Si hay una colección “X” que va
por libre respecto al resto de la Franquicia (dentro de un orden, por
supuesto), se trata sin duda de X-Factor.
En los últimos tiempos ya se ha mencionado varias veces que la proliferación de
“eventos” en Marvel, ha hecho que varias colecciones pierdan su sincronía en
España, debido a que algunas se publican en grapa y otras en tomo sin
periodicidad definida (dos o tres al año), y ese es el caso de X-Factor, que
este mes, en el tomo llamado Las
Múltiples Muertes de Madrox, llega a los números que estuvieron
relacionados con Regénesis. Es decir, por fin vemos de qué lado se pone
X-Factor en las disputas entre Cíclope y Lobezno, aunque lo cierto es que no es
ninguna sorpresa el resultado, teniendo en cuenta que el grupo más dispar del
universo mutante ya ha tenido algún encontronazo con Cíclope desde que este se
puso en plan “El mundo contra nosotros”. X-Factor se negaron a retirarse a
Utopía y han apoyado la idea de Madrox de favorecer las relaciones entre
humanos y mutantes… Así que, sabemos ya todos hacia donde se van a decantar.
Y
además de los retrasos en la colección en su publicación en España, hay otra
cosa que ha proliferado: la muerte de los antiguos miembros del grupo. Ya
pudimos ver como Fortachón moría y era resucitado de forma casi instantánea por
Layla Miller (eso sí, como criatura sin alma, lo que da bastante juego en este
tomo), y el tomo anterior nos traía también la muerte del propio Madrox… lo que
también da mucho juego en este tomo, ya que es el hilo principal de una de las
historias que se nos cuenta y que da título al tomo. Así, en este número de la
colección, podemos ver como Peter David, tan genial como siempre (acompañado
por los eficaces lápices de Emmanuela Luppachino y Leonard Kirk), lleva a
Madrox de una dimensión alternativa a otra, siempre mediante el mismo sistema:
cuando muere en una dimensión, salta a ocupar el puesto del Madrox de la
siguiente. Así, le vemos en un mundo bastante parecido al nuestro, en otro
dominado por la magia, y en otro donde las palabras de la Bruja Escarlata
fueron “No más humanos”. Y mientras vemos las aventuras de Madrox en una y otra
dimensión, David construye un genial ejercicio de interrelación de los miembros
del grupo, convirtiendo las escenas de conversaciones en las mejores del cómic,
dinámicas y entretenidas como nadie más sabe hacerlas. Y además, en este número
encontramos uno de los momentos que llevábamos tiempo esperando todos los fans
del grupo de cuando Peter David pasó por él por primera vez: el regreso de Kaos
y Polaris, después de acabar con su periplo espacial tras pasar por las manos
de Mike Carey en X-Men: Legado.
Sin
embargo, pese a que este era “el momento que esperábamos”, ha quedado quizá un
poco deslucido, ya que el grupo está perfectamente organizado sin ellos, y
aunque es seguro que David conseguirá (ya ha conseguido) escenas geniales con
ellos, a priori no parecen necesarios en una formación que ya cuenta con
Madrox, Layla Miller, Syrin, M, Fortachón, Longshot, Loba Venenosa, Estrella
Rota, Ríctor y hasta Pip el Troll. Mucho gente, y en mi caso, miedo de que para
hacer el grupo controlable, decida deshacerse de algún personaje.
En
fin, lo cierto es que no hay mucho más que decir sobre el X-Factor de esta
larga etapa que Peter David está realizando para Marvel: historias geniales de
un escritor genial.
Ni Marvel Now! ni nada, para mi, la mejor serie Marvel del momento es esta. Y David sigue desmostrando que no hay personaje malo si un guionista tiene talento.
ResponderEliminarImpagable el momento Pip el Troll trolleando a M