martes, 13 de noviembre de 2012

nuDC: FLASH 2


Poner 52 colecciones en el mercado de golpe, todas desde el número uno y todas planteando nuevos orígenes, enemigos o trasfondos para los personajes, es desde luego, todo un desafío. Un movimiento editorial tan arriesgado como ha sido el reboot de DC tras Flashpoint nos iba a traer, evidentemente, algunas genialidades, algún producto basura, y entre medias, mucha morralla.




                Además, este movimiento y la asignación de equipos creativos novedosos a la gran mayoría de las colecciones, hace que DC haya vivido su propio “momento Image”, con diferentes dibujantes que han saltado a la palestra como guionistas, como en su día hicieron Jim Lee, Rob Liefeld o Todd McFarlane; y siguiendo la estela que en DC había marcado ya Tony Daniel, autor completo de sagas tan importantes como La Batalla por la Capucha y que ha continuado al frente de una de las colecciones de Batman. A él se ha unido el espectacular David Finch (con unos guiones que parecen ser bastante menos espectaculares que su dibujo), J.H Williams (que sabiamente se ha buscado un guionista con experiencia como apoyo para su Batwoman), y los autores del tomo del que vamos a hablar hoy: el dibujante Francis Manapul y el entintador Dennis Buccellato, que se encargan tanto del guión como del trabajo gráfico en Flash.



                ECC ya nos ha traído el segundo tomo de la colección del velocista escarlata, incluyendo los números del 5 al 8 de la colección, donde nos encontramos con el final de la saga que dio inicio a la colección y el arranque de un nuevo arco. Y la verdad es que lo que este tomo parece ser que nos traerá tiene bastante mejor pinta que lo que hemos ido dejando atrás. Y es que quizá por comparación con los guiones anteriores (recordemos que la colección Flash había quedado tras Crisis Final en manos de Geoff Johns, que se vio acompañado por el impresionante Ethan van Sciver y posteriormente por el propio Manapul), quizá por añoranza de Wally West o quizá porque realmente el equipo que está al frente de la colección no llega todavía a hacer un trabajo más allá de la mera corrección, parece que el primer tomo de Flash supo a poco… y este trae planteamientos más interesantes, la verdad.
                Si en el primer tomo de Flash posterior a Flashpoint nos encontrábamos con la aparición de un nuevo enemigo (o de muchos, según se mire) para el velocista escarlata, la Oclocracia; en este segundo Manapul y Buccellato, además de concluir la trama anterior, deciden traernos dos personajes clásicos: el Capitán Frío y un Gorila Grodd bastante salvaje que se convierte enseguida en la amenaza que está por venir. En el número 1 de Flash habíamos visto un pulso electromagnético que había sacudido las ciudades gemelas de Central City y Keystone, ambas patrulladas por el Velocista, y que debido a este pulso, habían perdido la mayor parte de su tecnología, con todo lo que eso conlleva en una ciudad moderna. Ahora, en el segundo tomo, abordamos las consecuencias de ese pulso, tanto a nivel social (Flash es culpado por buena parte de la población civil de las consecuencias del PEM) como puramente comiquero, y es que, como era previsible, el pulso electromagnético desembocó en una fuga de la prisión de Iron Heights… y en la libertad del Capitán Frío, que por algún motivo ya no necesita de su pistola y convertido en una especie de Hombre de Hielo malvado, culpa a Flash del riesgo de muerte  que sufre su hermana (Lisa Snart, que en el universo DC anterior estaba muy muerta) debido al PEM, decide olvidar sus antiguos principios éticos como “barómetro moral” que había sido de los Villanos, y matar a Flash. O al menos intentarlo.



                Y al mismo tiempo, Barry (he estado a punto de decir Wally… ) descubre que la Fuerza de la Velocidad está provocando auténticos problemas con el Espacio-Tiempo, abriéndose agujeros temporales que amenazan con arrasar la Tierra en algún momento. Para esto, Manapul y Buccellato deciden convertir la Fuerza de la Velocidad en una especie de dimensión alternativa, más normalita que aquella que habíamos visto cuando Johns era el guionista de la colección, pero aún con cierto toque friki/científico que hace que este concepto sea uno de los más interesantes de la serie,
                La lucha con Frío y los problemas con la propia Fuerza de la Velocidad son los dos motores de la historia que se nos cuenta en este tomo, en el que, como he dicho antes, se nos deja ver que pronto tendremos a Gorila Grodd entre nosotros. La lucha con Frío es bastante entretenida, la verdad, y quizá sea el desarrollo de la parte de la historia que transcurre en la Fuerza de la Velocidad (con aparición de un nuevo enemigo para Flash incluida) la que más da la impresión de flojear, no llegando más allá de una historia muy básica, al menos de momento.
                Así que, bueno, nos encontramos ante una colección que, de momento, sin ser nada del otro mundo y estando incluida en este nivel medio que ha traído el nuDC (donde sin duda las auténticas joyas están siendo Batman, Batwoman o La Cosa del Pantano), al menos apunta hacia el entretenimiento, y hay que reconocer que el dibujo de Manapul tiene su puntillo.
                ¡Yo estoy deseando que llegue Grodd!

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