DOBLAN POR LOS MASTINES

Doblan por los mastines by Steven Erikson
My rating: 4 of 5 stars

Con esta estructura extraña, envolvente y extrañamente adictiva que tiene Malaz, el octavo libro continúa directamente con el tercero, Memorias de Hielo, pero incorporando el resultado de lo ocurrido en Letheras y Siete Ciudades en los libros que ha habido entre ellos. Así que en Doblan por los Mastines volvemos a Genabackis, el continente donde comenzó la saga en Los Jardines de la Luna, y a la ciudad de Darujhistan, que llevaba apartada del centro de la trama precisamente desde este mismo libro, ya que en el tercer volumen, la trama se desarrollaba sobre todo al sur de la ciudad, en el conflicto bélico contra el Dominio Painita.

Doblan por los Mastines parece empezar un par de años después del final de la guerra con el Dominio, y se desarrolla en dos focos principales: por un lado, lo que ocurre en la ciudad de Darujhistan propiamente dicha, donde encontramos tanto a los habituales de la Taberna del Fénix (Murillio, Kruppe, Duiker...) como a los Abrasapuentes supervivientes al asedio de Coral Negro (Mazo, Mezcla, Rapiña...) y donde tenemos sobre todo tramas políticas relacionadas con el conflicto entre el Gremio de Asesinos y los Abrasapuentes. Y por otro lado, tenemos un amplio foco Coral Negro, convertida en centro de gobierno de los Tiste Andii después de la caída de Engendro de Luna en la guerra contra el Vidente Painita, y donde tenemos tramas de carácter más místico, ya que dentro del dominio de Anomander Rake, está creciendo un nuevo dios que se hace llamar el Redentor, y que podría cambiar el equilibrio de poder en todo el mundo. Además, nos encontramos con varios personajes que se dirigen a uno u otro sitio a través de las llanuras del sur de Genabackis, y con personajes que ya conocíamos y vuelven a encontrarse con nosotros: Kallor, Karsa Orlong, Samar Dev, Viajero, Clip, Nimander Golit y sus jóvenes Tiste Andii, Rezongo, Mappo y los viajeros de la Compañía Trygalle... Cada uno de ellos por sus propios motivos se desplazan hacia Darujhistan o hacia Coral Negro, formando hilos de un tapiz gigantesco que conduce a uno de los finales más épicos que he leído en novela alguna... y hablo de unas doscientas páginas de final.

Doblan por los Mastines nos trae una novela en la que Erikson experimenta incluso con nuevas formas narrativas, dirigiéndose en muchas ocasiones directamente al lector, de modo que se incluye una nueva figura, el narrador "poético" que realiza epílogos o introducciones a diversas partes de la historia. Además, Doblan por los Mastines actúa de forma aclaradora sobre los Tiste Andii, sobre su historia, sobre los acontecimientos que los llevaron a alejarse de Kharkanas y de Madre Oscuridad, y además de presentar nuevos jugadores y continuar cerrando tramas... en fin, da algunas ostias de sabiduría que te dejan con la pierna quebrada.

Malaz sigue siendo la leche.

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