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domingo, 21 de mayo de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SE DESATA LA TEMPESTAD (IV)

Después de derrotar al chamán tiburón que había hecho su territorio de caza de los restos del Banshee de Salmuera,  los aventureros se separaron. Mientras Vanderlay, Evania y Pirkles revisaban los restos de la proa del pecio, el Capitán Shen, Sarah y Echidna descendían por la grieta en el fondo oceánico en busca de la popa del barco hundido. El bardo, la druida y el hechicero recorrieron el pecio, derrotando a una medusa gigante que había hecho su refugio de la vieja bodega de carga de proa, y encontraron un cofre cerrado que Trufa consiguió romper, descubriendo en su interior una buena parte del botín del Banshee de Salmuera, incluyendo una buena cantidad de monedas de platino que decidieron guardarse para ellos y no compartir con el resto del grupo. Los tres subieron al Maldición de Besmara, poniendo a buen recaudo tanto su botín como el que sí iban a compartir con el resto de la tripulación, encontrándose después con que Sarah volvía sola a la superficie. 

Contra la charda de aguas frías...


Sarah les contó que habían descendido por la grieta, sumiéndose en la oscuridad hasta llegar a zonas donde la presión les aplastaba, pero antes de poder volver, algo se había llevado a Echidna y a Shen. Sarah había vuelto en busca de refuerzos, y convertida en capitana del barco ante la ausencia de Shen, preparó con Evania, Vanderlay y Pirkles el rescate. Protegidos por los hechizos de Evania contra el frío submarino y la presión, volvieron a sumergirse, para esta vez continuar descendiendo por la grieta hacia las profundidades abisales. Siguiendo la luz que Pirkles emitía, el cuarteto encontró la popa del Banshee de Salmuera apoyada en un repecho del abismo, que continuaba aún hacia abajo. Pero no habían podido aún acercarse al barco cuando fueron atacados por una gigantesca criatura de cuatro brazos, una charda de las aguas frías, que consiguió herir a Evania, Trufa, Pirkles y Sarah, escapando sólo Vanderlay de su bilis negra, aunque finalmente la criatura huyó, muriendo en las profundidades a causa de las heridas causadas por los rayos de ácido del hechicero mediano. 

Ya en el Banshee de Salmuera, no tardaron en reparar en el timón, situado en el alcázar de popa, y que parecía tener propiedades mágicas que podían ser la respuesta a las cuestiones planteadas por los sacerdotes de Norgorber en Playero. Exploraron los restos del pecio, derrotando a una anémona del bosque negro que se escondía en una de las estancias y llegaron finalmente a la bodega de carga, donde comenzaron a ocurrir cosas extrañas. Un tiburón gigante parecía haberse adueñado de esa zona, y Sarah se vio impelida a atacarlo, siendo seguida por Trufa y Evania. Desconfiados, Vanderlay y Pirkles continuaron investigando la sala, pues el mediano detectaba magia allí, pero sería Vanderlay quien se daría cuenta de que el tiburón era sólo una ilusión. El descubrimiento fue seguido por la aparición de un banco de peces que realizaban hipnóticos giros que dejaron fascinadas a Sarah y Trufa, que tuvieron que ser despejadas por Vanderlay y Evania, y en ese momento, una extraña criatura les atacó desde el exterior del barco, un aboleth al que Pirkles consiguió expulsar con un hechizo de disipar magia... para luego volverse contra sus propios compañeros, atacando a Sarah. Vanderlay inmovilizó al hechicero, mientras Sarah le trababa y desactivaba los poderes de su armadura para sacar a Pirkles del agua, aunque este finalmente consiguió recuperar el control de sí mismo, y volvieron al pecio, donde Evania ya investigaba el timón para poder llevárselo y Vanderlay exploraba los alrededores del barco. Pirkles descubrió que el muro del fondo de la bodega era una ilusión, y fue entonces cuando tuvieron que hacer frente a un verdadero aboleth que tenía prisioneros a Echidna y Shen en dos capullos para consumirlos después. 

Un aboleth de las profundidades... 


Pirkles, Sarah, Vanderlay, Evania y Trufa tuvieron que hacer un esfuerzo agotador para enfrentarse al aboleth, resultando Sarah herida de gravedad y a las puertas de la muerte tras ser herida por los tentáculos del aboleth, que la redujeron a un estado legamoso, siendo salvada in extremis por Evania y Vanderlay, mientras Trufa y Pirkles finalmente conseguían derrotar al aboleth. Finalmente, se llevaron tanto el timón como a sus compañeros perdidos, que continuaban en estado comatoso por la acción del veneno del aboleth. De vuelta en el Maldición de Besmara, y bajo el mando de Sarah, los aventureros cerraron su acuerdo con el doctor Fitch, que obtuvo la mitad del botín (declarado) del Banshee de Salmuera, negociando de manera que ellos pudieran quedarse en el barco con varios objetos mágicos, el marfil que transportaba el barco, y el timón, mientras Fitch obtenía todo el dinero en metálico. Cerrado el negocio, y tras devolver a Fitch a Ollo, se dirigieron a Playero, donde en el Templo de Norgorber obtuvieron el pago por la información que llevaban: Selis, una naga de la Costa Serpentina, afirmaba conocer a un espía y contrabandista que trabajaba para Cheliax en los Grilletes, y les dio las coordenadas donde encontrarla. Ante las dos posibilidades que tenían, desde Playero Sarah decidió poner rumbo a Puerto Empapado, donde esperaba encontrar a Jaymiss Teft, el tallador semielfo del que les había hablado Deidreann...

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