martes, 3 de diciembre de 2013

DIEZ NEGRITOS

Supongo que en la historia de la literatura, hay autores y AUTORES, así con mayúsculas, escritores tan importantes que han marcado el devenir de la escritura, que han creado géneros y tradiciones literarias por ellos mismos. Evidentemente una de las escritoras que entra en el catálogo de AUTORES, es la inglesa Agatha Marie Clarissa Miller (gracias, Wikipedia), más conocida como Agatha Christie.



Agatha Christie escribió más de ochenta libros, en los que cambió por completo y para siempre el género de la novela de misterio o de crímenes, heredera de los seriales de los periódicos de aquella época, donde se perpetraban los más macabros crímenes y gente con los más turbios trasfondos se dan cita para desfilar ante los ojos de los famosos personajes detectives de la autora. Hercule Poirot, Miss Marple, el matrimonio Beresford... Y sin embargo, ninguno de ellos aparece en la novela de la que vamos a hablar hoy. Y es que el libro más vendido de Agatha Christie, Diez Negritos, es una rara avis dentro del material escrito por Agatha Christie.

En lugar de un detective protagonista, Diez Negritos cuenta con un reparto coral, un grupo de diez personas, invitados todos a la llamada Isla de Negro por un misterioso anfitrión. Los diez protagonistas son a su vez las diez víctimas de lo que parece un acto de venganza, o de justicia, según la perspectiva desde la que se mire. Todos ellos son culpables de una forma o de otra, de la muerte de alguien, ninguno de ellos cumplió su pena por ella... y ahora parece que van a pagarlo con su propia vida, siguiendo además el orden de una vieja canción de cuna que da título a la versión original del libro (Ten Little Niggers, que en Estados Unidos se cambió por la más políticamente correcta And Then There None). Así todos los personajes se van convirtiendo en detectives y víctimas de una situación de deliberada claustrofobia y creciente paranoia.

¿En contra? Los personajes quizá caen en el estereotipo en algunos momentos. ¿A favor? Que a pesar de ser una narración un poco tramposa (como todas las de Agatha Christie), consigue despertar el interés impaciente del lector. Yo al menos estaba deseando averiguar como leches se las estaba organizando el asesino para irlos matando uno a uno...

¿No lo sabéis aún?

Pues hala, a leer.

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