martes, 6 de noviembre de 2012

BATMAN: AÑO UNO


                En el Iconocronos no se ha hablado mucho de animación, la verdad. Algún post sobre la serie de dibujitos de JLU y poco (o nada más). Lo cierto es que en los últimos años Warner Bros Entertainment  ha hecho un trabajo bastante intenso en el campo de la animación, sacando partido a sus personajes más conocidos (Superman y Batman) y potenciando franquicias que se han visto revitalizadas a través del cine, como Green Lantern. Repetidas personas me han animado repetidas veces a ver alguna de las películas o de las series que se están realizando sobre personajes de DC, y lo cierto es que siempre me ha dado bastante pereza. A Oneyros le costó Dios y ayuda convencerme de que viera JLU (que me encantó), y la última vez que intenté ver una de las pelis con Marco, la tecnología no colaboró.



                Esta tarde en un ratito perdido, me he lanzado finalmente, y he elegido hacerlo confiando en un clásico: Batman Año Uno. Y es que si algo es garantía de calidad en el mundo del cómic es precisamente ese título. Basada en la obra homónima de Frank Miller, Batman Año Uno es una peli de animación de poco más de una hora de duración que prácticamente se limita a darle movimiento al genial guion que Miller escribiera para revitalizar la historia de Batman hace ya la friolera de veinticinco años (aquello si fue un reboot en condiciones para un personaje… aixx). Y es que la película mantiene prácticamente en todo los detalles y líneas que Miller dio a esta historia de culto.
                En Batman Año Uno asistimos a dos hechos paralelos que marcarán la historia venidera de la ciudad de Gotham: el regreso de Bruce Wayne dieciocho años después del asesinato de sus padres a su ciudad natal, convertido en una celebridad; y la incorporación del detective James Gordon al cuerpo de policía de Gotham; una ciudad oscura con unas instituciones corruptas, empezando por la propia policía, controlado por el Comisario Gillian Loeb, un hombre mezclado en turbios negocios con la familia de los Falcone. Gordon es, como lo fue en el cómic, el auténtico protagonista de Año Uno, donde aunque asistimos al alzamiento y transformación de Bruce Wayne en Batman, el verdadero peso narrativo y argumental recae en la figura del Detective Gordon, policía íntegro donde los haya (al menos en su vida profesional, su vida personal, es harina de otro costal, y uno de los detalles que más me ha sorprendido que la película de animación mantenga) que se tiene que enfrentar a sus propios compañeros para conseguir que en Gotham se haga justicia.
                La película transcurre con un ritmo pausado, prácticamente calcado de los cómics, con numerosas escenas que son copiadas directamente del papel, personajes a cuyo nacimiento asistimos (Selina Kyle, brutal) y escenas que cortan directamente el aliento (y es que la escena en la que Bruce decide que el Murciélago será su emblema, tomada de Año Uno y que tanta importancia ha tenido en la etapa de Grant Morrison en Batman es directamente BRUTAL, pese a su aparente sencillez, simplemente por el peso que entraña). La peli está producida por Bruce Timm, genio absoluto de la animación, así nada que decir sobre la calidad de los dibus, que por supuesto, es excelente.
                En fin, una estupenda elección para acercarse a la historia del Murciélago… y que sólo dura una hora. 

3 comentarios:

  1. Creía que ibas a hablar de TU Batman Año Uno :D

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  2. Su Batman no necesita presentación porque es una Obra Maestra reconocida ya. :P

    En cuanto a no acompañar la tecnología, existe un truco que suele funcionar... Comprar (sic) la película en varios formatos hasta que uno de ellos funciona sin problema.

    Y la película en si, no la he visto y tengo que verla. El cómic me gustó mucho (si, también te costó Dios y ayuda que me lo leyese y mira...). Y esto será el cómic animado, con lo cual no creo que me defraude.

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