Después de acabar con los muertos vivientes invocados por Meredoth, Berenice increpó a Ezekiel, pidiéndole explicaciones sobre lo que habían visto, y el recién llegado le explicó que parte de sus habilidades venía de la presencia de espíritus a su alrededor. Aunque la respuesta no dejó demasiado satisfecha a la elfa, resultó creíble para todos, así que permitieron que Ezekiel les curara las heridas sufridas en su enfrentamiento con Meredoth y sus secuaces. Berenice y Balduin escucharon unos quejidos provenientes de un pasillo, pero antes de explorarlos, decidieron volver al balcón donde se habían enfrentado con Meredoth y donde Balduin creía haber visto dos puertas ocultas. Utilizando sus artefactos mágicos para trepar, Berenice y Balduin subieron de nuevo, abrieron las puertas y se internaron en los pasillos interiores de la fortaleza de hielo, mientras sus compañeros esperaban abajo. Finalmente, descubrieron un laboratorio, donde fueron atacados por una virulenta niebla venenosa. Berenice retrocedió, pero Balduin decidió continuar hacia delante, y mientras la elfa llamaba la atención de sus amigos y trataba de ayudarles a escalar hasta el balcón, el Paladín enano se encontró haciendo frente a Meredoth en solitario. Escuchando el ruido de la batalla, Berenice dejó a Ronna y Ailyn trepando, antes de volver para ayudar a Balduin a hacer frente al nigromante.
Mientras, Kenzi y Ezekiel decidieron investigar el origen de los quejidos que escuchaban, y descendieron por un empinado pasillo de hielo hasta una sala, en la que encontraron aprisionada a su eventual aliada, la druida gnomo Raven, rodeada de una plaga de esqueletos de animales no muertos. Una vez liberada Raven, Kenzi y Ezekiel la ayudaron a abandonar la habitación, mientras Ailyn llegaba a tiempo de ver como liberaban a la druida, después de desistir en alcanzar el balcón. Con Raven junto a ellos, volvieron a la sala de la batalla, y Raven tomó la forma de un cuervo, volando toda velocidad hacia los pasillos donde Balduin y Berenice se enfrentaban a Meredoth. El Paladin Enano y la Ladrona Elfa habían aguantado contra el nigromante, y le habían dejado herido, y finalmente, convocando un relámpago, Raven acabó con él, terminando con el dominio de Meredoth sobre Todstein, y vengando finalmente a todas sus víctimas en Graben.
Después de registrar las habitaciones del nigromante y encontrar varios objetos mágicos,volvieron finalmente a la playa, donde el barco de la minotauro Arrin les esperaba para llevarles de vuelta a Graben. El Juez Galavan les recibió, y se quedaron en la isla un par de días, recuperándose y esperando la llegada de las nieblas que les enviaran a otra ubicación... pero finalmente, estas no llegaron. Galavan les sugirió que dejaran Graben y viajaran a Lamordia, el dominio al que pertenecía la isla, pues quizá allí pudieran encontrar nuevas pistas sobre como regresar a su hogar. Ezekiel y Raven decidieron acompañarles, y así, partieron hacia Lamordia, pero una tormenta desvió su barco hacia otro dominio: Darkon. Por lo que pudieron averiguar, Darkon era el dominio del Príncipe Azalin, el reino más grande de Ravenloft, y sorprendentemente, tenía fama de ser un reino excepcionalmente tranquilo y ordenado. Aunque a su llegada a Puerto Martira Ezekiel estuvo a punto de sufrir un accidente, finalmente emprendieron el camino hacia la capital, Il Akur. Sin embargo, pese a que como les habían dicho los caminos parecían seguros, Balduin se encontraba cada vez más inquieto, pues tenía la sensación de conocer aquel lugar, era en el que se habían desarrollado sus visiones sobre un jinete sin cabeza, visiones que al parecer, Ezekiel también había tenido.
Y como esperaban, fueron atacados por el brutal Jinete sin Cabeza. Mientras Raven desde el aire y Berenice desde el suelo trataban de discernir a qué se enfrentaban, Ronna trató de plantar cara al Jinete, y para sorpresa y horror de todos, fue limpiamente decapitada por la guadaña del jinete. Ailyn y Balduin consiguieron hacer frente al Jinete, aguantando diversos ataques, mientras Kenzi y Ezekiel trataban de atacarle desde la distancia, después de descubrir que su magia era inútil contra él. Raven se unió a la batalla, pero Berenice descubrió que algo extraño estaba pasando a su alrededor... y de pronto, un coro de quince cabeza hizo su aparición, y con su canto, les lanzó de vuelta al pasado, donde fueron de nuevo atacados por el Jinete... y un trío de Contempladores. Balduin tuvo un encontronazo con Ezekiel, que en sus visiones había entendido que para continuar debían morir, y pretendía dejarse matar por el Jinete, y a pesar de la defensa de Balduin, tanto Ezekiel como Raven permitieron que el Jinete acabara con sus vidas. Berenice, Kenzi y Ailyn lucharon hasta que, paralizados por los rayos de los Contempladores, cayeron decapitados, y Balduin fue derrotado por lo rayos de muerte de las criaturas. Como Ezekiel había dicho, todos murieron en el camino de Il Akur...
Para despertarse en un extraño lugar, una especie de laboratorio bajo los cuidados de un cadáver viviente, y para descubrir con horror que sus cabezas habían sido separadas de sus cuerpos, animados por la voluntad del cadáver, que se presentó a ellos como Azalin. Mientras sus propios cuerpos les introducían en unas vasijas, Azalin les contó que había sido el segundo señor en llegar a Ravenloft, después de Strahd von Zarovich, el señor del dominio de Barovia. Strahd había mantenido a Azalin prisionero por largo tiempo, y aunque ahora Azalin era el señor de su propio dominio, continuaba ansiando venganza contra Strahd. Su plan incluía enviar las mentes de los aventureros al pasado, al momento de la boda del hermano de Strahd, Sergei von Zarovich con la amada de Strahd, Tatyanna. Aquel había sido el momento en que Strahd había pactado con las Tinieblas, el momento en que Barovia había sido llevada a Ravenloft... y el momento del que Azalin quería tomar el Amuleto de la Familia Raven, un poderoso símbolo sagrado que podía contener la llave de la destrucción de Strahd. A pesar de sus quejas, Azalin estaba decidido a hacerlo, a enviarles al pasado para que tomaran el lugar de algunos de los presentes en aquella siniestra boda... Y el coste, seria el de su propia vida, pues cada viaje les dejaría más débiles...
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