en situaciones más
pintorescas que interesantes.
Miller
tenía que volver. El Diablo Guardián merecía volver a lo más alto. Y a lo más
bajo. Y lo hizo en una novela gráfica, Amor y Guerra, que serviría de prólogo a
la que probablemente sea la más aclamada etapa de la historia de Daredevil:
Born Again. En Amor y Guerra, Miller
hace tándem con Bill Sienkiewicz. Y Amor
y Guerra es una OBRA DE ARTE. Pero así, en todos los sentidos. Supongo que
mi relación con Sienki también es peculiar, y ha mejorado con los años. De crío
leí cosas, como alguno de sus números de Nuevos Mutantes, y me parecía… raro.
Quizá desconcertante sea la palabra. No creo que sea un dibujante con un dibujo
que un niño pueda apreciar. Con el paso de los años he releído obras suyas, he “descubierto”
a Bill Sienkiewicz. Y asumiendo que es uno de los más grandes dibujantes de la
historia del cómic, Amor y Guerra es
uno de sus mejores trabajos. Cada página, cada viñeta, cada detalle, es digno
de admiración y estudio. Y por supuesto, la trama que Miller desarrolla para
que Sienki la plasme en viñetas, es absolutamente perfecta. Víctor, el
adversario de Daredevil en esta ocasión, es un auténtico psicópata
perfectamente plasmado, Kingpin es… bueno, indescriptible. La araña monstruosa
en el centro de una historia que envuelve como una telaraña a personajes y
lectores.
Born Again llega justo después y es
considerada por muchos la mejor trama de Daredevil. A mi me ha gustado mucho
más Amor y Guerra. Pero el “Nacido de
Nuevo”, el regreso oficial de Miller a la cole regular de Daredevil, con
lápices de un espléndido Mazzuchelli (al que muchos dibujantes posteriores de
esta colección han seguido incluso en épocas recientes, y del que podemos ver
influencias en Michael Lark, David Aja y otros). Para Born Again, Miller destruye todo lo que Daredevil y Matt Murdock
significan. Karen Page, la antigua novia de Murdock, revela que este es
Daredevil, Kingpin lo averigua… y como un gato con un ratón herido, el señor
del crimen comienza a jugar, destruyendo todo lo que rodea a Daredevil,
arrojándole a una espiral de perdición que sólo acaba cuando toca fondo, y Matt
no tiene más remedio que tomar el único camino que le queda. Hacia arriba.
Matt
Murdock, Glorianna O´Brenn, Foggy, Kingpin, Ben Urich… todos se convierten en
piezas de un historia excelente, la bajada al infierno y ascenso de Daredevil,
quizá con un final un poco metido con calzador, pero que en su desarrollo, es
absolutamente adictiva.
Así
que, si alguno queda por ahí sin leerla, que lo haga. Y si me tengo que quedar
con un momento de toda esta historia, de toda esta trama… Mucha atención a la
conversación entre Daredevil y Bullseye que tiene lugar en el último número de
la primera etapa de Miller. Es absolutamente acojonante.
Acojonante,
de verdad.
A mi lo que (más) me gusta de esta historia es que me parece que ofrece una razón estupenda de por qué los superhéroes tienen identidad secreta (tenían, eso está pasado de moda, hoy en Marvel sólo tiene de eso Spiderman, y porque está fuera de continuidad desde el mefistazo). Toda la caída de Daredevil, los peores ratos que ha pasado en toda su existencia vienen porque se descubre su identidad secreta. Y ni siquiera es necesario que se haga pública, basta con que la conozca una persona que no debe.
ResponderEliminarPor lo demás, de Born Again ya se ha dicho todo, así que poco puedo añadir yo. Yo me la leí por primera vez en cómodos plazos como complemento del Spiderman de Milgrom (ay, Forum xD) con lo que perdía bastante. Cuando la releí toda seguida ya fue otra cosa.
Puestos a confesar manías, diré que si tú te destetaste con Lee, Silvestri y compañía, yo soy más antiguo y mi escuela son Byrne, Perez, Buscema et al. Así que el dibujo este como caricaturesco, de cuatro rayas de Mazzuchelli me gusta más bien poco. Lo tolero porque me entero de lo que pasa y los rostros son más o menos expresivos, pero ni en broma es mi estilo favorito. Y a todos sus hijos creativos tipo Lark y compañía, que dibujan lo mismo de poco y encima les entintan con un algodón para emborronar no los soporto de ninguna de las maneras. Muerte y destrucción para todos ellos. Menos para Aja, que tampoco me hace tilín pero por lo menos dibuja clarito y sé lo que estoy viendo.
PS: Sobre la guerra Kree-Skrull no te voy a convencer, pero insisto en lo que digo siempre: leer esa historia suelta es un error, es el clímax de un montón de subtramas que Roy Thomas venía arrastrando desde cuatro años antes y que ató todas a la vez con una pirotecnia impresionante para la época. Si se lee la historia suelta las subtramas no se entienden y la pirotecnia es horriblemente anticuada.
Eso no quita que Neal Adams dibujaba de vicio, pero sus personajes eran en muchas ocasiones muy estáticos y que Roy Thomas tenía un estilo muy apegado a lo que en su tiempo se consideraba "literatura" y que ya era viejo diez años después, ni te cuento pasada toda una generación. No te voy a vender yo ahora que esta historia sea un clásico intemporal, que no lo es. Pero su calidad reside en justamente todo lo anterior.
Pues fijate, Er-Mu, en cosa de dibujo, me gustan como dos estilos muy diferentes. Por un lado, los "preciosistas", del estilo de Jim Lee, Silvestri y compañía... y por otro los más "oscurantistas", como Jae Lee, Maalev, e incluso... ¡Clayton Crain! Je, je ,je. Nah, tío, cada cómic, como cada libro y cada historia, son hijos de una época. Y fuera de esa época, caen mejor o peor. Por eso me encantó leerme vuestro trabajo en el libro de los Vengadores, ahí se podía ver cada época en su contexto, cada historia dentro de su sitio...
ResponderEliminarPues que me culpes de algo asi no es algo que me averguence ni mucho menos :D.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado y es una obra clave para la historia del cómic. En cuanto a Amor y Guerra, es una auntentica delicia, pero lo cierto es que Born Again tiene una transcendencia mucho mayor.
Estoy de acuerdo contigo que Miller en el dibujo nunca ha sido gran cosa, puesto que es mejor narrador que ilustrador, pero en Elektra Lives Again hace una autentica joya.
Algun dia te dejare 4F de Byrne.
Si eso ya en otro momento...
ResponderEliminar¡Gracias!