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domingo, 7 de mayo de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SE ACERCA LA TEMPESTAD (II)

Tras concluir sus asuntos en Puerto Peligro, los aventureros se pusieron en marcha hacia la isla de Motaku, en cuya costa norte se encontraba la ciudad de Quent, dominio de Tessa Viento Favorable, donde se disponían a reunirse con la principal sacerdotisa de Callistria en la ciudad, Dindreann. Quent era el segundo puerto más importante de los Grilletes, sólo por detrás de Puerto Peligro, y en algunos aspectos incluso mejor que este. La bahía donde se encontraba, estaba protegida de las corrientes por una serie de islas, lo que transformaba el puerto en un lugar apacible y ordenado, en el que los aventureros, que navegaban con el gallardete de Tessa, no tardaron en poder amarrar y dirigirse a la Casa de los Besos Robados, el templo de Callistria, diosa de la lujuria, los monstruos y a venganza. Mientras Vanderlay decidía quedarse en las tabernas cercanas al puerto cantando las historias de sus viajes, los demás se adentraban en el templo, que parecía ser una mezcla entre burdel, taberna y templo, donde los sirvientes de Callistria practicaban la prostitución sagrada. Dindreann les recibió en sus aposentos, invitándoles a refrescarse y a disfrutar de los placeres del templo, y escuchó atentamente las peticiones de información de los aventureros sobre un posible espía de Cheliax en los Grilletes. Dindreann reconoció disponer de alguna información al respecto, ya que muchos rumores se confesaban a los hombres y mujeres del templo, pero aquella información tendría un precio. Uno de los navíos del templo había sido asaltado por unos raqueros, que además habían robado un objeto sagrado de Callistria, una estatua de una avispa chapada en oro conocida como el Avispal de Oro. Si los aventureros podían recuperar el Avispal y destruir a los raqueros, Dindreann podría entregarles información sobre el espía. Cuando los aventureros pidieron más información, les remitió a Playero, donde entre los seguidores de Norgorber quizá pudieran encontrar nuevos datos. Entendiendo que sus negocios en la Casa de los Besos Robados habían llegado a su fin, los aventureros volvieron al puerto, salvo Echidna, que decidió permanecer unas horas en el templo, aprovechando parte del botín que le había correspondido, mientras Evania le entregaba a Vanderlay un laúd que le había tallado mágicamente. 

Dindreann, sacerdotisa de Callistria. 


En el puerto, el capitán Shen y el señor Pickles trataron de conseguir alguna información sobre el templo de Norgorber en Playero, pero con escaso éxito, y dándose cuenta finalmente de que preguntar abiertamente por el dios del asesinato y los secretos quizá no era la mejor de las ideas. Cuando Echidna finalmente volvió, se pusieron en marcha hacia la Isla de Saco, donde se situaba la población de Playero, donde arribaron pasada la medianoche. Isla de Saco era una isla cuya población era mayormente mediana, y que resultó tener un amanecer muy ruidoso. Durante el día, mientras Evania convertida en gaviota sobrevolaba la ciudad, los demás buscaban información sobre el templo de Norgorber, aunque sería finalmente Pickles quien daría con la forma de hacerlo, lanzando una serie de sobreentendidos que llevaron a que fueran convocados a través de una misteriosa nota que apareció en su bolsa, convocándole en un almacén del barrio de los acechadores. Acudieron allí, y se encontraron con un mediano con una máscara de querubín que se hacía llamar Zafa y que les dió la bienvenida al Templo del Nombre Oculto. Zafa resultó ser un hábil comerciante de secretos, que les dió la ubicación de los raqueros que tenían el Avispal (un grupo de raqueros que se escondían en las Islas Rampore, dirigidos por una maga semiorca llamada Vakarla) por la localización exacta de la Cala del Atrapahombres; y luego solicitó un servicio por parte de los aventureros a cambio de la información de que disponía sobre el espía de Cheliax: averiguar cuales eran los sistemas de un navío desparecido, el Banshee de Salmuera, para ser el barco más veloz y maniobrable de los Grilletes. Cuando sus negociaciones parecían haber concluido, Sarah solicitó quedarse en privado con Zafa y Echidna, para sorpresa de sus compañeros. Mientras el capitán abandonaba el templo y Evania discutía con Sarah, Vanderlay se escondía en las sombras del lugar y Pickles se volvía invisible, dispuestos a averiguar que se traía Sarah entre manos. Cuando Evania salió del almacén, Sarah convenció a Echidna de que le mostrara a Zafa su cicatriz del Árbol del Dolor, y aunque el mediano no pudo darles ninguna información al respecto, aceptó el secreto y decidió que el Templo de Norgorber quedaba en deuda con ellos por su secreto. Habiendo dado ya el paso de contarle el secreto a Zafa, Echidna decidió que el resto de sus compañeros también lo supieran, lo que llevó a una profunda discusión en el camarote del capitán Shen en el Maldición de Besmara. Desconfiando de Sarah y de Echidna, pensando en como ocultarlo del resto de la tripulación y de como afectaba todo aquello a la tripulación, Evania les comunicó además que había pensado en varias ocasiones en abandonar el Maldición de Besmara, debido a que no le gustaba la persona en la que se estaba convirtiendo, pero que decidió finalmente quedarse para evitar que los aventureros cayeran aún más en la depravación. 

Finalmente, al día siguiente partieron hacia las Islas Rampore, donde pasaron varios días buscando a los raqueros de Vakarla. En su periplo se encontraron con un navío rahadoumita al que comenzaron a perseguir, aunque Vanderlay, Echidna y Shen se dieron cuenta de que pasaba algo raro, aunque demasiado tarde para evitar encallar en un arrecife oculto por una ilusión, como ilusorio era también el navío rahadoumita, una treta de los raqueros para hacerles encallar. Antes de poder reaccionar, los aventureros fueron asaltados por Vakarla y sus raqueros semiorcos. La magia de Vakarla hizo huir a Echidna y Sarah, por lo que serían Shen, Vanderlay, Pickles, Evania y Trufa quienes harían frente a la ilusionista y sus seguidores. Evania se convertiría en águila, lanzando hechizos sobre Trufa, mientras Vanderlay trepaba por los mástiles para alejarse del ataque, utilizando sus habilidades para apoyar a Shen, que se enfrentaba a Vakarla (derribada por Pickles) y uno de los raqueros. Vakarla y los suyos resultaron ser una pieza dura de roer, aunque herida por los asaltos de Shen, finamente un malherido Pickles consiguió acabar con ella utilizando una bola de fuego, haciendo que los raqueros se rindieran. Guiados por los semiorcos, encontraron su refugio, y en él, además del botín de Vakarla, el Avispal de Oro. 

Furioso por el ataque, Pickles convenció a sus compañeros, pese a las reticencias de Evania y Vanderlay, de que ofrecieran a los raqueros unirse a ellos o morir. Los raqueros se negaron a unirse a ellos, y después de que Shen diera la orden de acabar con ellos, sería el propio Pickles quien llevaría a cabo la ejecución... 

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