Después de escapar de
Roma y de la persecución que contra ellos estaba promoviendo Escauro, Pértinax,
Tíbulo, Gálico, Ashai y Licas decidieron dirigirse a Britania, donde según los
textos de Astiánax se encontraba la Campana. El viaje fue largo y duro, más de
cuarenta días de viaje hasta el puerto de Dubrae, el punto natural de entrada a
la isla, cerca de los acantilados blancos que le daban a Britania el nombre de
Albión. Aunque hacía décadas que Julio César había golpeado con fuerza a los
britanos, hacía mucho que Roma se había retirado de la isla, y ahora la
presencia romana era sólo simbólica. Los britanos continuaban siendo un pueblo
independiente, y no aceptaban de buen grado la presencia de los romanos. Por
ello, en cuanto bajaron del barco en el puerto de Dubrae, Pértinax y Gálico
tuvieron que hacer frente a dos britanos molestos, que les insultaron por ser
romanos. Después de este incómodo primer encuentro, los personajes recibieron
la ayuda de un Nosferatu que se hacía llamar Nadie, un leproso en apariencia
que recibía a los vampiros que llegaban de Roma a Britania. A cambio de unas
monedas (y de que quedasen en deuda con él), Nadie les ofreció un refugio donde
dormir esa noche, y algunos consejos para llevar mejor su presencia en
Britania. Aunque poderosos vampiros romanos habían llegado ya a las islas, el auténtico poder de Britania
estaba en manos de los salvajes, los Gangrel. No había príncipes ni señores en
Britania, todo era de aquellos que pudieran cogerlo… y luego, asumir las
consecuencias de lo que habían hecho. Nadie les habló del poderoso Ventrue
Mithras, y de como parecía estar tratando de hacerse con el control de la isla,
luchando en el norte, pero les sugirió que, para contactar con otros romanos
como ellos, viajaran a Londinium, lo más parecido que había en Britania a una
ciudad, donde los romanos tenían aún cierto interés comercial.
Britannia, nuevo hogar de los personajes |
Después del largo
viaje, Gálico, Licas y Tíbulo tuvieron que alimentarse, mientras Pértinax
revisaba el Libro del Laberinto y Ashai se entretenía torturando a
Nefer-Meri-Isis. Gálico asaltó un barco atracado en el puerto de Dubrae para
alimentarse del vigía, Licas entró en casa de un familia y se alimentó de sus
cuatro miembros, utilizando Dementación para que no le recordaran, y Tíbulo se
alimentó de una vaca, dejando a los granjeros el pago de la misma en moneda
romana. Al día siguiente, Dubrae estaba alterada por los eventos de la noche
anterior, y Nadie sugirió a los personajes que se comportaran con un mayor
cuidado, pero ellos no iban a estar mucho tiempo en el puerto. Esa misma noche
compraron caballos y se dirigieron hacia Londinium.
Mithras, el poderoso vampiro tomado por un dios. |
En el camino, los
personajes sufrieron un asalto por parte de bandidos humanos, que probablemente
buscaran un botín fácil, y aunque Tíbulo y Licas sufrieron algunas heridas,
Pértinax y Gálico consiguieron rechazar el ataque, acabando con la mayoría de
los bandidos y alimentándose de los que quedaron vivos. Llegaron a Londinium
poco antes del amanecer, y tras conseguir que les abrieran las puertas con
engaños de Ashai, consiguieron un alojamiento un tanto escueto en una “posada”
en el interior de la ciudad, no muy lejos del río Támesis. A la noche
siguiente, Gálico y Licas se dirigieron hacia el mercado, Licas para tratar de
vender los caballos que habían obtenido de los bandidos, y Gálico en busca de
alguien que pudiera guiarle hacia algún druida o sacerdote de los dioses
celtas, en busca de posible información mítica sobre la campana. Mientras,
Tíbulo, Ashai y Pértinax buscaron establecer contacto con los sectores más
romanizados de la población, buscando información sobre otros vampiros romanos
en Britania, y decidieron hacerlo acudiendo al Mithraeum, el centro del culto
del dios Mithras en Londinium.
El Mithraeum de Londinium. |
Licas trató de
detectar vampiros entre los asistentes al mercado, pero sus poderes fallaron, y
Licas se distrajo hasta el punto de dejar escapar a los caballos, que crearon
un gran revuelo en el mercado, acabando incluso con la vida de un comerciante,
lo que hizo que los alguaciles del mercado capturaran a Licas, llevándole a las
celdas de la ciudad. Mientras, Gálico, confiando en que Licas podría librarse
sólo, y tras comprar unas palomas que sacrificar en el Mithraeum, consiguió de
una de las muchachas de la ciudad el nombre de un eremita que vivía cerca de
Londinium, un hombre llamado Rhydderch, que quizá pudiera ayudarle. Y en el
Mithraeum, Ashai, Pértinax y Tíbulo ofrecían como sacrificio ante el dios
Mithras uno de sus caballos, descubriendo Tïbulo la presencia de un ghoul entre
los fieles del dios de los ejércitos…
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