La casa infernal by Richard Matheson
My rating: 2 of 5 stars
Para empezar, esperaba bastante más de este libro. Y aunque me ha decepcionado muchísimo, he decidido no quedarme con una sola estrella por el tiempo que hace que fue escrito y porque quizá en su momento sí que era la leche y es hijo de un contexto que no es el mío. Supongo que es como ver El Exorcista ahora, en su momento supongo que daría mucho miedo, pero hoy con todo lo que se ha trabajado en el género del terror después, no genera tanta impresión... pero creo que hay que respetar a los pioneros en lo que hacen, y de ahí que no deje el libro en una sola estrella.
El planteamiento de la historia es muy sencillo, y eso también me gustaba, que no era un libro de infinitas páginas: un heterodoxo grupo de investigadores es contratado por rico filántropo para que pasen una semana en un lugar conocido como "La Casa Infernal", una mansión que había pertenecido a un hombre rico y perturbado llamado Emeric Belasco. El objetivo del equipo es certificar la existencia o no de vida después de la muerte, y lo deberán hacer en la casa encantada más peligrosa del mundo, según nos dicen, pues ya ha acabado con varios equipos de investigadores. El equipo estará formado por un físico y parapsicólogo, llamado Lionel Barrett, su esposa Edith, una medium espiritual llamada Florence Tanner, y un médium físico, Benjamin Fischer, que además es el único superviviente del grupo que entró en la casa en 1940, treinta años antes del desarrollo de la novela.
Desde el principio, la dinámica del grupo es regulera. Todos ellos llegan cargados de prejuicios y de historias dramáticas: las concepciones del universo de Barrett y Tanner chocan continuamente, Fischer aún no ha superado todo lo que ocurrió treinta años atrás, y Edith realmente bastante tiene con aguantar a su marido y mantener sus constantes vitales. Y es que ese es el primer problema de la novela. Los personajes son... no sé si decir desagradables, o simplemente que yo no he empatizado con ellos, ni siquiera a través de sus dramas personales. Y lo que no me ha gustado, ha sido la concepción del terror que utilizó Richard Matheson para su Casa Infernal. No hay sutilidad, no hay... no sé, no hay escalofrío. Todo lo que pasa es brutal, y además, tan cargado de sexo y depravación que resulta grotesco.
Creo que esa es la palabra, creo que la novela abusa de lo grotesco (de los términos psi, pero bueno, eso ya supongo que es cosa de que es hija de su tiempo), de modo que la quinta vez que a uno de los personajes le muerden los pezones los espectros, ya no sólo no impacta, sino que resulta repetitivo.
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