Hace años, con un cómic con guion de Peter David y dibujos de un Jae Lee en absoluto estado de gloria, conocí a Roland Deschain, el Pistolero. Y junto a él, inicié un viaje, un peregrinaje en busca de la Torre Oscura, un viaje que ha llevado años, y que me hizo pasar de los cómics a los libros de un autor al que había condenado para siempre de mi lista de lecturas.
Hace años que comencé el camino hacia la Torre Oscura. Junto a Roland Deschain he recorrido el desierto tras el Hombre de Negro, he dejado morir a un niño para alcanzarlo. Junto a Roland Deschain he aprendido el credo del Pistolero, y ya no disparo con mi arma, disparo con mi corazón. He convocado al Prisionero, y he descubierto que era Eddie Dean, y que formaba parte de nuestro ka-tet. He convocado a la Dama de las Sombras, y he descubierto que eran muchas en un solo cuerpo, he conocido a la dulce Odetta, la cruel Detta y a Susannah, la Pistolera. Y he visto que formaba parte de nuestro ka-tet, y he visto crecer su historia de amor con Eddie. He convocado a la Muerte, y he visto a Jack Mort, y hemos impedido que el niño que murió en un mundo para que el Pistolero alcanzara al Hombre de Negro, muriera en otro mundo. Aunque eso estuvo a punto de volverle loco. Inicié con Roland, Eddie y Susannah el Camino del Haz, desde el moribundo Oso Shardik hacia la Torre Oscura, y más allá de Esta, hacia la Tortuga, Maturin, y en el camino, el Ka-Tet se completó, pues el niño vivo y muerto, Jak, se unió al ka-tet, y poco después este se cerró con la llegada de Acho, un bilibrambo con un corazón y un valor que su pequeño tamaño no podían contener. He recorrido la ciudad de Lud bajo los tambores, he viajado en un tren loco a través de las Tierras Baldías (porque Blaine es un engorro…), y he escuchado, de labios del Pistolero, la historia de su primer Ka-Tet y de su primer amor. Conocí a Cuthbert Allgood y Alain Johns, a Sheemie Ruiz y Susan Delgado. A John Farson, Marten Broadcloack, los Cazadores del Gran Ataúd y otros seguidores del Rey Carmesí. He llorado con Roland la muerte de su primer amor, Ven, Siega, y me he perdido con él en las entrañas del Pomelo de Maerlyn, antes de alcanzar el palacio de Gran Mago de Oz, aunque ya no estábamos en Kansas. Como Ka-Tet entramos en Mundo Medio, y en los Callas, conocimos a un exiliado de otro mundo, el padre Donald Callahan, que también era parte de nuestro Ka-Tet, y juntos, derrotamos a los Lobos que venían de Tronido. Ven, ven, Commala. Y nuestro Ka-Tet estuvo a punto de romperse, pues había alguien más dentro de Susannah, Mia, que la Vieja Lengua significa “Madre”, y marchó a través de la puerta Ignota para tener a su Muchacho, que serviría al Rey Carmesí. Y descubrimos que para salvar la Torre, debíamos salvar a Susannah, debíamos salvar una rosa… y debíamos salvar a un escritor en uno de los mundos, un hombre llamado Stephen King
.
El viaje ha sido largo, muy largo, a través de un mundo que se ha movido, pero por fin, hemos alcanzado el final. Y sí, es hemos, porque a través de este viaje, reconozco que me he sentido parte del Ka-Tet, tan miembro del grupo como Roland, Eddie, Susannah, Jake, Acho o el Padre Callahan, a los que he llegado a querer como si conociera, especialmente a Jake y al genial Acho. Por fin, en este séptimo libro, el viaje llega a su final. Mordred ha nacido, y el Ka-Tet debe hacer frente a su momento más duro, luchando contra los seguidores del Rey Carmesí, y atravesando la tierra maldita de Tronido para llegar al Mundo Final. Y no todos ellos podrán llegar a ver Can´ka no-Rey, el campo de rosas rojas que se alza bajo la Torre Oscura.
En La Torre Oscura, Stephen King lleva la historia del Pistolero a su clímax, continuando la carrera a toda velocidad que comenzó en Canción de Susannah, dando la impresión de que todo lo que hemos vivido antes eran solo los preludios que nos llevaban a este punto, a este lugar, al enfrentamiento entre el Blanco y el Rojo, entre Roland y el Rey Carmesí, al cumplimiento de las profecías que ponían a Roland en la Torre Oscura. Aunque hasta el último momento no sepamos si la va a dominar o la va a destruir, y quizá no sea ninguna de las dos opciones lo que el Pistolero (o el Ka) nos tengan preparados. En este peculiar Señor de los Anillos que Stephen King desarrolló sobre siete libros, La Torre Oscura se correspondería con el viaje de Frodo y Sam a través de Mordor (que aquí se llama Mundo Final), y al igual que el primero, tiene momentos bastante anticlimático, pues buena parte del camino de los personajes es simplemente eso, un camino que se dirige hacia el Sureste, hacia Can´ka no-Rey y la Torre Oscura, pero eso no evita que tenga grandes momentos de acción, de tensión y de drama. De mucho drama, hasta el punto de que se ha convertido en otra de esas novelas que me ha humillado públicamente, pues me ha tenido leyendo y llorando al mismo tiempo en el Metro.
Tenía miedo de llegar a este momento, la verdad. Siempre he creído que Stephen King, la cagaba siempre en los finales, y este final era muy gordo. No se trataba del final de las trescientas páginas de Tommyknockers, o de las casi mil de It. Era el final de un ciclo de siete novelas, una tras otra. Si el último libro fallaba, toda la Torre se derrumbaría. Y debo decir que, gracias a Dios, no lo ha hecho. El final me ha resultado, sino exultante, sí válido. Correcto, no me ha hecho arder de ira contra el escritor. Por fin puedo recomendar La Torre Oscura sin decir “pero no sé como acaba…”. Por cierto, un valor añadido, gigantescas las ilustraciones de Michael Whelan para este volumen, realmente impresionantes, lo que ayuda mucho a la lectura y a sentir la épica que tiene este libro.
Señores, el viaje a la Torre Oscura ha terminado.
Quizá, no haya hecho más que comenzar.
Has acabado con ella un día antes que yo... Ahora a por la redención!
ResponderEliminarYo, para no perder el tiempo, ya he empezado con Príncipe de Nada... Esto es un no parar.
ResponderEliminarY vengo leyendo que andas leyendo el libro del príncipe de nada, está bueno? vengo dando un wikipediazo y parece interesante el proyecto
ResponderEliminarVoy por la mitad del primer libro, y la verdad es que es cojonudo. Una especie de visión desde la fantasia de las Cruzadas, pero con imágenes muy interesantes, y todo muy currado, la verdad. No la voy a recomendar hasta que no la termine... pero va por muy buen camino.
ResponderEliminar