viernes, 29 de junio de 2012

X-MEN: ¡EL CLUB FUEGO INFERNAL! ¡BELASCO! ¡DRÁCULA! ¡EL NIDO!


                Tras su enfrentamiento con Magneto y Arcade, la Patrulla-X tuvo que hacer frente a un enemigo del que pensaban que ya se habían deshecho: Emma Frost, la Reina Blanca del Club Fuego Infernal, que al parecer salió mejor parada de su enfrentamiento con Fénix de lo que todos pensábamos, Patrulla-X incluida. Y Emma irrumpe de nuevo (asociada con Sebastian Shaw) revelando la que será una estrategia que seguirá numerosamente en el futuro: atacando el entorno de Xavier a través de sus miembros más jóvenes. En ese caso, los padres de Kitty Pryde deciden trasladarla a la Academia de Massachussetts, dirigida por Emma Frost. Tormenta acompaña a Kitty, y sufre el ataque de Emma, que utiliza una pistola que intercambia sus cuerpos. El plan de Emma tiene éxito, y utilizando los poderes de Ororo consigue derrotar a la Patrulla, pero la intervención de la verdadera Tormenta (en el cuerpo de Emma) y Kitty, que ha descubierto todo el plan, salva a la Patrulla, que prácticamente no tendrá tiempo de respirar, pues pronto verán que el Senador Robert Kelly, al que conocimos en Días del Pasado Futuro, comienza a promover leyes de control sobre los mutantes. La Patrulla, dirigida por Tormenta y ayudada por Carol Danvers, se infiltra en el Pentágono para eliminar la información que sobre ellos tienen los militares, pero dentro del centro neurálgico de inteligencia de Estados Unidos se encuentran con Mística (cuya identidad de Raven Darkholme es una de las autoridades de defensa militares) y Pícara. El conflicto entre ambos hace que la batalla escape de manos de la Patrulla, y termine haciéndose pública, por lo que aquí empezamos a ver cómo Claremont comienza a distanciar a sus personajes del resto del entramado de héroes del mundo Marvel. Hasta este momento, habíamos visto que la Patrulla-X era un “equipo más”, con sus peculiaridades, pero con los mismos privilegios que los Vengadores o los 4F. Poco a poco, eso va a cambiar.



                Y antes de continuar con su historia, Claremont tiene tiempo de diversificar, y lo hace en dos campos. Por un lado, en estos momentos tenemos la historia en la que, por primera vez, los Mutantes se internan en el Limbo de Belasco tratando de rescatar a Illyana, la hermana de Coloso, y tras enfrentarse a muchas pruebas mágicas, consiguen rescatarla, pero vuelve con catorce años, en lugar de los seis que tenía cuando desapareció, historia que sabemos que luego tendría su continuidad en Nuevos Mutantes, Inferno… e incluso en recientes números de X-Men Academy obra de Kyle y Yost. Por otro lado, hace que los Mutantes se adentren en el territorio de lo Sobrenatural, acercándose al personaje que había sido uno de los iconos de la Marvel de los años setenta. Ni más ni menos que el propio Drácula, que, interesado por Tormenta, a la que está a punto de convertir en vampiro, se convierte en adversario de los X-Men. Estos números cuentan además con el dibujo de Bill Sienkiewicz, al que vemos aquí con un trazo mucho más nítido de lo que sería más adelante, en sus obras magnas, La Saga del Oso Místico en Nuevos Mutantes, o Elektra Asesina.





                Tras enfrentar a la Patrulla-X al Club Fuego Infernal, a su propio país, a Belasco y a Drácula, Claremont decidió que había llegado el momento de retomar una de sus creaciones más brillantes: los Shi´ar. Y lo hace en una de las más largas sagas que ha tenido la Patrulla-X, la llamada Saga del Nido. La Saga en sí tiene dos partes claramente diferenciadas: en la primera de ellas, la Majestrix Lilandra es secuestrada por una fuerza desconocida, lo que trae a los Shi´ar a la Tierra, y hace que los X-Men se enfrenten  a la hermana mayor de Lilandra, la que parece ser la guerrera definitiva Shi´ar, Ave de Muerte, mientras los X-Men descubren que la desaparición de Lilandra es un complot de un sector dentro de los propios Shi´ar, un golpe de estado dirigido por Ave de Muerte, que ha conseguido la ayuda de una raza alienígena: el Nido. Auténticas máquinas de matar, los eslyzoides del Nido nos recuerdan estéticamente a los Alien de Ridley Scott, pero encima con hábitos sociales psicópatas y armas. Y alas. Tras esta primera parte, en la que la Patrulla (con la ayuda de Corsario, de los Saqueadores Estelares, que resulta ser el Mayor Christopher Summers, padre de Cíclope y Kaos) se enfrenta a Ave de Muerte y al Nido en la Tierra, llega la segunda, la gran odisea espacial de los X-Men. Hasta este momento, la Patrulla-X no había sido un grupo de aventuras “espaciales”. Para eso estaban los Vengadores, o sobre todo, los Cuatro Fantásticos. Claremont ya había cambiado esto anteriormente, presentando a los Shi´ar y llevando a los mutantes a combatir en el cristal M´Krann, o haciendo a este imperio galáctico intervenir en la Saga de Fénix Oscura. Ahora, la Patrulla retoma la Space Opera, pues en una falsa fiesta de celebración por su victoria, ellos y Carol Danvers son atrapados por el Nido, que ha decidido utilizarlos como cascarones para sus Reinas. Es aquí donde tiene lugar un episodio legendario de X-Men, protagonizado por Lobezno y narrado por completo en primera persona, en el que vemos la naturaleza más salvaje de Logan, enfrentado a criaturas aún más peligrosas que él. El enfrentamiento contra el Nido hizo que la Patrulla-X estuviera desaparecida de la Tierra tanto tiempo que el Profesor Xavier fundaría los Nuevos Mutantes, el primer fill-in de la Patrulla-X. En esta saga, además de ver a la Patrulla enfrentarse al Nido, conocemos a sus naves vivientes, los Acanti, los Cantores Espaciales, y asistimos a la transformación de Carol Danvers en uno de los héroes cósmicos del Universo Marvel durante muchos años: Binaria, obra de la ingeniería genética del Nido. Tras derrotar a sus captores y eliminar los huevos de su interior, los X-Men volverían a casa sólo para encontrarse con que la Reina-Nido que ocupaba el cuerpo de Xavier había eclosionado, los X-Men tendrían que aliarse con los Nuevos Mutantes para derrotar a Xavier, que sería destruido, aunque la tecnología de clonación de Moira McTaggert, tendríamos un nuevo Profesor Xavier, con todos los recuerdos del anterior… y además capaz de andar.




                Aunque la mayor parte de la historia del Nido estuvo pintada por David Cockrum, su final llegaría de los lápices de Paul Smith. De trazo limpio y casi minimalista, Paul Smith es, probablemente, uno de los dibujantes con más personalidad que han pasado por las páginas de X-Men, y que a mí siempre me ha parecido de los más interesantes. Así que nada, seguiré disfrutando con esta revisión…

miércoles, 27 de junio de 2012

CRANBERRIES: ZOMBIE

Hoy, en los Miércoles Musicales echamos un poco la vista atrás (quien dice un poco dice así como dieciocho años), y nos vamos a quedar con el que fuera el primer single del grupo Cranberries que vería la luz, para sorprendernos a todos con la fuerza de sus letras, su vídeo, y sobre todo, la increíble voz de Dolores O´Riordan, que sin duda debe ser contada como una de las grandes voces de la historia de la música.

¡¡Que lo disfrutéis!!

lunes, 25 de junio de 2012

LIGA DE LA JUSTICIA OSCURA 1


                

De los muchos guionistas británicos que llegaron en los 80 al mundo del mainstream americano y se convirtieron en las estrellas de Vértigo, el irlandés Peter Milligan es uno de los que menos me ha convencido históricamente. Aunque Shade me pilló demasiado joven, hace no demasiado hice un intento de acercamiento, y la verdad es que me alejé igual que había llegado, sin entender nada. X-Statix me pareció muy entretenida, pero quizá algo sobrevalorada. Y bueno, su etapa en X-Men es, como poco, olvidable. Así que no tenía demasiadas esperanzas puestas en la que debe ser la más curiosa de las colecciones de las Nuevas 52 de DC, Liga de la Justicia Oscura. Pero normalmente le doy una oportunidad a todo lo que lleve en el título “Liga de la Justicia”, así que…
                Me ha encantado.
                Así, tal cual. Este primer tomo me ha parecido una introducción perfecta  a una historia genial, y encima, con un dibujo de lo más atractivo, obra de los lápices de Mikel Janin, procedente del mundo del comic independiente y al que ya habíamos visto en Flashpoint: Deadman y los Grayson Voladores.



