El mundo de la literatura épica está lleno de sagas y libros que en un momento u otro parecen haber marcado una época. Pero cuando hablamos de Dragonlance, entramos en palabras mayores. Es un hito, una institución, una de las piedras fundamentales de la literatura fantástica contemporánea. Para entrar en antecedentes os diré que lo que llamamos Dragonlance, es un universo ficticio creado por Margaret Weis y Tracy Hickman dentro de los muchos mundos creados para Dragones y Mazmorras; o sea que básicamente a priori es una partida de rol novelizada. Weis y Hickman crearon un mundo propio, Krynn y lo llenaron de personajes que serían históricos para la literatura épica: Tanis el Semielfo, Raistlin Majere, Tasslehoff Burrfoot...
Como muchas cosas de aquellos tiempos, Dragonlance sufrió una desaforada explotación por parte de sus editores, y aunque Weis y Hickman mantuvieron el control de la línea central de la saga, surgieron docenas de sagas paralelas, preludios y demás, que en muchas ocasiones incluso contradecían lo ocurrido en las propias Crónicas, y que estaban peor o mejor escritos, dependiendo del escritor y la temática. Pocos de los libros de Dragonlance se acercaron a la emoción que fueron capaces de transmitir los libros originales, aunque de entre todos ellos, probablemente haya un buen puñado con buenas historias. Dejo constar que no he dicho en ningún momento las palabras "calidad" o "bien escrito". Dragonlance fue un best-seller de la épica, con todo lo que eso implica. La saga principal (Crónicas, Leyendas, La Guerra del Caos y La Guerra de los Espíritus) a mi siempre me han parecido apasionantes, pero evidentemente, tiene mucho de carga emocional. Como diría uno que yo me sé, son libros "con alma", que llegan más allá de la pura calidad que puedan tener de manera estrictamente formal.
Ahora, gracias a Marco, a mi colección de Dragonlance (docenas de libros) se ha unido la versión en cómic, con Andrew Raab, Steve Kurth y otros autores adaptando las historias originales de Weis y Hickman en un pedazo de tomo que recoge los seis prestigios que en España editó Norma. Y ha sido un placer volver a encontrarme con Tanis, Raistlin, Kitiara, Goldmoon, Laurana, Tas, Sturm y compañía, ahora en formato viñetas. La adaptación del guion es bastante eficiente, dentro de las limitaciones que supone el cambio de formato tres libros a los cómics; y el dibujo, aunque con altibajos, cumple su función narrativa. Claro, que a nivel dibujo, es difícil que un cómic pueda estar a la altura de las genialidades que hacían Larry Elmore o Clyde Cadwell en sus tiempos para ilustrar Dragonlance. ¿Os da la sensación de que esto es algo negativo?
Pues en absoluto. Al igual que los libros de Dragonlance, los cómics de Dragonlance tienen ALMA. Tienen magia, un don.
Y ha sido una lectura absolutamente genial.
¡¡Muchas gracias!!
Los comic estan muy bien, no llegan a la altura de los libros pero aún así estan genial. Y es que DragonLance es un universo maravilloso que encierra mejor que ningún otro la esencia de la magia y la fantasía.
ResponderEliminarSaludos.