Tras recuperarse de las heridas
sufridas en el azaroso encuentro con Beric Dondarrion y sus hombres, Oweyn y
Erwyn partieron hacia el norte, siguiendo el Torrente en dirección a
Altaermita, donde esperaban averiguar si Gerolt Dayne, al que llamaban Estrella
Oscura, sabía algo que desconocieran sobre Ashara Dayne y Albor. En el camino, les sorprendió una fuerte tormenta de arena
provocada por los vientos que llegaban del norte. Ambos se perdieron en las
violentas ráfagas de arena, y tardaron varias horas en encontrar un refugio, lo
que hizo que no llegaran a Altaermita hasta entrada la noche. Erwyn convenció a
los hombres de la guardia del pequeño castillo de que abrieran las puertas,
aceptando Estrella Oscura reunirse con ellos a pesar de lo tardío de la hora.
Estrella Oscura les esperaba en una sala poco iluminada, un Dayne de curioso
aspecto, con los ojos púrpuras y el cabello blanco salvo por un mechón
completamente negro. Les pidió brevedad, pues estaba preparando a sus hombres
para marchar hacia Sepulcro del Rey, donde el Príncipe Doran Martell estaba
reuniendo a sus hombres. De inmediato, comenzaron a interrogar a Estrella
Oscura sobre Ashara y Albor, pero
Estrella Oscura no parecía estar nada satisfecho con las preguntas. Su familia
llevaba demasiado tiempo escuchando preguntas sobre Ashara Dayne y la desaparecida
espada de Arthur Dayne. Ashara estaba muerta, y Albor había desaparecido con ella. Tras aceptar las negativas de
Estrella Oscura, y aceptando ya que no conseguirían nada allí, Oweyn y Erwyn
comenzaron a planear su viaje hacia Sepulcro del Rey, una de las cocineras
falseó un choque con Oweyn tras una breve cena, diciéndole que si querían saber
algo sobre Ashara Dayne acudieran a medianoche a las caballerizas.
Temiendo
una posible emboscada, pero llevados por la curiosidad, Erwyn y Oweyn acudieron
a las caballerizas a medianoche, donde la anciana les dijo que había soñado con
ellos mucho tiempo atrás, incluso antes de que Lady Ashara se quitara la vida.
Estrella Oscura no les había contado toda la verdad, Ashara Dayne había acudido
a Altaermita en el mismo día en que había saltado de la Torre de la Espada de
Campoestrella, y había dejado algo bajo la custodia de Estrella Oscura. Sin
embargo, la mujer no pudo seguir explicando nada, y hubiera muerto atravesada
por una flecha si Erwyn no hubiera conseguido apartarla del camino letal de
esta. Estrella Oscura estaba allí, con tres de sus hombres, y dejó claro que
Erwyn y Oweyn sabían demasiado, por lo que debían morir allí. Estrella Oscura y
sus hombres se enfrentaron a los norteños, y aunque Oweyn resultó herido, Erwyn
consiguió acabar con la vida de uno de los caballeros y herir a Estrella
Oscura. La lucha fue interrumpida por la repentina llegada de una mujer, que
les ordenó que se detuvieran. Se trataba, ni más ni menos, que de Lady Ashara
Dayne.
Ashara
se reunió con los norteños y Estrella Oscura, que se mostraba adusto y poco
cooperativo. Les contó que había fingido su suicidio en connivencia con
Estrella Oscura, que la había ocultado desde aquel aciago día para la casa
Dayne, y lo había hecho todo para proteger Albor.