                Liga de la Justicia Oscura supone el intento por parte de la dirección de DC de integrar en el nuDC a personajes que antes habían formado parte del sello Vértigo, que ahora van a incorporarse al mundo superheróico tradicional. El grupo surge, como casi siempre, por una necesidad, y su planteamiento será hacer frente a las amenazas “mágicas” que acechen al universo DC, cubriendo un poco el hueco de una de las series desaparecidas, Shadowpact. June Moon, la Encantadora, que formó parte de Shadowpact y que fue protagonista de Flashpoint: Los Siete Secretos, actúa como vínculo entre estos tres puntos, y se convierte en detonante de la unión de esta Liga de la Justicia Oscura, al perder June Moon el control sobre La Encantadora y todo su poder, lo que lleva a que el mundo se vea azotado por una serie de situaciones sobrenaturales de lo más original. Zatanna, Madame Xanadú, John Constantine, Shade, Deadman y el recientemente creado Mindwarp se unen para hacer frente a la locura desatada por la Encantadora… y ahí tenemos el arranque de la saga. Y no sé mucho más, que sólo he leído el primer número.



                La verdad es que lo que me ha encantado ha sido la forma en la que Milligan ha narrado la historia, con un estilo entre mágico y poético que me ha recordado el Sandman de Neil Gaiman, la American Gothic de Alan Moore o los primeros números de Hellblazer de Jamie Delano. No sé aún si la trama estará a la altura pero desde luego, la forma es de lo más atractiva. 

viernes, 22 de junio de 2012

X-MEN: DEL WENDIGO AL CUENTO DE HADAS DE KITTY


                Fénix moría, Jean Grey, uno de los personajes fundadores de la Patrulla-X, que hasta su transformación en Fénix permanecería en segundo plano y que se había convertido en protagonista absoluta de la serie durante varios meses, desaparecía de la colección. Pero los X-Men debían seguir adelante, aunque no lo harían todos. Cíclope, que había liderado el grupo desde el Giant-Size 1, se hacía a un lado, marchándose para vivir su propia vida, mientras Tormenta se convertía en la líder del grupo y, por un tiempo, el Ángel ocupaba el puesto de “miembro fundador” dentro de la estructura de la Patrulla, aunque su disconformidad con la permanencia en el equipo de Lobezno le llevaría a marcharse de malas maneras de la Patrulla (tiempo que Warren dedicaría a Los Campeones y los Defensores).



                Y sobre todo, llegaba la nueva adquisición del grupo. Kitty Pryde, Espíritu, a la que habíamos conocido durante la saga de Fénix Oscura, aquella chica judía de trece años y medio que vivía en Chicago y había conseguido salvar a la Patrulla del Club Fuego Infernal, se convertía en la nueva adquisición de la Patrulla-X, y en uno de los ejes sobre los que girarían los siguientes números de Claremont, que utilizaría a Kitty como “los ojos del lector”, utilizándola como filtro para muchas sensaciones, y dándole un protagonismo que la convertiría en la mujer X favorita de una generación (entre la que yo debería estar, pero es que nunca me ha caído demasiado bien…).
                El primer desafío contundente de la Patrulla-X tras la muerte de Fénix llegaría en la historia del Wendigo, en la que Rondador y Lobezno colaboraban con el superequipo canadiense que Byrne había creado y mostrado en las páginas de X-Men. Por supuesto, se trata de Alpha Flight, la serie que durante mucho tiempo el guionista y dibujante canadiense llevó en solitario durante mucho tiempo y que se ha convertido en otro icono de la historia del cómic. Para unirles, Claremont y Byrne recurrieron a una vieja amenaza del pasado de Lobezno, y que estaba vinculada a los mitos de los bosques canadienses. El Wendigo, una criatura salvaje caníbal, había sido el enemigo al que Hulk hacía frente en la primera aparición de Lobezno, y ahora se convertía en el pegamento que llevaba a la primera alianza entre X-Men y Alpha Flight  tras sus enfrentamientos anteriores. Pero el bautismo de fuego de estos nuevos X-Men llegaría poco después, en otra de esas historias que han alcanzado el nivel épico de “Saga”: Días del Futuro Pasado.



                Supongo que no tengo que explicarle a nadie de que va a esta saga, porque todo el mundo debe haberla leído. Aquí tenemos la presentación del futuro en el que los Centinelas han dominado Estados Unidos y exterminado a la mayoría de los mutantes. Comienza el trasfondo político de los X-Men, con el Senador Robert Kelly llevando adelante la Ley de Registro Mutante, aparece por primera vez “Rachel”, la que más adelante sabremos que es Rachel Summers, la versión adulta de Franklin Richards (a la que nunca veremos en la dimensión oficial, por aquello de que Franklin no parece decidido a crecer nunca), y la nueva Hermandad de Mutantes Diabólicos, en la que encontramos personajes como Mística, Destino, Mole, Pyros y Avalancha. Byrne pondría el punto final a su estancia en X-Men con Demonio, una historia protagonizada por Kitty Pryde en solitario que abriría las puertas de la Patrulla-X a David Cockrum, el dibujante del mítico Giant Size 1, y que había dibujado la mayoría de los comics anteriores a la llegada de Byrne. Cockrum es menos espectacular que Byrne, y probablemente sus colaboraciones a nivel de argumento, mucho menores, pero desde luego, la colección continuó con una gran calidad. Con Tormenta como líder, la Patrulla-X tendría que hacer frente a una extraña alianza entre el Doctor Muerte y Arcade, Cíclope encontraría una nueva forma de vida enrolándose en un barco, el Arcadia de la Capitana Aleytys “Lee” Forrester, lo que le llevaría finalmente a un enfrentamiento con D´Spayre, un personaje místico procedente del universo del Doctor Extraño; y finalmente, el destino de Cíclope y el de la Patrulla volvería a cruzarse para hacer frente a Magneto, en uno de los momentos que más han marcado la historia de este villano, que tras hundir un submarino junto a toda su tripulación y destruir una ciudad rusa, parece comenzar el camino de la redención tras estar a punto de matar a Kitty y darse cuenta de que es solo una niña. Para un hombre que tiene su pasado en Auschwitz, darse cuenta de que se había convertido en aquello a lo que más odiaba, fue realmente un punto de cambio para este personaje. Además, esta historia nos dio un entorno realmente llamativo en la “Isla-Cthulhu” de Magneto en el Triángulo de las Bermudas, y acercó a Carol Danvers, la antigua Miss Marvel, que había perdido sus poderes y se había alejado de la franquicia de los Vengadores tras convertirse en el personaje peor tratado de la historia del cómic (echad un ojo a su violación por Marcus y a como la trataron los personajes a su regreso) y perder sus poderes al enfrentarse a Pícara (por entonces, villana y fea).



                Una de las mejores historias de este momento será sin duda “El Cuento de Hadas de Kitty”, un genial cuento que Kitty le cuenta a Illyana Rasputin, la hermana de Coloso, utilizando como personajes a los miembros de la Patrulla en curiosas encarnaciones (la mejor, la de Rondador convertido en un duende) y que marcaría en el futuro muchas otras narraciones parecidas en a historia de cómic. 

jueves, 21 de junio de 2012

LOS VENGADORES: LA CRUZADA DE LOS NIÑOS


                Desde que hace ya varios años (miraría las fechas, pero me voy a sentir muy viejo) Allan Heinberg y Jimmy Cheung trajeran a nuestras vidas a los Jóvenes Vengadores, quedé completamente fascinado por el concepto, los personajes… Y eso que la idea de un grupo de Vengadorcitos no me hacía, en principio, demasiada gracia. Los Titanes funcionan en DC, pero no veía que tal concepto tuviera que ser llevado a Marvel.



                Para mi sorpresa (grata y grande) no lo fue. Heinberg y Cheung crearon algo completamente nuevo, completamente sorprendente y completamente adictivo. De entre todos los personajes que Heinberg y Cheung aportaron al mundo Marvel, desde el principio el que más me llamó la atención fue Wiccan, Billy Kaplan, el joven mago gay y judío que realiza sus hechizos a base de repetir las cosas que quiere que ocurran en voz alta. Por supuesto, la mera existencia de Wiccan y su relación con Hulkling (hacen la mejor pareja de Marvel desde Scott Summers y Jean Grey) levantaron ríos de tinta: eran jóvenes, menores de edad… Como poco, la situación era controvertida, y Heinberg la manejó con la normalidad que la cuestión merecía. Las aventuras de los Jóvenes Vengadores llegaron a su final con una versión contemporánea de la Guerra Kree-Skrull previa a la Invasión Secreta, ya que Heinberg tenía compromisos televisivos y cinematográficos que le apartaron de los comics, y Quesada (acertadamente o no) decidió que sólo sus creadores podrían continuar con los Jóvenes Vengadores.
                Obviamente esto fue así sólo relativamente. El equipo y los personajes eran demasiado buenos para dejarlos en el Limbo, y tuvieron sus participaciones en Civil War e Invasión Secreta, junto a los Runaways, y una serie limitada con cada uno de los personajes como protagonistas.



