MATAR A UN RUISEÑOR

 

Matar a un ruiseñor by Harper Lee
My rating: 5 of 5 stars

Bueno, cuando empezó 2020 yo tenía una idea en mente, que era leer Matar a un Ruiseñor. ¿Por qué? Pues no lo sé, porque me había dado por ahí a finales de 2019. Yo normalmente me centro en leer libros de género, es decir, fantasía, ciencia ficción, terror... y alguna cosa de historia. Pero siempre he oído hablar muy bien de Matar a un Ruiseñor, y me había llamado la atención desde que hace ya tiempo escuché que (junto a Las Aventuras de Huckleberry Finn) se había prohibido en algunos estados de Estados Unidos debido a que técnicamente utilizaba un lenguaje racista y no sé qué pamplinas de ese tipo. Y con la complicación de 2020, este libro se me había ido cayendo de la lista de lectura hasta que finalmente hace unos días dije que hasta aquí, que tocaba leer Matar a un Ruiseñor. Y a lo he leído. En esto por lo menos he conseguido mi objetivo de 2020.

Así que hablemos de Matar a un Ruiseñor y de Harper Lee, su autora... aunque de Harper Lee se puede hablar poco, escribió Matar a un Ruiseñor, no escribió nada nunca más y un poco antes de morir, reveló que había otro libro, Ve y pon un Centinela (este me lo apunto en pendientes). Y poco más. Pero el libro es una puñetera maravilla. Matar a un Ruiseñor nos habla de la historia de una niña a la que su familia llama Scout, y como vive su infancia en Maycomb, Alabama, junto a su hermano mayor Jem y su padre, el abogado Atticus Finch, además de su criada negra, Calpurnia. Y a través de los ojos de Scout, nos vamos a ir adentrando en la intolerante sociedad de la Alabama previa a la Segunda Guerra Mundial, un mundo diferenciado y en blanco y negro, en el que el día a día de la familia Finch se ve de pronto roto por uno de los casos de su padre, que trastocará ese status quo permanente de Maycomb. Y es que Atticus tendrá que defender a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca.

Seguro que en docenas de sitios se dirá que Matar a un Ruiseñor es un cuidado retrato de la sociedad de los estados del sur durante la primera mitad del Siglo XX, y ese tipo de cosas, así que yo no voy a repetirlas. Simplemente diré que me parece una obra que en lugar de prohibir habría que convertir en obligatoria, y que con todas sus expresiones "malsonantes" y escandalosas es toda una defensa de la igualdad y la empatía. Quizá esperaba que la parte del juicio fuera un poco más larga o que hubiera comenzado antes, pero lo cierto es que una vez acabado el libro, creo que no se le puede poner un pero. Así que nada, una maravilla.


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