Hace unas semanitas, después de
leer el segundo volumen de Mundodisco, y mientras llegaba mi cumple, que
siempre suele traer nuevas lecturas, decidí echar un ojo a Canciones que Cantan los Muertos, una recopilación de relatos de
terror de George R. R. Martin, al que todos conocemos porque se ha hecho famoso
y rico como Creso gracias a Canción de
Hielo y Fuego y todo lo que ha traído alrededor la saga, a la que, como
casi todo el mundo, estoy enganchado. Y este libro en particular me atrajo
precisamente porque se trataba de un compendio de relatos cortos, y
teóricamente de terror, así que hacía de contrapunto perfecto a la extensión de
La Corona de Hierba y el humor de La Luz Fantástica.
Chasco.
Canciones que Cantan los Muertos es,
efectivamente, una colección de relatos que mezclan la ciencia-ficción y el
terror, dos mundos en los que Martin ya se había movido antes de lanzarse a la
fantasía. No he leído otras obras suyas en estos géneros, pero si el resultado
es semejante al de Canciones que Cantan
los Muertos, no puedo dejar de alegrarme de que haya encontrado dentro de
la fantasía su sitio. Sin un hilo conductor más allá del hecho de que se trata
de relatos cortos, este libro recoge seis narraciones distintas, arrancando por
El tratamiento del mono y seguida de En la casa del gusano, Los hombres de la
aguja, Los reyes de la arena, Esta torre de cenizas y Recordando a Melody. Y admito que, después de leer Los reyes de la arena, me he rendido.
Creo que de todos ellos el que más me ha gustado ha sido El tratamiento del mono, aunque al igual que el resto de los
cuentos es un tanto predecible (ninguno de los que he leído tiene los grandes
giros argumentales que sí ha sabido dar a la narración de Canción de Hielo y Fuego), problema que alcanza un punto
completamente preocupante en Los reyes de
la arena, donde el final del cuento es predecible desde prácticamente la
primera página y la historia se alarga de forma realmente innecesaria. Creo que
por eso precisamente fue Los reyes de la
arena el cuento que me derrotó, por su previsibilidad y la sensación de
estar masticando demasiado tiempo el mismo chicle. Si que es cierto que en los
cuatro relatos que sí he leído, Martin se ha esforzado por tocar todos los
palos del género, más o menos, y con mayor o menor éxito. El tratamiento del mono aborda el tema de las tiendas misteriosas y
las soluciones fáciles que se convierten en maldiciones; En la casa del gusano tiene cierto toque extraño, como si buscara
la angustia de Poe o el terror alienígena de Lovecraft pero sin llegar a
conseguir la idea de aventura condenada que sí que tiene Las Aventuras de Arthur Gordon Pym o En las montañas de la locura, donde estarían los referentes más
claros para este cuento. Los hombres de
la aguja es una historia que bien podría haber formado parte de Leyenda
Urbana y que se queda en… nada. Y Los
reyes de la arena mezcla “terror” y ciencia-ficción a través de la clásica
idea de que el hombre es un monstruo para otras criaturas… y que todo termina
volviéndose contra él.
Los
temas están bastante manidos, la narración no tiene nada espectacular… y desde
luego, no engancha.
La
verdad, una decepción.
Jo tio, pues a mi me encantó esta recopilación, sobre todo En la casa del gusano. La única que me pareció bastante mala es Los hombres de la aguja, que más predecible no puede ser, pero en general el resto bien.
ResponderEliminar¿No te ha gustado "Los reyes de la arena"? Caramba, pues a mi me encantó. Bien es verdad que yo lo leí en la recopilación de Asimov de los premios Hugo, así que esperaba un cuento de CF, no uno de terror. Supongo que enmarcado en ese género sí será flojo, pero como cuento de CF inquietante a mi me gustó bastante.
ResponderEliminarEn fin, para gustos colores, imagino. Me quitas la gana de echarle un vistazo a la recopilación. Mejor, que tengo mucha lectura pendiente xD.