Hacía
mucho tiempo que Factor-X y la Patrulla andaban cruzándose, siguiéndose los
pasos los unos a los otros pero sin llegar a coincidir. Durante la Masacre
Mutante, ambos grupos estuvieron en los túneles de los Morlocks. En la Caída de
los Mutantes, mientras la Patrulla hacía frente al Adversario y “morían”,
Factor-X hacía frente a Apocalipsis y sus Cuatro Jinetes, con el regreso de
Warren Worthington convertido en Muerte, probablemente la encarnación más
interesante que ha tenido nunca este personaje. El momento del encuentro había llegado,
y sería tratado como se merecía: con todo un crossover que envolvería a cuatro
colecciones y que salpicaría a buena parte del Universo Marvel en el proceso.
Inferno es una creación conjunta de
Chris Claremont y Louise Simonson, y además de Factor-X y la Patrulla, tendrían
un lugar preponderante en esta saga los Nuevos Mutantes y una serie limitada
creada ex profeso para esta historia y protagonizada por los chicos a los que
Factor-X había ido recogiendo en sus diversas misiones, reunidos bajo el nombre
de X-Terminadores. Y si Inferno no es la mejor saga que se ha escrito en la
historia de los mutantes, está muy cerca de serlo. Al igual que se había hecho
antes, la historia está concebida de modo que, aunque la lectura de estas
cuatro series nos da la visión completa de lo ocurrido, la conexión entre ellas
se hace por parejas, de modo que podemos seguir la trama de Factor-X y la
Patrulla sin leer Nuevos Mutantes y X-Terminadores y viceversa… aunque la
historia queda un poco coja.
Inferno
llega para cumplir cuatro objetivos principales: cambiar el
status quo de Illyana Rasputin, aclarar el complejo
triángulo Jean Grey-Madelyne Pryor-Fénix, mostrar el encuentro entre la
Patrulla y Factor, y permitir a los X-Men devolver a los Merodeadores todo el
daño que les habían hecho. Y cumple con los cuatro objetivos de sobra. ¿La
historia?
En
los últimos meses, en Nuevos Mutantes y en algunos momentos en Patrulla-X,
habíamos visto como el dominio de Magik sobre el Limbo se había ido viendo
mermado por la cada vez mayor fuerza del demonio S´Ym, hasta el punto de que
justo antes de empezar Inferno, el demonio tecnorgánico había conseguido
hacerse con el control completo del reino, atrapando a Illyana y a los Nuevos
Mutantes en el proceso. S´Ym no estaba solo en el proceso, y había recabado la
ayuda de otro demonio, el hechicero N´Astirh, ideólogo de un plan que
permitiría a S´Ym extender el dominio del Limbo a la Tierra a través de un
portal mágico que utilizaría bebés mutantes como vértices de poder, dando lugar
a un proceso de demonización de Nueva York (y el mundo, claro), centrado en el
Empire State y Times Square. Pero N´Astirh no era un siervo dedicado, sino más
bien el segundón llamado a ocupar la palestra central, así que, mientras
conspiraba para S´Ym, conspiraba también contra él y preparándose para
conseguir para sí mismo el control del Limbo y de la Tierra, utilizando para
ello a Madelyne Pryor, ante quien había aparecido en X-Men… y al hijo de esta y
Cíclope. La confluencia de tramas fue magistral, como magistral fue su desarrollo.
Los
X-Terminadores y los Nuevos Mutantes serían quienes tendrían que lidiar con la
demonización de Nueva York y salvar a los niños mutantes, derrotando a S´Ym, y
alcanzando Illyana su manifestación más siniestra, la Niña Oscura que se
sacrificaría para cerrar el portal al Limbo… aunque al final, Illyana no
moriría, sino que reaparecería convertida de nuevo en una niña pequeña, como si
su exilio en el Limbo nunca hubiera tenido lugar, como si nunca hubiera sido la
siniestra aprendiz de Belasco. Parte de los X-Terminadores (Rictor y Bum-Bum)
pasarían a formar parte del plantel de Nuevos Mutantes; y aunque su parte en el
desarrollo de la saga habría terminado… el mundo aún no estaría a salvo.