                Y finalmente, años después, Heinberg y Cheung hicieron hueco en sus agendas, y nos trajeron la continuación del proyecto Jóvenes Vengadores; La Cruzada de los Niños, en la que ni más ni menos, los chicos se implicarían en la búsqueda de la Bruja Escarlata. Bueno, yo daba palmas con las orejas. Debo explicar aquí que, junto a Jean Grey, probablemente la Bruja Escarlata sea mi heroína favorita de Marvel (sí, tengo un ojo cojonudo). Si el primer cómic de superhéroes que cayó en mis manos, como comentaba el otro día hablando de la Patrulla-X tenía que ver con la Saga de Fénix Oscura, el segundo que recuerdo, era un Vengadores, y allí estaban ellos. La Visión y la Bruja Escarlata. ¿Ha existido alguna vez una pareja más llamativa? Su segunda limited serie, que transcurría tras dejar ambos los Vengadores después de que la Visión intentara dominar el mundo, fue durante mucho tiempo la joya de mi colección, tuve que ahorrar para comprarme el tomo, que costaba no me acuerdo cuanto, pero una cantidad que a mi se me hizo enorme, y muy satisfactoria cuando por fin tuve la historia de mis héroes favoritos en las manos. ¿Os imagináis como me sentí cuando al fin de la serie la Bruja Escarlata tenía gemelos y a uno de ellos le llamaba “Tommy”? Aquello fue muy grande. Algo que me dejó marcado en mi faceta comiquera para siempre. Por eso odie a Byrne cuando hizo desaparecer a los hijos de Wanda, cuando la convirtió en una villana, cuando deshizo (en una historia magistral, todo sea dicho) todo lo que a mi me había hecho tan feliz. Esa era mi espina personal, el destino de los hijos de la Bruja Escarlata.
                Y por eso, Jóvenes Vengadores fue aún más importante cuando la leí. Porque cuando se planteó que Wiccan era Billy, la encarnación de uno de los gemelos de Wanda (Veloz, que también tiene lo suyo, era Tommy), casi se me cayó el cómic al suelo. Bueno, seré totalmente sincero. Recuerdo el momento en el que lo leí, iba leyendo en el autobús de camino a mi casa, y tuve que dejar de leer porque se me saltaban las lágrimas y me daba vergüenza.



                Y estos son los antecedentes con los que he llegado a La Cruzada de los Niños. Creo que no podía esperarla con más ganas. Y ahora que ha terminado… ¿decepcionado? No es la palabra. Obviamente, nada que hubieran podido hacer Heinberg y Cheung podría estar a la altura de mis expectativas, en algo que es prácticamente personal. Quizá un poco enfadado, o dolido. No por la calidad de la historia (que mola un huevo: los Jóvenes Vengadores, los Vengadores, la Patrulla-X, Magneto, el Doctor Muerte, Factor-X…todos juntos, dando una escena molona tras otra que Cheung plasma con su gran habilidad para todo), ni del dibujo, que estoy encantado. Si no por el final en sí. Y aquí, si no la habéis leído, dejad de leer, que aquí llegan los SPOILERS.
                En su día, me costó mucho asumir que Wanda había sido la culpable de destruir los Vengadores. Pero lo entendí. Se había vuelto loca, su historial apuntaba a que podía hacer algo así. Era “coherente”. La progresión de la Bruja Escarlata en Desunidos, Excalibur, Dinastía de M y sus escasas apariciones en Nuevos Vengadores y Especies en Peligro, dejaban una historia cerrada. Wanda había caído en la oscuridad, pero ni siquiera era ya una villana al uso. Podríamos establecer paralelismos entre la historia de Jean Grey y Fénix, entre Hal Jordan y Parallax… Y lo que Heinberg ha hecho en La Cruzada de los Niños ha sido continuar con esos paralelismos. Jean Grey terminó siendo inocente de los actos de Fénix. Hal Jordan terminó siendo inocente de los actos de Parallax. Y ahora, la Bruja Escarlata resulta ser inocente de sus propios actos. Estaba manipulada… por Muerte (que no sé como cuadra esto con el actual papel de Víctor en la Fundación Futuro). Y no me gusta. Demasiado forzado, demasiado “correcto”. La historia de la heroína caída (sí, aunque fuera Wanda) me gustaba. Y ahora, es como si todo perdiera dramatismo. Había algo patético (no de forma peyorativa) en la caída de Wanda, en su declive, en la locura que la llevó a matar a la Visión, a Ojo de Halcón, al Hombre Hormiga… en el odio y la desesperación que la llevaron a decir esas tres palabras que han conmocionado durante años el Universo Marvel.



                No más mutantes.
                Y ahora, todo esto ha quedado reducido a una manipulación de Muerte. Y esto, no me gusta.
                Pero los Jóvenes Vengadores siguen siendo los mejores.

miércoles, 20 de junio de 2012

GRETA SALOME Y JONSI: NEVER FORGET

Hace un par de semanas que os iba a poner este tema, pero lo he ido dejando y casi se me pasa, pero no quería dejar de compartir con vosotros uno de los temazos que he descubierto últimamente. Y curiosamente fue en Eurovisión. Normalmente no soy muy eurovisivo, pero vi la canción de Islandia, y realmente me encantó, así que aquí os la dejo. Dejaos de prejuicios y echad un ojo, tienen un rollo Evanscence muy chulo.

¡Que os guste!

martes, 19 de junio de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: EL DÍA DESPUÉS


Todas las buenas o malas historias tienen su fin en algún momento, y el final, al menos de momento, de la Saga de Aesirk, la versión de Canción de Hielo y Fuego que hemos jugado en mi grupo de rol, tuvo su final este fin de semana. Les pedí a los jugadores que me dieran sus impresiones en tres o cuatro líneas para compartirlas con todos vosotros en el Iconocronos, y algunos ya me la han pasado, así que, mientras me llegan los restantes (momento en el que editaré esta entrada para ir incluyendo sus impresiones) os voy dejando las primeras, para ir abriendo boca.

El primero en responder a la llamada, fue Pelayo, que ha participado en la historia en la piel de  Uther Aesirk, heredero y cabeza de la Casa Aesirk de Puertoescarcha al principio de la partida... y uno de los personajes más sufridores, cuyo destino finalmente se ha vinculado al de la Guardia de la Noche y la defensa del Reino. ¿Qué nos cuenta Pelayo?

Hola Tomás, 

Por donde empezar... Pues a ver, en primer lugar felicitarte por la partida que nos has narrado. Has sabido mantenernos con la intriga y las ganas de jugar, sobre todo desde aquel flechazo que mato a Cersei. En general me ha gustado mucho, aunque algunas de las partes que mas me gustaron son por ejemplo la travesia de Uther y Oweyn por las tierras de mas alla del Muro, la disputa de Fusk en las Islas del Hierro, el viaje de Rhoynar en busca de su hermana, hasta que al final divisa a los dragones por primera vez, el enfrentamiento entre la Montaña y Doryan Martell (creo que era ese) y bueno... los combates de Erwyn, sin olvidarnos de la piedra del destino. :P

Como ya dije antes, me ha gustado en general la partida. Lo unico que podria decir en contra seria que si despues de todo por lo que ha pasado Uther no se gana un sitio en el Cielo, me sentiria muy enojado. xD

Bueno, eso es todo lo que tengo que decir al respecto. Espero que te sea util y espero con ganas la proxima partida.

Muchas gracias por las felicitaciones, y voy adelantando ya que sin vosotros, sin cada uno de vosotros, esta partida no hubiera sido posible, obviamente. No te preocupes, R´hllor tendrá un sitio preparado en su cielo para Uther...

Vicente, segundo en responder, jugó con (Dani dixit) "The Chosen One", Oweyn Eld, el Elegido. El joven escudero de Uther se vio de pronto metido en la partida en lo más profundo de la más vieja de las profecías en un sencillo juego infantil. Implicado junto a Uther en el asesinato de Renly Baratheon, Vicente ha vivido una de las partes más épicas de la partida, el viaje a la Tierra de Más Allá del Muro y la lucha con Discordia. ¿Qué nos cuenta?

Algunos de los mejores momentos de la partida (para mí) han sido: la muerte de Bran/Discordia junto con la batalla contra los espectros y la caída del muro (y, en general, todo lo ocurrido mas allá del muro), ambos sucesos hilados con la destrucción del orbe por parte de los dragones cuando se lo entrega Roynar; todos los descubrimientos en Desembarco de Rey (Robert vivo, la verdad sobre cómo empezó todo, etc.); y todo lo sucedido en las dos últimas partidas. También han sido grandes momentos los cambios como la muerte de Cersei, la aparición de Rhaego, los múltiples momentos protagónicos de Roynar, las negociaciones de Fusk o las batallas de Erwyn. Haber ha habido muchos, pero no puedo comentarlos todos.
Y como tengo que decir algo malo, quizá sería que he echado de menos la presencia de personajes como Tyrion (y esto sí que es totalmente a nivel personal, porque el personaje, como a la mayoría, me encanta) o Jaime (ya sé que no han salido porque en ningún momento hemos estado aliados con Lannister ni nos hemos visto envueltos en sus rencillas, simplemente que les he echado de menos)

Sí, estoy de acuerdo en que las ausencias de Jaime y Tyrion en la generalidad de la partida han sido uno de los puntos negativos. En mi defensa, diré que Jaime Lannister me pareció más interesante como "amenaza" distante, un poco en el rollo "cuidado, el Matarreyes puede aparecer en cualquier momento"; y Tyrion... cualquier cosa que hiciera con Tyrion no estaría a al altura de lo que el personaje se merece. 

