LA CIUDAD Y LA CIUDAD

 

La ciudad y la ciudad by China Miéville
My rating: 4 of 5 stars

El primer contacto que tuve con China Miéville fue, curiosamente, con la última obra que había escrito, y es que aunque ya había oído hablar de sus obras, como la saga de Nueva Crobuzón o esta misma, había ido de continuo al cajón de los futuribles hasta que publicó Los Últimos Días de Nueva París, cuya premisa, bastante morrisoniana, me llamó muchísimo la atención. Y sin embargo, la novela en sí me dejó muy frío, así que no me había vuelto a plantear volver a Miéville, hasta que por una oferta de Amazon, uno de mis gurús lectores, El Caballero del Árbol Sonriente, me sugirió darle una oportunidad a este novela.

Y me alegro mucho de haberlo hecho, la verdad, porque La ciudad y la ciudad me ha encantado. En todo. Trama, personaje(s), narrativa... Y por las dudas, si no le pongo la cuarta estrella es porque el final igual no me ha emocionado todo lo que debería y me ha dejado un poco bluff en comparación con todo lo que me había gustado el resto de la novela. La ciudad y la ciudad es una novela negra pura, protagonizada por un detective de la ciudad-estado de Beszel, una ciudad ficticia situada en algún punto indeterminado de los Balcanes. Tyador Borlú (así se llama) recibe como encargo averiguar quién es y quién ha matado a una joven misteriosa que aparece tirada en una pista de patinaje, y con evidentes muestras de haber sido asesinada. Junto a su ayudante, la agente Corwi, Borlú comienza a buscar a los asesinos, aunque para ello, lo primero que debe averiguar es quién es ella... y sus descubrimientos le van a llevar a tener que ahondar en los misterios de la "vecina" ciudad de Ul Qoma. Hasta aquí el argumento, que no es demasiado original, pero es que precisamente la relación entre Beszel y Ul Qoma es el gran punto a favor de la novela. Y es que aunque se trata de dos países completamente distintos, Beszel y Ul Qoma coexisten en el mismo espacio físico, ambas ciudades conforman una sola estructura, pero cada una de ellas tiene su gobierno, sus tradiciones, sus estructuras sociales... Y los habitantes de una no pueden ver a los de otra, pues no están allí. Miéville no nos explica nunca qué ha pasado para que esto sea así, aunque los arqueólogos hablan de una era pre-clivaje anterior a la separación de las ciudades, pero vemos que hay lugares de la ciudad entramados (una casa puede ser de Beszel y la de al lado de Ul Qoma, una calle desierta de Ul Qoma puede ser una transitada avenida en Beszel...), o que pertenecen por completo a una de las ciudades. Y para que todo esto se cumpla, está La Brecha, mitad orden secreta, mitad criatura mística, que se encarga de solucionar los problemas que podrían surgir de situaciones en las que se produjeran las brechas, roturas de estas situaciones, como pudiera ser un coche ulqomano que atropellase a un peatón beszelí... Y parece que la muerte de la joven a la que Borlú investiga pudiera estar relacionada con ambas ciudades... o incluso con una tercera, Orciny, una mítica ciudad que podría existir en los intersticios entre una y otra, o sea, entre la ciudad y la ciudad.

La premisa me ha parecido tremendamente original, la narrativa de Miéville rápida, casi adictiva, y como ya he dicho antes, me ha parecido una lectura de lo más interesante, que me ha encantado, vaya.

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