lunes, 9 de septiembre de 2013

NOCHES DE ROMA: BRITANIA

                Después de escapar de Roma y de la persecución que contra ellos estaba promoviendo Escauro, Pértinax, Tíbulo, Gálico, Ashai y Licas decidieron dirigirse a Britania, donde según los textos de Astiánax se encontraba la Campana. El viaje fue largo y duro, más de cuarenta días de viaje hasta el puerto de Dubrae, el punto natural de entrada a la isla, cerca de los acantilados blancos que le daban a Britania el nombre de Albión. Aunque hacía décadas que Julio César había golpeado con fuerza a los britanos, hacía mucho que Roma se había retirado de la isla, y ahora la presencia romana era sólo simbólica. Los britanos continuaban siendo un pueblo independiente, y no aceptaban de buen grado la presencia de los romanos. Por ello, en cuanto bajaron del barco en el puerto de Dubrae, Pértinax y Gálico tuvieron que hacer frente a dos britanos molestos, que les insultaron por ser romanos. Después de este incómodo primer encuentro, los personajes recibieron la ayuda de un Nosferatu que se hacía llamar Nadie, un leproso en apariencia que recibía a los vampiros que llegaban de Roma a Britania. A cambio de unas monedas (y de que quedasen en deuda con él), Nadie les ofreció un refugio donde dormir esa noche, y algunos consejos para llevar mejor su presencia en Britania. Aunque poderosos vampiros romanos habían llegado ya  a las islas, el auténtico poder de Britania estaba en manos de los salvajes, los Gangrel. No había príncipes ni señores en Britania, todo era de aquellos que pudieran cogerlo… y luego, asumir las consecuencias de lo que habían hecho. Nadie les habló del poderoso Ventrue Mithras, y de como parecía estar tratando de hacerse con el control de la isla, luchando en el norte, pero les sugirió que, para contactar con otros romanos como ellos, viajaran a Londinium, lo más parecido que había en Britania a una ciudad, donde los romanos tenían aún cierto interés comercial.

Britannia, nuevo hogar de los personajes



                Después del largo viaje, Gálico, Licas y Tíbulo tuvieron que alimentarse, mientras Pértinax revisaba el Libro del Laberinto y Ashai se entretenía torturando a Nefer-Meri-Isis. Gálico asaltó un barco atracado en el puerto de Dubrae para alimentarse del vigía, Licas entró en casa de un familia y se alimentó de sus cuatro miembros, utilizando Dementación para que no le recordaran, y Tíbulo se alimentó de una vaca, dejando a los granjeros el pago de la misma en moneda romana. Al día siguiente, Dubrae estaba alterada por los eventos de la noche anterior, y Nadie sugirió a los personajes que se comportaran con un mayor cuidado, pero ellos no iban a estar mucho tiempo en el puerto. Esa misma noche compraron caballos y se dirigieron hacia Londinium.

Mithras, el poderoso vampiro tomado por un dios.

                En el camino, los personajes sufrieron un asalto por parte de bandidos humanos, que probablemente buscaran un botín fácil, y aunque Tíbulo y Licas sufrieron algunas heridas, Pértinax y Gálico consiguieron rechazar el ataque, acabando con la mayoría de los bandidos y alimentándose de los que quedaron vivos. Llegaron a Londinium poco antes del amanecer, y tras conseguir que les abrieran las puertas con engaños de Ashai, consiguieron un alojamiento un tanto escueto en una “posada” en el interior de la ciudad, no muy lejos del río Támesis. A la noche siguiente, Gálico y Licas se dirigieron hacia el mercado, Licas para tratar de vender los caballos que habían obtenido de los bandidos, y Gálico en busca de alguien que pudiera guiarle hacia algún druida o sacerdote de los dioses celtas, en busca de posible información mítica sobre la campana. Mientras, Tíbulo, Ashai y Pértinax buscaron establecer contacto con los sectores más romanizados de la población, buscando información sobre otros vampiros romanos en Britania, y decidieron hacerlo acudiendo al Mithraeum, el centro del culto del dios Mithras en Londinium.

El Mithraeum de Londinium.



                Licas trató de detectar vampiros entre los asistentes al mercado, pero sus poderes fallaron, y Licas se distrajo hasta el punto de dejar escapar a los caballos, que crearon un gran revuelo en el mercado, acabando incluso con la vida de un comerciante, lo que hizo que los alguaciles del mercado capturaran a Licas, llevándole a las celdas de la ciudad. Mientras, Gálico, confiando en que Licas podría librarse sólo, y tras comprar unas palomas que sacrificar en el Mithraeum, consiguió de una de las muchachas de la ciudad el nombre de un eremita que vivía cerca de Londinium, un hombre llamado Rhydderch, que quizá pudiera ayudarle. Y en el Mithraeum, Ashai, Pértinax y Tíbulo ofrecían como sacrificio ante el dios Mithras uno de sus caballos, descubriendo Tïbulo la presencia de un ghoul entre los fieles del dios de los ejércitos…

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