Esta misma mañana he recibido el comentario de Dani, el antiguo Maestre Rhoynar Arena, que realmente era Rhoynar Targaryen, y que como él mismo cuenta, ha vivido uno de los cambios más intensos de la partida. Maestre, renegado, príncipe... Ha pasado por muchas situaciones, como él mismo cuenta en su "breve" disertación:

"Todo ha terminado". Esas fueron las palabras que llegaron a mi mente el pasado domingo cuando Tomás, Pedro, Luis, Vicente y Pelayo (un grupo de rol que ya quisieran muchos) abandonaron mi casa. Estaba triste, pero a la vez feliz. Suena raro, lo sé, pero es la sensación con la que me quedé y que aún hoy vuelve a mí tras leer la crónica de la última partida...

Describir esta saga de Canción de Hielo y Fuego es complicado, ya que palabras como impresionante, genial y magnífica se quedan cortas. Tomás sería un buen heredero de George R.R. Martin. El mundo que ha desplegado ante nosotros se podía tocar prácticamente con los dedos, ya que lejos de intentar seguir la estela de los libros, Tomás decidió (con mucha valentía) hacerse con las riendas de ese universo, sus personajes y como es costumbre en él, hasta el último detalle geográfico o histórico del trasfondo de los Siete Reinos que a todos nos enamoró cuando leímos Juego de Tronos por primera vez, consiguiendo crear su propia visión.

Personalmente he disfrutado mucho, muchísimo viviendo en la piel de Rhoynar Arena estos 9 meses. Tomás me permitió entremezclar mi trasfondo con algunos de los personajes más importantes de Canción de Hielo y Fuego, y eso me ha dado pie a experimentar una evolución impresionante junto a Rhoynar, que empezó como un simple maestre y terminó con un alma atormentada, sabedora de que hizo lo que tuvo que hacer. Como esos héroes de cómic en los que sólo el lector sabe que ha hecho lo correcto…

Probablemente ese sea una de los puntos que más he disfrutado. Porque he vivido de primera mano la evolución de un personaje complejo, con sentimientos y objetivos muchas veces enfrentados, pero que (raro en mí), desde el principio se propuso hacer lo correcto, a pesar de que en muchas ocasiones lo correcto no era lo más sencillo.

Y sobre el final, ¿qué puedo decir? ¡Me ha encantado! Llegué a meterme tanto en el personaje que sinceramente lo pasé mal tomando las decisiones finales que tuve que tomar por el bien común, y aún mientras escribo estas líneas me invade la tristeza sabiendo que soy el causante de haber roto el corazón de mi hermana, Daenerys de la Tormenta.

Pero no quiero terminar con tristeza, sino con agradecimientos. A Tomás por ofrecerme en aquel Expocomic de hace años unirme a este maravilloso grupo de roleros con el que cada domingo me lo paso en grande. Y evidentemente, agradecer a Pedro, Luis, Vicente y Pelayo haberme aceptado rápidamente en su “Sabbat/Camarilla” (así nadie se enfada, jejeje).

¡Gracias por estos meses de Canción de Hielo y Fuego!

Y recordad, la sangre no se congela.

Rhoynar Arena, hijo de Aegon Targaryen, maestre de la ciudadela, consejero de la madre de dragones, avatar del Señor de la Luz y exiliado de Poniente

Bueno, la verdad es que estoy haciendo méritos por si a Martin le pasa algo (R´hllor no lo quiera), terminar yo la saga. En fin, llevo bien lo de que me tiren flores, así que… ¡Dani, que razón tienes! Je, je, je.

Pedro ha recorrido Poniente de arriba abajo cruzando armas con todo bicho viviente (y muchos no vivientes) con el personaje de Erwyn Aesirk, el guerrero oficial del grupo. Y por supuesto, también da su opinión:


Bueno creo q el mejor momento de la partida ha sido el épico final, pero me da que todos estaremos de acuerdo en ello. Al nivel de narración has sabido lidiar bien con la historia del juego y la de los libros sin hacer spoiler (o casi....XD), aunque es cierto que en ocasiones he tenido la sensación de que el protagonismo ha recaído en los personajes del libro mas que en los jugadores sobretodo con la aparición de la madre de dragones.

Razón en ello, Pedro. Probablemente con Daenerys me haya traicionado el “amor de fan”, y en algunos momentos, os hayáis convertido en oyentes de vuestra propia historia. Por lo menos, espero que la historia haya merecido la pena, y que os haya entretenido, que sé que sí.

Luis se ha pasado la partida metido en la piel del singular Fusk Aesirk, probablemente el más ambicioso de los personajes, y el que eligió el camino más difícil para conseguir sus objetivos: la intriga.


En primer lugar, agradecer a nuestro Master del Universo el titánico esfuerzo realizado en la creación de la historia (con sus spoiler de ambientación, que le toleraremos y esos otros spoiler que le costarán la vida…),  una historia interesante como pocas, con giros argumentales brutales. A este respecto creo que cuando más cara de tonto se me quedó fue al descubrir que mi señora prometida, la que debía ser una anciana, (y después de la espectacular regañina que se llevo Uther por ello) tenía pocos mas años que Fusk.
Ese esfuerzo narrativo se vio incrementado en el momento en el que Tomás decidió que, continuando el espíritu de las novelas, nos separaba y que íbamos a tener partidas prácticamente para dos o tres, cuando no eran directamente personalizadas, pero entrelazadas con las demás y eso es precisamente lo que más me gustó de la partida y creo que es de lo que más agradecidos debemos estar.
Por otro lado ha sido un placer jugar con este grupo en concreto, tanto jugadores como sus personajes, con los que hemos cultivado relaciones casi reales y diferentes, como la relación de afecto de Fusk con sus primos, Oweyn y Erwyn (un Frey), ese odio visceral hacia su deshonroso hermano mayor Uther,  el respeto que se acabó ganando el maestre Rhoynar y la indiferencia por el misterioso Percy.
¡Ay, Fusk! Ese tercer hijo de la casa Aesirk, abocado a la nada, a quedarse con las sobras de su hermano, pero que gracias a su terrible ambición ha conseguido lo que quería; el máximo estatus posible, acabando como señor de medio Norte y consejero de la moneda de la Reina, cómo he disfrutado jugando con él, una de las mejores lenguas de poniente (según algunos y según casi todas) a pesar de no estar yo nada acostumbrado a tener que huir de los combates.
Por último, si hay algo que he echado de menos ha sido la figura de las intrigas complejas, esas que iban más allá de las escenas o capítulos, pero comprendo que hubiese sido incluso más complejo y un esfuerzo extra ya innecesario.


¿Señor de medio Norte? No te flipes... :P Nah, realmente si me ha quedado un sabor amargo sobre algo en esta partida, ha sido precisamente que creo que he dado poco pie a las intrigas a largo plazo, o al menos, a daros pie a participar en ellas. Estaban allí (el plan de Varys, los pactos de Doran, o la traición de Asha), pero salvo en la última de esta, si es cierto que apenas os he dado pie a participar, quizá por el sistema de juego, y quizá porque me llamaron más la atención el resto de las vertientes del juego. Aún así, me alegra ver que te lo has pasado bien, me ha quedado la impresión de tener una deuda pendiente contigo en ese sentido.

 Y ahora  unas palabras del Narrador. Cuando decidimos jugar a Canción de Hielo y Fuego, aquello fue un salto sin red. El mundo creado por Martin es enorme, gigantesco, y divertido, pero cuando alcanza la genialidad es cuando juegas con sus reglas, con sus personajes. Ese era el auténtico desafío: agitarlo todo, y con las mismas premisas, crear una historia completamente diferente. La versión "Juego de Tronos" de las Eras de Apocalipsis, una realidad alternativa que partía de una premisa esencial: "¿Y si Eddard Stark fuera el villano?" Esa es la piedra angular de toda la historia. Y me ha encantado desarrollarla, pero no voy a negar que ha sido un trabajo agotador. Navegar continuamente entre lo canónico, lo propio y el spoiler, ha sido realmente agotador, aunque muy satisfactorio. Obviamente, yo también tengo mis momentos favoritos: la muerte de Cersei Lannister en la primera partida, creando la división entre mi historia y la de Martin; y sin duda, la caída del Muro. Y momentos que me han costado mas, como una Batalla del Aguasnegras que (con bastante acierto por parte de los jugadores) nunca llegó. 

En fin, un paso más en este gran camino que es el de las campañas de rol, una trama que se une a muchas en el gran objetivo que es contar historias entre todos. 

