martes, 27 de agosto de 2013

TIEMPO DE CENIZAS

                Hay un dicho popular que dice que las segundas partes nunca fueron buenas. Esto puede ser más o menos creíble, dependiendo de hacia dónde miremos. Hay casos obvios en los que no es así, y otros, como es el que nos ocupa, en el que más bien sí. Hace ya tiempo que comenté en el Iconocronos la obra Prométeme que serás libre, de Jorge Molist, que me dio muy buena impresión. En este libro, Molist nos contaba la historia de Joan Serra de Llanfranc, el joven hijo de un pescador cuyo pueblo es asaltado por piratas. Joan se convirtió en artillero, en librero, en soldado, tendría que hacer frente a la Inquisición y a los eventos históricos del momento.



                Esa misma trama es la que continúa en Tiempo de Cenizas, la continuación de Prométeme que serás libre. En este tomo, nos encontramos a Joan Serra afincado en Roma, donde posee junto a su esposa Anna la que probablemente sea la mejor librería de la ciudad. A pesar de los intentos de Joan por permanecer libre, irá descubriendo que hay lazos inevitables: honor, lealtad o amor, y que muchas veces tienen intereses contrapuestos. A través de la historia de Joan, Jorge Molist nos introduce en el complejo mundo de la política italiana de principios del Siglo XVI, los movimientos entre las propias ciudades-estado y la política expansionista del Papado bajo el mando de Alejandro VI y sus hijos, Juan, César, Jofré y Lucrecia Borgia, todos ellos ocupando papeles de secundarios más o menos relevantes en la historia de Juan. A través de su amistad con el hombre de confianza de César Borgia, Miquel Corella (el infame Don Michelotto), Joan Serra se implica en los movimientos de la familia, sus conflictos dentro de Roma o por el dominio de Italia. Asistimos así a los enfrentamientos entre los catalani y los romanos encabezados por los Orsini, y a las batallas por el control de Nápoles, así como a la presencia de Girolamo Savonarola en Florencia.
                Además de los movimientos políticos de la época, Joan tiene que hacer frente a su propia vida familiar y a la lucha personal de Joan y algunos de sus viejos conocidos por mantener a flote la cultura y el saber frente a la política represiva de la Inquisición y buena parte de la sociedad del siglo XVI.
                Como veis el ambiente es interesante y muy parecido al de la primera novela, sin embargo, Tiempo de Cenizas carece de la garra que tiene el primer libro. Las historias de Joan Serra son forzadas, y la narrativa de Molist se hace demasiado retórica y lenta. Su intervención en varias de las situaciones (como la presencia de Savonarola en Florencia) parece forzadísima, recordando a Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, en los que la casualidad quería siempre que el protagonista se encontrara en los eventos más importantes de la historia de España. Y el libro está construido de modo que parece tener varios finales, así que, debo admitir, que terminé aceptando uno de ellos como bueno, y lo dejé, un poco aburrido ya del libro.

                En fin, como he dicho antes, hay veces en las que la sabiduría popular tiene razón… y esta, es una de ellas.

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