JLA: RÉQUIEM POR LA JUSTICIA

Justice League: Cry for Justice by James Robinson
My rating: 3 of 5 stars

Hacia el final de la etapa McDuffie en JLA, en DC estaban pensando en equiparar la serie a los Vengadores de Marvel, si estos simultaneaban dos series en el mercado (incluso tres en algunos momentos), ¿por qué no iba a hacerlo la JLA? La serie se iba a llamar Liga de la Justicia, y se puso en manos del guionista James Robinson y el dibujante Mauro Cascioli, pero la situación no tardaría mucho en cambiar. McDuffie dejó JLA de aquella manera, y pronto quedó claro que el dibujo de Cascioli no le iba a permitir mantener una serie periódica, así que se tomó una decisión: Robinson pasaría a encargarse de JLA (no habría segunda serie), y el trabajo realizado con Cascioli se convertiría en una serie limitada: Liga de la Justicia: Réquiem por la Justicia.

Todo comienza tras acabar Crisis Final. La Liga había salido mal parada del conflicto con Darkseid, varios de sus miembros habían tenido que alejarse, o habían muerto en la batalla, y el promotor del cambio de orientación sería Hal Jordan, decidido a tomarse más en serio su papel como guardián de la Tierra ante los Green Lanterns, y queriendo que el equipo actuara de una forma menos pasiva y reactiva, pasando a la ofensiva. Junto con Hal Jordan se iría Flecha Verde, y ambos se convertirían en el núcleo de una nueva Liga, en la que contarían con Átomo (el regresado Ray Palmer), Supergirl, el Capitán Marvel (Freddie Freeeman), el Starman de la serie de Robinson (Mikaal Thomas) y uno de esos personajes olvidados que de vez en cuando vuelven, Congorilla. Y el villano de la historia será Prometeo, decidido a convertirse (en sus propias palabras) en un Batman para los villanos, un líder. Y Prometeo pondrá a la Liga en un punto de no retorno al colocar bombas de gran poder destructivo en las ciudades principales del universo DC, desde Metrópolis a Gotham, pasando por Central City, Keystone, Coast City o Star City.

Y la verdad es que Réquiem por la Justicia es una historia complicada, no tanto en sí por la trama, sino por las consecuencias y la dureza de la narrativa. Robinson consigue poner a la Liga en una situación en la que es imposible ganar, en la que obliga al equipo a tomar una serie de decisiones que repercutirán en el futuro del equipo. Es cierto que cuando lo leí en su momento, Réquiem por la Justicia me pareció mucho más épico y brutal de lo que me ha parecido esta vez, quizá porque los momentos más duros ya los conocía, y Robinson los desarrolla de una forma tan realista (la tragedia no avisa, simplemente llega), que queda un poco extraño en un cómic de superhéroes. Aún así, creo que es una historia que hay que leer, porque para bien o para mal, es una historia diferente.

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