Y desde luego, la Sangre no se Congela.











lunes, 18 de junio de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: VALAR MORGHULIS


                La llegada del cuervo procedente de Los Gemelos enviado por Robb Stark y Jon Nieve provocó una avalancha de movimientos en Desembarco del Rey. Daenerys y sus seguidores sabían que ya no había tiempo para buscar más ayuda, debían ponerse en movimiento hacia los Gemelos y enfrentarse al Otro que había dominado el Norte. Tyrion informó de que su padre y su hermano se reunirían en Harrenhal con las fuerzas de Daenerys, que se pusieron casi de inmediato en movimiento, mientras Desembarco del Rey quedaba en manos del único hombre en el que Daenerys confiaba tanto como para entregarle el gobierno de la ciudad: la Mano de la Reina, Lord Barristan Selmy.
                Como Tyrion había dicho, Tywin Lannister había acantonado sus fuerzas en Harrenhal. A su llegada, Fusk, Erwyn, Oweyn y Uther, que viajaban con las tropas de Daenerys, encontraron que el león dorado ondeaba en las torres de Harrenhal, algunas de las cuales Jaime Lannister había restaurado durante su dominio del antiguo castillo de Harren el Negro, pero en cuanto los hombres del castillo atisbaron a los soldados que se acercaban, el estandarte de los Targaryen se desplegó sobre la torre principal, mientras las puertas se abrían y el propio Jaime Lannister, aun llevando su capa blanca de la Guardia Real, salió para recibir a la Reina. Los criados de los Lannister se apresuraron a atender a los recién llegados, distribuyendo salas para los nobles, ayudando a los miembros de la infantería a instalarse en los patios, etc. Y mientras, Jaime llevó a Daenerys y a los más cercanos a ella a la gran sala de Harrenhal, donde Tywin Lannister había establecido lo que parecía su trono. Junto a Tywin, estaba el pequeño Tommen, jugando con figuras de madera; y Edmure Tully, recién liberado de las prisiones de los Lannister, y que se encontraba obviamente desmejorado, aunque consciente. Tommen recibió cortésmente a Daenerys, que satisfecha, lo envió a jugar con Rhaego, mientras ella se enfrentaba a Tywin. El señor de los Lannister declaró su intención de servir fielmente a la Casa Targaryen, pero Daenerys le dijo que no había olvidado lo que los Lannister habían hecho con su familia. Tywin, sin embargo, no mostró ni una pizca de arrepentimiento. En aquellos momentos, habían hecho lo que debían hacer, igual que la propia Daenerys estaba haciendo ahora. Jaime Lannister intervino para ofrecer a Daenerys su espada como Guardia Real, y Daenerys lo aceptó a regañadientes, recordándole lo que había ocurrido con Aerys Targaryen, padre de Daenerys, al que Jaime había matado. Aun así, Daenerys nombró Guardia Real a Erwyn Aesirk, tanto para que la protegiera a ella como para que vigilara a Jaime, hasta que fuera reclamado por su auténtico señor, Robb Stark. Jaime intentó acercarse a Erwyn, pero este no había olvidado las acciones del Matarreyes en Puertoescarcha. Daenerys y los suyos pasaron la noche en Harrenhal, y al día siguiente, con las fuerzas de los Lannister y los hombres de los Ríos junto a ellos, volvieron a dirigirse hacia el norte, no sin enviar antes a Tommen a Desembarco del Rey, donde permanecería como “invitado” de Barristan Selmy. Y el camino del Norte era realmente extraño. Las extrañas luces que habían aparecido algunos días atrás sobre los cielos septentrionales continuaban resplandeciendo, el viento era gélido y cubría de hielo las capas y armaduras, hasta el punto de que algunos hombres perdieron dedos o murieron por gangrena debido a la congelación. Una inmensa tormenta extendía por el cielo, y pronto caminaban casi a ciegas debido a la lluvia y las ventiscas. Un regimiento de dornienses se perdió, y nadie supo que fue de ellos, si habían desertado, o se habían perdido a causa de la tormenta. Tramos enteros del Forca Verde y el Forca Azul aparecían congelados, y Edmure Tully llamó la atención de los personajes al ver que en uno de sus tramos, el Forca Verde parecía transcurrir al revés, como si hubiera cambiado la dirección de su curso. Cuando la tormenta rompió sobre ellos, lo hizo con fuerza mortífera. Los relámpagos cayeron sobre el ejército, varios tornados aparecieron desde el cielo, arrasando a regimientos enteros. Erwyn y Uther sufrieron heridas por los tornados, pero finalmente, los hombres de Daenerys se dirigieron hacia Varamar, consiguiendo Uther rehacer varios grupos y poniéndolos a salvo dentro de los sótanos de la ciudad abandonada. Cuando la tormenta remitió, vieron que Varamar había sido prácticamente arrasada, pero decidieron continuar su camino hacia los Gemelos. Pronto, pudieron ver las dos torres en el horizonte, pero su sorpresa fue mayúscula cuando vieron que los Caminantes Blancos ponían cerco a los castillos idénticos, mientras la gran tormenta se cernía en el horizonte…
                Mientras, Rhoynar y Melisandre volaban en su dragón de sombras desde Rocadragón, sobrevolando el Valle de la Luna, y deteniéndose a descansar en el Nido de Águilas, completamente vacío por el gélido invierno que ya mordía las montañas a su alrededor. Melisandre se durmió enseguida, agotada, mientras Rhoynar recorría el castillo, encontrando provisiones, ropas de abrigo y armas. Al amanecer volvieron a volar, viendo las inmensas nubes del color del alquitrán que se cernían sobre ellos desde el Norte. El dragón se mantuvo volando sobre las nubes casi todo el camino, pero cuando bajaba bajo ellas, Rhoynar pudo ver grandes migraciones de gentes que huían de la región del Cuello, buscando refugio en el sur ante la maldad que llegaba del Norte. El dragón descendió sobre una zona pantanosa que Rhoynar pudo identificar como Atalaya de Aguasgrises, pero pronto la criatura de sombras comenzó a deshacerse a jirones, y antes de que llegaran al suelo, cayeron a plomo, aunque Rhoynar consiguió no hacerse daño en la caída. Al acercarse a Melisandre para ver cómo estaba, se sorprendió al ver que la Mujer Roja parecía haber envejecido un centenar de años. Su piel se había apergaminado, pegándose a sus huesos, sus ojos se habían velado, sus extremidades parecían débiles y quebradizas. “El Señor de Luz siempre exige algo a cambio de sus dones”, masculló Melisandre. “No puedo ir más al Norte, allí él es demasiado fuerte. Lo he visto, él llega, el Fin de Todo. Los dragones no podrán detenerle, no podrán destruirle. Despertad a Dueña de Luz, Rhoynar, debe arder de nuevo. Tres dragones, tres jinetes. Fuego, Nieve y Tormenta. Unidos por la Sangre del Dragón. Yo he llevado su carga mucho tiempo, ahora no puedo seguir, Rhoynar, debes… llevarla… tú”. Con estas últimas palabras, Melisandre se arrancó la piedra de fuego de su cuello, dejándola en manos de Rhoynar, que pudo ver como la mujer parecía consumirse repentinamente. Sus ojos se oscurecieron, su cabello se volvió negro, y luego blanco, y gritó mientras se convertía en cenizas entre los dedos de Rhoynar. Este sintió el calor que desprendía la piedra, que se ató a la muñeca. Su vista se aguzó repentinamente, y pudo ver las criaturas que se movían entre las nubes, enormes criaturas de sombras y relámpagos. Rhoynar se adentró en la antigua fortaleza de los Reed, buscando vidriagón y sintiendo una extraña sensación cuando encendió una antorcha, como si el fuego tratara de hablarle… Aunque no encontró lo que buscaba, sí encontró las estancias de Lord Howland Reed, antiguo señor de Aguasgrises, que parecía haber plasmado sus sueños verdes en las paredes de las salas, con dibujos esquemáticos y casi infantiles pero claros. El juego del d´hainu, Gwyddion y Eddard, Lady Eld abriendo las puertas de Torreblanca a los Hombres del Hierro, el nacimiento de los Tres Dragones, la caída del Muro… todo estaba allí, incluso el alzamiento del Otro (un corazón de rojo y oro envuelto en una oscuridad impenetrable), el avance de los ejércitos de los Caminantes Blancos, los Gemelos asediados, Daenerys huyendo con un niño en brazos… y una última pared, pintada completamente de grandes brochazos azules. Además, Rhoynar se dio cuenta al pasar ante un escudo bruñido de que sus ojos habían cambiado. Ahora eran rojos, como los ojos de Melisandre. Rhoynar, intrigado por las lejanas voces y visiones que evocaba el fuego de la antorcha, encendió un gran fuego en una de las chimeneas del castillo, y vio figuras entre las llamas. El Otro acercándose, el camino de fuego que conducía a los Gemelos, y la silueta de un hombre que empuñaba un arco y disparaba una flecha, mientras escuchaba en sus oídos una voz que le hablaba en alto valyrio y le decía “Dejad que la flecha vuele”. Desde la más alta de las torres de Atalaya de Aguasgrises, Rhoynar escrutó el Norte, y vio la oscuridad que se acercaba, la gran columna de sombras que era el Otro, y al mirar al Sur, vio el fuego, y un camino ardiente que conducía a los Gemelos. Finalmente, Rhoynar dejó Atalaya de Aguasgrises, y tras conseguir un caballo de una de las manadas de caballo salvajes de las tierras cercanas a la Atalaya, se puso rumbo al sur, justo a tiempo, pues las nubes cubrieron el cielo, y relámpagos de escarcha cayeron cerca de él, obligándole a mantener su montura al galope. El Otro alcanzó Atalaya de Aguasgrises, que fue completamente destruida, y Rhoynar pudo ver finalmente lo que había en el corazón de la oscuridad que era el Otro. La carcasa vacía de la que había sido Cersei Lannister.
