Con los regalos de
cumpleaños de este año vinieron varios libros sobre cómics, entre ellos, la
novela Los Chicos que Coleccionaban
Tebeos, de Julián Clemente y Helio Mirá, que me regalaron Darthni y
Acuática (¡muchas gracias a los dos!), y que ya ha caído.
Los Chicos que Coleccionaban Tebeos es una novela sencillita,
apenas doscientas y pico páginas, con un buen tamaño de letra, así que es fácil
y rápida de leer. El argumento es muy básico también, nada nuevo en la
literatura, el protagonista rememora su infancia y juventud, situando en esos
años una especie de momento de carpe diem
idealizado que responde a la máxima cualquier tiempo pasado fue mejor. A lo
largo de la novela y a través de las peripecias del innominado protagonista y
sus amigos Justo, Roberto y Alfredo, asistimos al crecimiento de estos, que
pasan de la niñez a la adolescencia. Como os comento, nada que no se haya visto
mil veces antes en docenas de novelas y desde distintas perspectivas, desde La Guerra de los Botones a El Guardián entre el Centeno, o como ya
he dicho muchas otras.
¿Qué es lo original y
lo verdaderamente llamativo de esta novela para nosotros, para el sector friki?
Que el desarrollo de la infancia de los protagonistas se hace tomando como
referencias y como elementos distintivos los cómics de superhéroes. La
evolución de los chicos se hace centrándose
en los tebeos que acompañaban su crecimiento, y así junto a su historia,
nos cuenta la historia del cómic de superhéroes en España, y de como hizo su
aparición una de las generaciones más importantes de la cultura cómic de
nuestro país, la Generación Forum-Zinco.
A través de la evolución de los chicos conocemos también cómo era la
vida del aficionado: las búsquedas de quiosco en quiosco en busca de las
colecciones, la aparición de las primeras librerías especializadas, el
intercambio, la irrupción de Forum y sus correos de los lectores, la llegada de
Zinco con el mejor momento que probablemente haya vivido nunca DC, las
tensiones entre seguidores de unos y de otros…
Y todo esto lo vivimos
de primera mano, a través de unos recuerdos que podrían ser los de cualquier
aficionado a los cómics. Y es que en algún momento a todos nos han dicho dos
frases lapidarias: “deja de leer eso que te vas a quedar tonto” y “¿todavía con
tebeos? Eso es de críos”. A ver, y es que en el aspecto puramente literario, la
novela es, como he dicho antes, muy simple, con giros muy predecibles. Pero lo
que cuenta es tan cercano a los seguidores de cómics de un par de generaciones
que es imposible leerlo sin sentirte identificado con las peripecias de los
protagonistas. A mí me pilla un poco desubicado, ya que aunque mi primer cómic
por ejemplo fue un Patrulla-X de Surco, mi llegada de pleno al mundo del cómic
se produjo ya a principios de los 90, con la revolución mutante en marcha, las
librerías especializadas ya establecidas como una realidad… y la crisis
creativa más importante de la historia del cómic ya en el horizonte. Y sin
embargo, hay momentos de esa novela que he vivido. La duda a la hora de elegir
un cómic u otro, la fascinación repentina por historias y personajes, la
necesidad de saber lo más posible de unos y otros…
Julián Clemente y
Helio Mirá han sido muy hábiles a la hora de crear esta novela, dirigida a un target muy concreto de lectores, y la
verdad es que todo el que lo lea y se encuentre dentro de esto marco, lo va a
disfrutar muchísimo. Así que, coleccionistas de tebeos que paséis por estas
páginas… no lo dudéis, leedlo. Que os va a encantar.
¡Me alegro que te haya gustado!
ResponderEliminarYa te lo pediré para leerlo, aunque creo que me va a pillar un poco de refilón por la diferencia de edad con el autor...
Dani, si se lo pides prestado va a oler un poco a autorregalo...
ResponderEliminar¡Me alegra que te gustara Tomás!
ResponderEliminarTiene buena pinta, ya me la ha dejado Nacho y encuenta acabe con Inferno me pongo con ella.