Bueno, estoy convencido de que este va a ser el post más repetido de todo el lado friki de la blogosfera, pero que se le va a hacer, es lo que toca. Y sí, obviamente hablo del estreno de…¡¡Thor!!
El sábado estuve en el cine, y nada, ha llegado la hora de transmitir mi opinión a mis fieles seguidores que tanto me quieren y me respetan, y que esperan ansiosos mis palabras (je, je, je). Y la primera palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en la película es: “blandita”.
Vayamos por partes. La película es muy entretenida. Lleva muy bien los ritmos, no aburre en ningún momento, los pasos de Asgard a Midgard (la Tierra, como debe decirse al menos una vez en cada número de Thor) están bien trazados, los personajes en general están definidos y no hay ninguno que flojee… En ese sentido, el balance es positivo. Pero creo que se cargan demasiado las tintas en el humor fácil, sobre todo al principio, tras la llegada de Thor a Midgard, hasta el punto de que, aunque no llega a caer en él, se roza el ridículo. Aunque hay cierto regusto en la forma en que Thor de acerca a la vida de los humanos que recuerdan a la relación que Straczinsky, que supervisa el guión de la película, plantea en sus cómics en las relaciones entre los asgardianos y los humanos de Broxton, Oklahoma, aunque la peli se desarrolle en Nuevo Méjico.
A pesar de que, como era de esperar, la película dispone de grandes batallas (la lucha contra los gigantes de Jotumheimn, la lucha contra el Destructor, o una lucha que tiene lugar sobre Bifrost) que aportan épica a la película, a mi me ha faltado aún más. Creo que Thor podría haber dado mucho más de sí a un nivel “épico” si se hubieran cargado las tintas menos en el humor y en la relación que transcurre a toda prisa con Jane Foster, que deja de ser una enfermera para convertirse en estudiante de astrofísica, por cierto. Muy buenos, eso sí, los efectos especiales, la recreación de Asgard y el tinte de ciencia que se da a elementos como Bifrost, el Puente del Arco Iris. Las armaduras, finalmente, quedan bastante bien en pantalla grande, aunque Heimdall parece un poco un Caballero del Zodiaco.
En cuanto a las interpretaciones, Nathaly Portman y Chris Hemsworth están bastante correctos, pero los que realmente destacan son Anthony Hopkins haciendo de Odín (vale, siendo sinceros, Hopkins estaría bien haciendo simplemente de muerto en un rincón y lo haría tan bien que podría optar a un Oscar, es un animal escénico y lo que haga lo hace bien) y Tom Hiddleston, que interpreta a un Loki que se mueve perfectamente en el terreno de las medias verdades y las mentiras del mejor Loki que podamos haber visto en los cómics, hasta el punto de que en el cine hubo gente que salía comentando que no habían terminado de entender los planes de Loki… Y cuando se trata de los enrevesados planes del Dios de las Mentiras… eso es un elogio.
En resumen, una película divertida de ver, que no se hace pesada y con los suficientes atractivos para ir a verla al cine. Podría haber estado mejor, como casi todo, pero merece la pena por sí misma… y también porque es la primera de muchos proyectos muy interesantes que irán viendo la luz durante el verano.
¡Y que gran verano va a ser!
Me convenció, creo que era un personaje con un mundo complicado de trasladar a la gran pantalla y han cumplido con una adaptación más que digna, aunque se acelere el ritmo en la segunda parte y la película no llegue a las dos horas.
ResponderEliminar¡Saludos!