                Los dragones de Daenerys, junto a los dothraki y los hombres de la Guardia de la Noche que, dirigidos por Jon Nieve, abrieron las puertas de los Gemelos para permitir la entrada de los recién llegados, consiguieron abrir un camino entre los Caminantes Blancos que la mayoría de los hombres de la Reina pudieron atravesar, aunque algunos se perdieron en el camino. Uther Aesirk recibió graves heridas, aunque finalmente, al igual que Fusk, Oweyn y Erwyn, consiguió atravesar las puertas antes de que dejara de ser seguro mantenerlas abiertas. En el interior de Los Gemelos, Robb Stark les recibió, y tras mostrar su respeto rápidamente a Daenerys, que quería hablar en privado con Jon Nieve, buscó a Erwyn para agradecerle todo lo que había hecho en su nombre. Uther le entregó a Robb la espada de Eddard, Hielo, y luego Robb llevó a Erwyn al interior de la torre de la orilla izquierda, contándole que Theon Greyjoy se hacía cargo de la derecha. Robb le contó lo ocurrido, su huida del Norte y cómo habían tomado los Gemelos. Lord Walder Frey había muerto pocos días antes, pero había alguien allí a quien sin duda Erwyn querría ver, y así, por fin, Erwyn se rencontró con su madre, Wanda Frey, que había sido prisionera de su propia familia desde que los Frey, los Lannister y los Bolton tomaran Puertoescarcha. No fueron los únicos encuentros, pues entre los supervivientes del norte, se encontraba Rayra Bolton, que había dirigido a los hombres de Fuerte Terror y Bastión del Miedo desde la muerte de su tío Roose Bolton, y que habían luchado junto al Joven Lobo contra los Caminantes Blancos. Rayra encontró a sus aún esposo, Fusk, y recibió las felicitaciones de Daenerys por su actuación en el norte. Además, Erwyn buscó y encontró a Ygritte, pues aunque su padre, Ulegu, había caído en Ciudadela de Torrhen, ella aún vivía.
                Tras algunas horas para descansar y comprender la situación, comenzaron las reuniones para preparar la lucha contra la Oscuridad, aunque el tiempo se acortó terriblemente cuando los toques de trompeta avisaron que alguien descendía desde el Norte. Sorprendidos, los personajes pudieron ver que se trataba de Rhoynar. De inmediato, los dragones de Daenerys volaron sobre los Caminantes Blancos al norte de los Gemelos, abriendo para Rhoynar un camino ardiente, que el antiguo maestre cruzó para adentrarse en lo Gemelos. Allí, agotado, Rhoynar contó lo que había visto. El tiempo se había acabado, el Otro estaba sobre ellos.
                De inmediato, todos en Los Gemelos se prepararon para la batalla. Los salvajes repartieron dagas y lanzas de vidriagón, y tomaron las almenas de los castillos para arrojar desde allí sus flechas. Fusk comenzó a poner a los hombres a preparar el Fuego Valyrio que habían traído desde Valyria en las murallas, mientras Daenerys dividía a los hombres en dos ejércitos: uno que lucharía contra los Caminantes Blancos y el Otro, un segundo grupo que permanecería en los Gemelos. Daenerys propuso a Tywin Lannister para que permaneciera al frente de las guarniciones del castillo, pero a instancias de Erwyn, fue Stannis quien finalmente permanecería en los castillos. Los dragones volarían, Daenerys cabalgaría sobre Drogon, y Rhoynar intentó que Vyserion le dejara montar, pero el dragón se revolvió, impidiéndoselo. Desde luego, Daenerys era el fuego de las visiones que Rhoynar había tenido, y que Fusk viera también tiempo atrás, cuando Aeron Pelomojado le convirtió en un Hombre Ahogado. Los tres unidos por la Sangre del Dragón. Jon Nieve, hijo de Rhaegar y Lyanna Stark, se convirtió en el segundo jinete, cuando tras proponerlo Rhoynar, se convirtió en el jinete de Vyserion. Y puesto que la supuesta rencarnación de Azor Ahai, Edric Tormenta, era incapaz de sujetar siquiera a Albor, y puesto que su sangre venía de la de los Targaryen (todos los Baratheon reclamaban desde mucho tiempo atrás su herencia Targaryen), podría ser el jinete del tercer dragón. Se equivocaban, y fue Daenerys quien dio con el tercer jinete. Hijo de la Tormenta y con sangre Baratheon, y por lo tanto, Targaryen… Stannis Baratheon, como Melisandre había predicho, tendría un papel en la Batalla.
                Con los dragones preparados para volar, Erwyn y Oweyn se unieron al primer contingente de soldados, y en cuanto las puertas se abrieron, los dragones arrasaron las líneas de los Otros, y el fuego valyrio arrojado por los hombres de Fusk les abrió también camino a los guerreros, permitiéndoles segar las filas de los Otros… hasta que los cielos tormentosos se agitaron, y criaturas de sombra y relámpago descendieron sobre ellos, calcinando a los hombres con sus alientos eléctricos. Daenerys, Jon y Stannis alzaron los dragones para hacer frente a las Alas de Sombras, pero se veían claramente superados, aunque parecían estar en todas partes, mientras en tierra, la columna de los jinetes se resquebrajaba. Erwyn, Oweyn y Jaime reunieron un pequeño grupo que comenzó a avanzar a duras penas hacia la columna de oscuridad que era el Otro, matando a varios Caminantes Blancos con los cuchillos de vidriagón que les habían entregado los salvajes.  Y todos recibieron una gran sorpresa y un respiro de alivio cuando Sin embargo, desde Los Gemelos, Rhoynar, Uther y Fusk se daban cuenta de que todo aquello era inútil. Si no conseguían despertar a Dueña de Luz, todos estarían acabados. Las visiones de Rhoynar y las palabras de la Arpía en el Septo de Baelor sobre que debían “apagar la Llama” le dieron a Rhoynar las últimas claves: Azor Ahai había despertado a Dueña de Luz atravesando con su espada el corazón de su esposa, Nyssa-Nyssa. Para volver a despertarla, tendrían que sacrificar a Rhaego, el hijo de Daenerys y Khal Drogo. El semental que montaría el mundo. Aturdido por sus propias ideas, Rhoynar aprovechó un breve momento de descanso en el que Daenerys y los jinetes de dragón volvieron, aprovechando la llegada de los dragones de Rocadragón, para pedirle a su hermana que buscara a Erwyn y que les llevara al castillo a Albor. Daenerys y los jinetes regresaron a la batalla, pero Fusk observó que, a pesar de todo, pronto serían barridos. La única solución era que los hombres de la guarnición que permanecían en Los Gemelos salieran también a la lucha. Tywin Lannister se resistía a esa idea, pero Fusk consiguió convencerle, alentando a los hombres a la lucha. Él mismo se preparó para la batalla, al igual que Uther, que cabalgaría junto a él. La aparición de Daenerys con Drogon les dio un respiro a Erwyn, Oweyn, Jaime y los suyos, y Erwyn le entregó a Albor, dejando la Reina la espada en manos de Rhoynar antes de regresar a la batalla. Las puertas de los Gemelos se abrieron por segunda vez, y Lord Tywin Lannister dirigió la segunda carga contra los Caminantes Blancos. Y mientras fuera luchaban, Rhoynar encontró a Rhaego en los sótanos de los gemelos. Tras alejar de él a Irri, Jhiqi y Doreah, las mujeres dothraki de Daenerys, Rhoynar le dio de beber leche de la amapola a su sobrino, sumiéndole en un sueño profundo, y llevándole a la gran hoguera que había encendido en una de las torres, desde la que llamó al Señor de Luz para que evitara que hiciera lo que tenía que hacer. Pero R´hllor no le dio respuesta alguna, así que Rhoynar buscó a Edric Tormenta. Por supuesto, el joven se negaba a acabar con la vida de un niño dormido, pero Rhoynar le convenció. Si no moría Rhaego, todos morirían. Edric, finalmente, atravesó el corazón de Rhaego con su Albor, que al instante, comenzó a brillar. Las llamas de la gran hoguera crecieron y envolvieron a Edric, que parecía una marioneta en el corazón ardiente de las llamas, como Cersei Lannister era sólo una carcasa de la Oscuridad que era el Otro. Las llamas brotaron de los Gemelos, y el propio Señor de Luz, envolviendo a Azor Ahai renacido, a Edric Tormenta, se dirigió a luchar contra su enemigo ancestral, su opositor, mientras Rhoynar se quedaba arrodillado junto a una hoguera apagada con el cuerpo muerto de Rhaego entre sus brazos.
