jueves, 10 de enero de 2013

X-MEN: LA BÚSQUEDA DE LEGIÓN


                Como ya comenté en el anterior post de X-Men, hacia 1994 (más o menos) los crossovers mutantes se sucedían uno tras otro, y de hecho, las dos colecciones de Patrulla-X y X-Men parecían haberse convertido en una sola, con dos publicaciones al mes, ya que las distinciones entre equipos Azul y Oro se habían disuelto, los Hombres-X pasaban de un grupo a otro con inmensa alegría, y así, veíamos que Arcángel, Mariposa Mental,  Hombre de Hielo, Pícara y Gámbito se convertían en los personajes más importantes de las dos series. Sólo dos números de cada una de ellas (y metidos más bien de relleno) separarían La Alianza Falange de La Búsqueda de Legión, que realmente, más que una saga propia sería el preludio de a gran saga que llegaría poco después, La Era de Apocalipsis.



                En esos números, asistimos al abandono de Júbilo de la Patrulla-X para irse a formar parte de Generación-X para “poder volver a ser una niña”, y haciendo de puente entre Patrulla-X y Generación-X; veríamos la revancha entre Gambito y Dientes de Sable; asistiríamos a la cristalización de la relación entre Arcángel y Mariposa Mental, a los dramas internos del Hombre de Hielo tras ver que Emma Frost utilizaba su poder mejor que él; y nos encontraríamos con algunos interludios en los que descubriríamos que Legión, David Haller, el hijo de Charles Xavier y la embajadora israelí Gabrielle Haller, había despertado del coma en el que se había sumido tras su enfrentamiento con los Nuevos Mutantes, con su mente restaurada y unos niveles de poder prácticamente infinitos. Legión, con su mente reconstruida, parece haber decidido que todo este tiempo su padre había tenido razón.
                Legión había comenzado a pensar que si Xavier hubiera podido dedicarse plenamente a su sueño, mutantes y hombres podrían haber alcanzado la unidad y la concordia. Pero su lucha con Magneto le había privado de ese tiempo, le había apartado de ese camino… y Legión podía corregir eso. El nuevo Legión mejorado decidió viajar en el tiempo, hacia el momento en el que Xavier y Magneto se conocieron en Israel, para lo cual crea una región de energías cronales en el desierto del Neguev que atrae la atención del Ejército de Israel, la embajadora Haller… y por supuesto, la Patrulla-X. Tormenta, Bishop, Jean Grey, Mariposa Mental y el Hombre de Hielo se enfrentan a Legión en el Neguev, y cuando este salta al pasado, arrastra con él a todos salvo a Jean, que avisa al resto de los X-Men de lo ocurrido. Xavier, Arcángel, Bestia, Cíclope, Gambito y Pícara se trasladan a Israel, donde se da una de las mejor llevadas paradojas que han ocurrido nunca en la historia de los cómics, pues la intervención de los Shi´ar, con Lilandra revelando que el Cristal M´Krann ha liberado su energía, que está destruyendo el universo tal y como lo conocemos, revela que la Patrulla-X no contuvo la energía del Cristal en su momento (años atrás… antes de la Saga de Fénix Oscura… ¿os acordáis?), y por lo tanto, es que Legión ha conseguido cambiar en algo el pasado, algo que ha hecho que la Patrulla no llegara a contener al Cristal.



                Ajenos a esto, nos encontramos con Magneto y Xavier como amigos en Israel, y como Legión ha llegado, sin recordar del todo qué hace allí, igual que los X-Men a los que ha arrastrado. Sin embargo, la colisión es inevitable, y Legión ataca a Magneto, pensando en matarle para evitar que interfiera en el camino de su padre. Pese a los intentos de los X-Men por detenerle, Legión es demasiado poderoso, y sólo Xavier puede evitar que mate a Magnus… al coste de su propia vida. Por supuesto, la muerte de Xavier reestructura el pasado, y la propia Patrulla-X desaparece al convertirse en una incongruencia temporal. En nuestro tiempo, la ola cristalizadora del cristal M´Krann destruía nuestra realidad, pero en el pasado, el mundo cambiaba. La batalla entre Legión y Magneto había estado a punto de destruir Haifa, atrayendo las cámaras del mundo, y los mutantes habían saltado a la palestra. Magneto se había enfrentado a su propio destino y había visto como su mejor amigo moría para salvarle.
                Y había alguien decidido a aprovecharse de la situación.
                Apocalipsis.

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