Porque
serían la Patrulla y Factor-X quienes tendrían que cerrar las tramas de esta
historia. Los dos grupos se ven arrastrados por la demonización progresiva de
Nueva York, y la Patrulla-X tiene un nuevo enfrentamiento con los Merodeadores
en El Callejón, donde los seguidores de Siniestro se habían instalado. Mientras
Factor-X hacía frente a lo que ocurría en la superficie (trenes demonio y cosas
así) y Scott y Jean Grey trataban de encontrar al hijo del primero con
Madelyne, secuestrado por los demonios, la Patrulla combatía en el subsuelo… y
se iba entregando cada vez más a la oscuridad que les rodeaba. Con la Patrulla
y Factor-X en Nueva York, el encuentro es solo cuestión de tiempo, y se produce
auspiciado por las manipulaciones de Madelyne Pryor, convertida por las
manipulaciones de N´Astirh en la Reina Duende. Durante este tiempo, Madelyne,
guiada por N´Astirh, se había enfrentado a Siniestro, averiguando por fin su
origen: Madeyne Pryor había sido un clon de Jean Grey, uno de los juguetes
genéticos de Siniestro, atrapada en estado comatoso hasta el momento en que
Fénix se suicidaba en la Zona Azul de la Luna, despertando y diciendo las
mismas palabras que “Jean” había dicho justo antes de morir. Siniestro había
manipulado su vida para cruzarla en el camino de Scott Summers, y había decidido
destruirla cuando Jean Grey había vuelto a la vida. Pero Madelyne no estaba
dispuesta a convertirse en un juguete, y movida por el rencor y la ira, estaba
dispuesta a hacer arder el mundo para vengarse de las manipulaciones de
Siniestro y del abandono sufrido en manos de Cíclope.
De
la Patrulla-X, Dazzler y Longshot se ven arrastrados por el Inferno, mientras
que Kaos, directamente, movido por sus sentimientos hacia Madelyne, se pone de
su lado. El resto de los miembros del equipo (Pícara, Mariposa Mental, Lobezno
y Tormenta) también se ven tocados por la oscuridad, no así Coloso, que de
hecho, además de participar en los números de Patrulla-X lo hará en los de
Nuevos Mutantes, ayudando a Illyana a luchar contra S´Ym. Por supuesto, el encuentro
entre Factor-X y la Patrulla se lleva a cabo como se llevan a cabo los
encuentros entre casi cualquier grupo de superhéroes. A ostias. Y es que había
mucha mala sangre entre ellos. La Patrulla aún creía que Factor-X eran
cazadores de mutantes, que habían traicionado el sueño de Xavier. Los miembros de Factor-X estaban convencidos de que la Patrulla había muerto. Ambos habían sido traicionados, unos por Madelyne, los otros por su relaciones públicas, Cameron Hodge, miembro del grupo radical antimutante "La Verdad" y que había acabado con la vida de la novia de Warren, Candy Southern, para caer luego él mismo ante las afiladas alas del Ángel Oscuro. La lucha entre Patrulla-X, Factor-X, N´Astirh y Madelyne Pryor se desarrollaría en varios niveles, hasta que finalmente los X-Men y Factor-X dejaran a un lado sus diferencias para derrotar a N´Astirh, suicidándose después Madelyne en un último esfuerzo por destruir a Jean Grey, que unificaría por fin sus recuerdos, quedando clara la relación entre Madelyne, Jean y Fénix, como hemos dicho antes. Pero el enemigo final de Inferno, no sería otro que el propio Mister Siniestro, a quien la Patrulla y Factor-X se enfrentarían unidos, en la abandonada Mansión del Profesor Xavier, que resultaría destruida en el conflicto. Los dos grupos tendrían que hacer frente a Siniestro y Malicia/Polaris, descubriéndose la participación de Siniestro en muchos acontecimientos de la vida de Cíclope. La lucha entre los dos equipo y Siniestro es uno de los momentos más trepidantes de la historia del cómic, e Inferno acaba, como era de esperar, con los dos equipos dejando a un lado sus diferencias, lo que permitiría su colaboración en futuras ocasiones (lo veremos en Proyecto: Exterminio o la Saga de la Isla Muir...), y desde luego, pone un punto y aparte más que adecuado a la épica que inunda toda esta saga.
Si los guiones de Louise Simonson y Chris Claremont son impecables en cada uno de los números de Inferno, no son menos apropiados los lápices de la saga. Los números de Patrulla-X fueron realizados en su totalidad por Marc Silvestri, cuya original narración hace que Inferno tenga cierto toque de perfección que muchas otras historias no han podido alcanzar. Y aunque en la comparación directa desde mi punto de vista sale perdiendo, no menos importante es el trabajo que Walter Simonson, de trazo mucho más libre que Silvestri, hace en los números de la saga correspondientes a Factor-X, siendo él el dibujante que da forma a la espectacular lucha entre los héroes mutantes y Siniestro, en un número que debería ser enmarcado y mostrado en los museos.
Si las historias de mutantes son grandes, Inferno es probablemente la mejor de todas ellas. Aun babeo cada vez que la leo.
En serio.
Wow.