                Con la aparición de Edric Tormenta investido con el poder de R´hllor, la batalla cambió se signo. La espada de luz de Azor Ahai atravesó la Oscuridad del Otro, que se dispersó arrastrada por las llamas. Los dragones de Rocadragón estallaron en el aire, rompiendo las nubes, destruyendo a las criaturas de sombra y permitiendo que el sol volviera a caer sobre el campo de batalla, mientras los Caminantes Blancos se convertían en cenizas heladas. Los supervivientes se miraban aún sorprendidos, y Erwyn consiguió llegar hasta el lugar donde Edric aparecía de rodillas, aún agarrado a Dueña de Luz. El niño estaba carbonizado por completo, quemado hasta el hueso por el poder del fuego del Señor de Luz. R´hllor exigía para todo un precio. Erwyn recuperó la espada, y volvió hacia Los Gemelos, ayudando a caminar a Jaime Lannister, que había resultado herido. Pero antes de que volvieran, Rhoynar decidió tomar el cuerpo de Rhaego y abandonar los Gemelos, aprovechando la confusión y dejando atrás el campo de batalla. Erwyn, Uther, Fusk y Oweyn habían sobrevivido, al igual que Robb, Theon y los tres jinetes de los dragones. Otros, como Estrella Oscura, Beric Dondarrion, o Tywin y Kevan Lannister, habían caído en la batalla. Y además, finalmente, los Hombres del Hierro de Asha Greyjoy habían llegado, ayudando a los supervivientes a volver a los castillos. Daenerys buscó a Rhaego, pero nadie sabía nada de él, ni de Rhoynar. De todas formas, la Reina de Dragones no tendría mucho tiempo para preocuparse, pues pronto los Hombres del Hierro de Asha Greyjoy darían su golpe de mano. Asha exigiría a Daenerys que se postrara ante ella. El ejército de Daenerys estaba mermado, y los Hombres del Hierro estaban frescos. Poniente estaba a sus pies. Daenerys se negó, si Asha tenía a sus Hombres del Hierro, ella aún tenía a sus dragones. Pero Asha sonrió “No tienes nada”, y en ese momento, el cuerno que habían mostrado a Fusk en Pyke sonó, y los dragones de Daenerys comenzaron a gritar. Fusk vio que en cuanto Asha hablaba, Theon Greyjoy buscaba las sombras de una de las torres de Los Gemelos, y le siguió, desapareciendo ambos en el interior de la Torre, mientras el cuerno sonaba una segunda vez, haciendo que los dragones cayeran al suelo, aplastando a quienes estaban cerca, chorreando fuego de sus hocicos y sacudiendo sus colas. Daenerys gritó, pero Jaime Lannister la impidió acercarse a lo que hubiera sido una muerte segura, sujetándola mientras Erwyn y los demás se preparaban para la que quizá fuera su última lucha. Aún cerca de los gemelos, Rhoynar escuchó el sonido del cuerno, y sintió su sangre arder. El cuerno que había escuchado bajo el mar, el cuerno que precedía a la gran inundación de su visión. Al azul que había visto Howland Reed. Pero continuó alejándose con Rhaego en brazos, hacia el Sur. Asha exigió que su hermano le fuera entregado, y buscó también a su amante, Fusk Aesirk. La reina quería a su esposo de sal. Erwyn se enfrentó a ella, atrayendo su atención mientras Theon y Fusk alcanzaban una de las terrazas de la torre, una terraza que se abría al patio. Y antes de que Asha pudiera dar la orden de que prendieran a Erwyn, Theon disparó y la flecha hizo lo que debía hacer. Voló, hundiéndose en la garganta de Asha Greyjoy, como mucho tiempo atrás, una flecha se había hundido en el cuello de Cersei Lannister, iniciando la guerra. Asha cayó, y los Hombres del Hierro se dispusieron a vengarla, pero Theon reclamó su mando. Él era un Greyjoy, el hijo de Balon, el heredero legítimo. Aplacó a los Hombres del Hierro, y con una flecha, la guerra terminó por fin.
                Daenerys lloró las muertes de los dragones, pero lloró aún más cuando Fusk le contó lo que había deducido, que Rhoynar había matado a Rhaego para despertar a Dueña de Luz. La Reina se encerró en sus habitaciones y pasó varios días allí, mientras los hombres se curaban de sus heridas y recogían a sus muertos. Un gran túmulo comenzó a alzarse en la orilla izquierda del Forca Verde, donde se enterró a todos los caídos en la batalla, independientemente de sus escudos de armas. Y allí enterró Erwyn también a Albor, en recuerdo de otras dos víctimas de las que no había restos, Rhaego y Edric. Tardaron días, pero cuando se terminó el túmulo fue como si les hubieran quitado un peso del corazón. Alguien tocó un laúd, alguien abrió un barril de vino. La fiesta no se hizo esperar. Edmure Tully, Robb Stark, Tyrion Lannister y Stannis Baratheon dieron el visto bueno a las celebraciones, y de pronto, se encontraron con una silenciosa Daenerys entre ellos. Todos guardaron silencio, pero Stannis condujo a Daenerys hacia la colina, hacia el túmulo. Y sobre el túmulo de los caídos, Stannis le entregó a Daenerys su corona, la corona que los Targaryen habían llevado durante trescientos años. Daenerys observó su alrededor, y finalmente, sobre la tumba de los hombres que habían muerto por ella y por Poniente, se ciñó la corona. Daenerys Targaryen, señora de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, señora de los Siete Reinos y Reina de Poniente. El silencio era profundo, pero Fusk lo rompió, y pronto comenzaron los vítores a la nueva reina, que se retiró poco después a sus habitaciones. Robb no tardó en imitarla, mientras Erwyn brindaba con Jaime Lannister y Uther hablaba con Jon Nieve (o Jon Targaryen, como insistía en llamarle Daenerys, cuya intención era convertirle en señor de Rocadragón) sobre el destino de la Guardia de la Noche. Oweyn, sin embargo, estaba demasiado cansado para celebraciones, así que se dirigió hacia los Gemelos, y pudo ver que alguien seguía a Robb. Oweyn enseguida le reconoció, aquellas facciones eran demasiado conocidas en el Norte… Ramsay Nieve. Oweyn gritó para llamar la atención del Bastardo de Bolton, pero este consiguió apuñalar a Robb antes de que Oweyn acabara con su vergonzosa existencia de una vez por todas. Por suerte, y solo por suerte, la puñalada no había sido letal, y el señor del Norte sobreviviría.
                Poniente sufriría grandes cambios. El Norte se había abierto, el Otro había desaparecido. Los salvajes se establecerían en las tierras al norte del Agasajo, Robb Stark gobernaría Invernalia, con Erwyn Aesirk custodiando el paso de los Gemelos, y Oweyn Eld recuperando las ruinas de Torreblanca. Jon Nieve se establecería en Rocadragón, convertida la isla en nuevo centro de poder de una Guardia de la Noche que tendría que buscar nuevos objetivos ahora que el Otro había desaparecido y el Muro ya no existía. Tyrion Lannister ejercería la tutela de Tommen, cuyo compromiso de matrimonio con Sansa Stark seguiría en pie. Edmure Tully seguiría siendo el Señor de Aguasdulces, y tanto los Ríos como Roca Casterly, Bastión de Tormentas (gobernado por Stannis Baratheon) y Dorne sacarían un pedazo del Dominio, aunque Altojardín seguiría bajo el control de los Tyrell tras la traición de Asha Greyjoy, con las Islas del Hierro regidas por Theon Greyjoy. Desembarco del Rey dejaría de ser la capital del reino, pasando a ser uno más de los feudos de Rocadragón, y Daenerys regiría Poniente desde Harrenhal…
                Muchas historias, y poco tiempo para contarlas… pero aún hay espacio para una más.
                Todo Poniente duerme aún las consecuencias de demasiados días de fiesta. Muchos no saben exactamente lo que ha ocurrido, sólo que en algún lugar del Norte, una gran oscuridad ha muerto. Incluso los que no creen en esas cosas, saben que en los Gemelos se ha puesto fin a la guerra de los Cinco Reyes, la guerra que ha arrastrado Poniente a una catástrofe continuada durante los últimos dos años. Casi todos los hombres están borrachos o dormidos, y aunque los rumores dicen que la nueva reina, esa Daenerys Targaryen a la que los extranjeros llaman “Madre de Dragones” quiere poner su trono en Harrenhal, la fortaleza aún es sólo ruinas y piedras fundidas. Esas mismas historias dicen que los dragones han muerto. La Reina tenía tres dragones, aunque sus nombres no se mencionan, igual que Aegon el Conquistador había llegado a Poniente con tres dragones.
                Él conocía perfectamente el nombre de los dragones de Daenerys, incluso había volado sobre uno. Aunque parecía que de eso hacia mucho tiempo. Ahora, simplemente camina por las ruinas de Harrenhal, con un pesado fardo en sus brazos. Aunque es cierto que el fardo le pesa más en el corazón que en los brazos. Camina por la sala del trono de Harren el Negro, la sala gigantesca en la que habrían encendido cien chimeneas, y se dirige al trono que el Matarreyes había instalado allí, sin dejar de pensar que, si a Jaime Lannister le llamaban el Matarreyes… ¿cómo le llamarían a él? Realmente, tampoco le importaba demasiado.
                Caminó hacia el trono, y dejó allí el fardo, que ahora era extraordinariamente ligero. Y sobre él, una nota que había escrito días atrás, escondido en un cobertizo en algún lugar al sur de Aguasdulces. Se arrodilló ante el trono, tocó el fardo con la frente, y volvió a incorporarse, marchándose de Harrenhal tan silenciosamente como había llegado. Una parte de él quiere gritar, una parte de él quiere rezar, una parte de él quiere morir… otra parte decide simplemente ignorar todas aquellas voces y continuar caminando.
                “Hice lo que tenía que hacer, pero no pararé hasta deshacer el mal que he hecho y devolver la vida que he tomado con mis manos”, dice la nota, sabe que en algún momento llegará a la Reina. A su hermana.
                Rhoynar mira hacia atrás, y ve un pasado en el que ha llegado a ser maestre, príncipe y Targaryen, un pasado en el que ha visto con los ojos del Señor de Luz. Mira hacia delante, y no ve nada.
                Y sorprendentemente, eso le alivia.

