La vida en el Amargura continuó igual que en los días anteriores, cada día los aventureros recibían sus deberes, y eran castigados cuando no lo hacían de forma adecuada, siendo especialmente castigada Sarah, que recibió en esos días varios latigazos. El Señor Plugh decidió divertirse a costa de ellos, y les presentó a su mascota, un bárbaro llamado Osolechuza Esquilavenados, no demasiado inteligente pero con puños como mazas. Plugh apostó cien monedas de oro para el personaje que pudiera vencer a Osolechuza en una pelea a puñetazos, sin armas y sin trucos mágicos, de lo que se aseguraba la maga Quisquillosa, que lo observaba todo desde el castillo de proa. Finalmente fue Kio Shen el que aceptó el desafío, y en los primeros movimientos consiguió despistar a Osolechuza y propinarle varios golpes, hasta que viendo que su "campeón" perdía, Plugh le lanzó un garrote. Balon consiguió hacer llegar también un garrote a Kio, pero el ninja decidió respetar las reglas del juego, lo que casi le costó la vida, ya que Osolechuza consiguió conectar un par de golpes que dejaron a Kio en el suelo y al borde de la muerte. Sólo la intervención de Sandara Quinn y de Evania consiguió evitar que Kio perdiera la vida. Además, en esas noches, Evania consiguió deslizarse hasta el pañol de la intendenta, donde encontró varios cofres y taquillas que contenían objetos mágicos. La druida abrió uno de los cofres, disparando una trampa que la hundió una flecha en las costillas y a punto estuvo de morir allí, aunque consiguió curarse utilizando sus hechizos, y robó de pañol varias pociones, un equipo de disfraz y una lupa.
El Señor Plugg, contramaestre del Amargura. |
En los siguientes días, consiguieron afianzar su amistad con algunos de los marineros, recuperando cada uno de ellos finalmente su equipo de manos de Grok Garganta Cortada, Además, Vanderlay consiguió acercarse a Tam Tate, un enano muy próximo a Azotes, que le advirtió de la animadversión que Azotes y Plugh sentían hacia ellos, avisándoles de que tuvieran cuidado. El tiempo comenzó a torcerse, y finalmente, se desató una gran tormenta sobre el Amargura, que mantuvo a los personajes ocupados durante todo el día, empapados y sacudidos por la tormenta. Sarah sufrió un accidente serio al caerse desde el palo mayor, y Rosie la Bien Hablada cayó al agua después del golpe de un cabo. Por suerte, Balon estaba lo suficientemente cerca para arrojarle un cabo con extraordinaria destreza después de utilizar una de sus pociones, y Vanderlay consiguió sujetar a la mediana con sus trucos, atándola a la cuerda. Evania convocó un águila para salvarla, mientras Chufa tiraba de la cuerda junto a Kio y Balon, pero el ave fue sacudida por los poderosos vientos de la tormenta, y acabó desapareciendo. Finalmente, Rosie consiguió hacerse con la soga y los aventureros la llevaron a cubierta, continuando sus trabajos al día siguiente, mientras la tormenta amainaba.
Decidido a dar una lección a Azotes, Balon consiguió convencer a Kio de que le ayudara a infiltrarse en el camarote de los oficiales, para tratar de poner en su contra a los oficiales del barco, para lo cual utilizó un elixir de disfraz, pero Kio no fue capaz de abrir la puerta, así que no pudieron realizar a cabo su venganza. Al contrario, al día siguiente, el Señor Plugh les envió a un arrecife a capturar cangrejos para la cena del capitán Harrigan. Mientras cazaban cangrejos, se encontraron con varios grandes crustáceos, tres garracifes que pusieron en aprietos especialmente a Evania, aunque consiguieron matarlos y llevárselos a Harrigan, que se mostró satisfecho, ya que los garracifes eran un auténtico manjar. Por orden de Harrigan, Kio recibió el resto de su equipo, y al día siguiente, la condestable Rioris les enseñaría a abordar un barco.
Efectivamente, al día siguiente Rioris les llevó en dos tandas a un bote a varios metros del barco para enseñarles a usar los arpeos de abordaje mientras sus compañeros les arrojaban verduras podridas y cubos de agua sucia para impedírselo. Balon (utilizando sus elixires) y Kio fueron los más hábiles, mientras que Evania, Vanderlay y Sarah cayeron varias veces al agua consistiendo su premio en varios latigazos.
Y por fin, tras el largo viaje que no parecía tener un destino claro, avistaron un barco y el capitán Harrigan ordenó a todos prepararse... Irían al abordaje.
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