viernes, 15 de junio de 2012

X-MEN: DE SEGUNDA GÉNESIS A FÉNIX OSCURA


                A pesar de lo muchísimo que tengo por leer, y por escribir, y por hacer en general, hace poco comentaba con Darthni las muchas ganas que me estaban entrando, y cada vez más, de hacer un alto y dedicar algo de tiempo a echar la vista atrás y releer una vez más los cómics de la Patrulla-X (en principio, sé que cada vez que arranco con la Patrulla, termino dándole un leída a casi todo lo de Marvel que sigo), empezando por lo que, para mí, es el principio: Segunda Génesis, o sea, el legendario Giant-Size 1. Y tras darle vueltas y vueltas, y ver la lista de libros, y de cosas por hacer… en fin, en todo momento en la vida de un friki tiene que decir “A tomar por culo”. Así que lo dije, y saqué del estante correspondiente los primeros tomos del coleccionable que Planeta editó cubriendo la etapa de Patrulla-X que iba entre Segunda Génesis y La Caída de los Mutantes.


                Hay historias que con el tiempo pierden fuerza. Hay otras que no, que aguantan una relectura tras otra con la misma calidad que la primera. Pero hay algunas, muy pocas, que no solo aguantan una relectura, sino que mejoran con los años. Y al menos con la parte de la colección de la que hablamos hoy, aquella época genial que fue desde Segunda Génesis a La Saga de Fénix Oscura, es así. Un clasicazo, con Len Wein y sobre todo Chris Claremont en los guiones, y Dave Cockrum y John Byrne a los lápices, que en su momento redefinió el mundo del cómic y que aún hoy es un punto de referencia dentro del Noveno Arte.
                Y es que los X-Men no pasaban por sus mejores momentos cuando Marvel decidió dar un giro completo a la fórmula de la Patrulla-X, un remozamiento completo del equipo, que quedó cambiado de arriba abajo, un cambio de paradigma que quizá sólo sea comparable (y salvando mucho las distancias) con los cambios realizados por Bendis en sus Nuevos Vengadores, muchos años después. Así llegó el Giant-Size 1, con guion de Len Wein y dibujo de Dave Cockrum, en un momento en el que la serie X-Men llevaba ya un largo tiempo cancelada y vivía de volver a editar materiales antiguos de la serie. Y fue un puñetazo encima de la mesa en toda regla. Nos encontramos a la Patrulla-X clásica desaparecida, a Cíclope y a Xavier reclutando a mutantes por todo el globo y haciendo frente a una amenaza sorprendente, la propia isla mutante de Krakoa (nombre que recuerda el suceso histórico de la explosión del volcán de la isla Krakatoa) y al abandono de la Patrulla de sus componentes clásicos, con la excepción de Cíclope, que se queda para dirigir un nuevo grupo en el que hacen su primera aparición personajes que hoy son leyenda: Tormenta, Coloso, Rondador y Ave de Trueno, a los que se unen un Lobezno que había tenido su primera aparición en Hulk de mano de Len Wein y del que aún no se sabía nada, y viejos conocidos de los X-Men, Banshee y Fuego Solar, que se marchará pronto.


                Esta nueva Patrulla-X sería el material con el que se encontraría Chris Claremont y con la que empezaría a trabajar desde el principio lanzándose a la tarea de sorprender al lector, creando historia en el transcurso. Aparecieron amenazas como Nefaria o Eric el Rojo, vimos la muerte de Ave de Trueno en un sacrificio que recuerda poderosamente a la muerte de Bucky y la desaparición del Capitán América, y comenzó a desarrollarse la relación entre los miembros de esta nueva Patrulla-X, convertidos poco a poco en algo más que una familia. Magneto tendría también un lugar preferente, como antagonista clásico de los hombres de Xavier, pero las tramas y los dibujos darían un salto exponencial con la llegada a la colección de John Byrne. Y es que el Byrne que podemos encontrar en X-Men probablemente sea el mejor Byrne, con una forma de dibujar inimitable, un estilo muy particular, y una composición de viñetas que sólo Byrne podía llevar a cabo. Y además, las sagas se encadenan de una forma brillante: aparece Alpha Flight, se produce uno de los más clásicos enfrentamientos entre Magneto y la Patrulla-X en el fondo de un volcán en la Antártida, hace su aparición Proteo… y sobre todo, la Saga de Fénix Oscura, probablemente lo más atrevido que se había hecho hasta el momento en el mundo de las viñetas.
                Supongo que nunca podré ser ecuánime con esta historia. Aterricé en los mutantes cuando era muy muy pequeño, y fue con un número de esta saga, precisamente la primera aparición de Dazzler (también Kitty Pryde haría su primera aparición en estos números), y viví como el evento más fantástico del mundo el enfrentamiento entre Fénix y La Reina Blanca. Jean Grey se convirtió en ese momento en mi personaje favorito, y lo ha sido y lo será siempre. Y leer la Saga de Fénix Oscura, la historia de la corrupción y regeneración de un personaje, su sacrificio último ante la imposibilidad de la redención… Es algo que a día de hoy, aún me sigue poniendo los pelos de punta.



Fuego.
Vida Encarnada
Ahora y Siempre
Fénix.
                Desde mi punto de vista, lo mejor que se ha escrito nunca en el mundo del cómic, lectura obligatoria para cualquiera. Si algún día soy profesor, haré exámenes sobre esto, palabra. 

jueves, 14 de junio de 2012

MIEDO ENCARNADO


                Este mes ha traído el final de dos de las grandes historias que Marvel estaba desarrollando durante los últimos tiempos. Miedo Encarnado, de la que hablamos hoy es una de ellas, y La Cruzada de los Niños, de la que hablaremos la semana que viene. De momento hoy, nos centramos en la lucha contra la Serpiente y el propio miedo.



                Miedo Encarnado, la gran saga de este año que ha ocupado una colección de ocho números y una veintena de crossovers, creció de la imaginación de Matt Fraction para un proyecto mucho más pequeño de lo que ha sido realmente, un crossover entre Thor y Capitán América. El proyecto creció, y de pronto Fraction se encontró dirigiendo un macroevento en la línea de Invasión Secreta y Civil War, envolviendo prácticamente a todo el Universo Marvel. Y quizá la historia hubiera sido mejor si hubiera quedado cerrada a las colecciones que Fraction pretendía en principio, pues aunque se ha abierto y se ha hecho mucho más grande en continente, no ha ocurrido lo mismo con el contenido. Y es que la lucha con la Serpiente, a pesar de algunos momentos muy interesantes y de un trasfondo muy currado… no daba para todo lo que se ha montado a su alrededor.



                Fraction hiló muy bien el arranque de la saga, la relación precisamente entre Thor y el Capitán América, recurriendo a la histórica fascinación de los nazis por las cuestiones sobrenaturales. ¿Y qué hay más sobrenatural y más germano que los propios dioses asgardianos? Así descubrimos que la Hermandad Thule (una sociedad mística real) había hecho un descubrimiento que podría haber supuesto la victoria del III Reich de haberlo podido aprovechar. Cráneo Rojo no pudo… pero su hija, Pecado, sí consigue despertar la fuerza que duerme tras el descubrimiento hecho por los Thule, y que no es otro que La Serpiente, un hipotético hermano de Odín, señor del Miedo. Y para infundir el miedo, ¿qué mejor modo de hacerlo que con la destrucción indiscriminada? Eso es lo que Fraction debe pensar y lo que Pecado (convertida en encarnación de la diosa Skadi, realmente una diosa de la caza entre los vikingos) y la Serpiente llevan a cabo, arrojando sobre la Tierra varios martillos que convierten a diferentes personajes cuyo nexo en común es la fuerza bruta en “Los Dignos”, portadores de espíritus de la destrucción que pulularán entre la serie principal y los crossover. Y además de liberar a los Dignos, Pecado lanza un ataque con toda su tecnología sobre Washington. Grupos neonazis promueven la violencia por todo el mundo… y todos quedan atrapados en el Miedo, mientras los Asgardianos se preparan para lanzar un ataque contra la Serpiente que probablemente acabe también con Midgard en el proceso.



                Esto es, básicamente, el argumento de Miedo Encarnado, y como veis, no hay mucho más que ostias detrás, cada vez más grandes y más fuertes. Por supuesto, como no podía ser menos, hay dos bajas importantes, una en el número tres y otra en el de este mes, de las que de momento no voy a hablar por si alguien no se lo ha leído aún. La una me parece un acto de cobardía en una trama que hasta ahora me había parecido de lo más valiente, y la otra… en fin, aún no me la creo, a ver que pasa este mes con la cole del personaje y que veo allí, que todavía no la he leído.
                Sobre el dibuje de Immonen, realmente no tengo nada que objetar, me parece un dibujante apropiado, que ha cumplido sus plazos y con la espectacularidad adecuada, aunque quizá haya flojeado precisamente en este último número. Pero sin duda, y esto no es un problema de Fraction ni de Immonen, Miedo Encarnado es, en palabras de Bilbo Bolsón, “muy poca mantequilla extendida sobre demasiado pan”.
                Y la historia, se queda corta.