Según Ashara, Eddard Stark había acudido a Campoestrella llevando con él al
hijo de su hermana Lyanna y Rhaegar Targaryen, y a Albor, la cual había arrancado de las manos de su hermano Arthur,
muerto por mano del propio Ned. Eddard pretendía quedarse con Albor, pero Ashara se sintió furiosa al
saber que el hombre al que había amado había matado a su hermano y además se
había casado con Catelyn Tully. Aprovechando un descuido de Eddard, ella tomó Albor, y aunque sabía que él podría
habérsela arrebatado, parecía que Ned aún era lo suficientemente caballero como
para no arrancársela por la fuerza. Eddard había abandonado Campoestrella
llevándose consigo al hijo de su hermana, al que había reconocido como su
propio bastardo… y en el momento en que Ned salió de Campoestrella, Albor le habló a Ashara. La Oscuridad
iba a volver, lo haría en las manos del propio Eddard, y la espada debía
esperar al Portador de la Luz. Por ello, Ashara escondió a Albor en Altaermita, y fingió su muerte, para que todo el mundo
pensara que la espada de Arthur Dayne había desaparecido en el mar. Lady Ashara
les mostró el relicario, escondido en las profundidades de Altaermita, en el
que ella y Estrella Oscura habían escondido durante largos años a Albor, y Oweyn y Erwyn pudieron ver la
espada, cuya hoja parecía resplandecer, blanca como la leche. Sabiendo ya dónde
estaba el arma, Oweyn y Erwyn decidieron partir hacia Sepulcro del Rey junto a
Estrella Oscura. Aún debían encontrar a la persona que la empuñaría.
Mientras
todo esto ocurría en Dorne, en Meereen Rhoynar y Fusk se refugiaban en la cima
de Gran Pirámide de la multitud que se había alzado tras el ajusticiamiento de
la Gracia Verde aliada con los Hijos de la Arpía. Los hombres de Daenerys
luchaban por devolver la ciudad a su mando, pero la locura de Gwyddion parecía
haberse expandido con celeridad, y el fuego comenzaba a devorar algunas zonas
de la ciudad. Jorah Mormont apareció en la cima de la pirámide, herido, y tras
él, varios sirvientes llevaban a Rakharo, uno de los Jinetes de Sangre de
Daenerys, mortalmente herido por los cascos de una docena de caballos. Rhoynar
intentó sanarlo, pero las heridas del dothraki, además de las propias
limitaciones del dorniense, que aún se estaba recuperando de su intento de
envenenamiento por parte de los Hijos de la Arpía, hicieron que fuera inútil,
muriendo Rakharo poco después. Daenerys se mostraba confusa, y Rhoynar, y sobre
todo Fusk, convencieron a Daenerys de que era el momento de abandonar y Meereen
y dirigirse a Poniente, llevándose con ella a sus fieles, que tendrían cabida
en los barcos que los Hombres del Hierro habían tomado de los volantene.
Mientras Victarion partía para preparar un corredor que permitiera a los
hombres de Daenerys llegar al puerto, Daenerys y Jorah descendían a las
profundidades de la Gran Pirámide para liberar a los dragones.
Sin
embargo, las puertas de la Gran Pirámide no resistieron los embates de los
atacantes, y Rhoynar, Fusk, Missandei (llevando a Rhaego) y algunos de los
Inmaculados, tuvieron que huir de los asaltantes, refugiándose en el interior
de la Pirámide, para encontrarse pronto atrapados en una terraza. Fusk
consiguió acabar con uno de los asaltantes, pero llegaban más cuando Rhaegon
hizo su aparición en la terraza, abrasando a los atacantes con su aliento de
fuego. Daenerys apareció, subida en Drogon, y descendió del dragón para tomar a
Rhaego. Montada en el dragón negro, Daenerys voló hacia el puerto junto a su
hijo, mientras que Vyserion, el blanco, permitía que Rhoynar, Fusk y Missandei
lo montaran, iniciando un viaje de vértigo hacia el puerto de Meereen.
Victarion
había conseguido establecer allí un perímetro de seguridad, que fue reforzado
por la llegada de los dragones, lo que permitió que los seguidores de Daenerys
se embarcaran, alejándose de la costa Ghiscari. Atónitos, Fusk y Rhoynar
tuvieron la impresión de que el humo de los incendios formaba sobre la ciudad
la siniestra silueta de la Arpía, pero el viento pronto la dispersó. Mientras
que Fusk, Victarion, Jorah y Barristan Selmy insistían en dirigirse
directamente a Poniente (aunque no se ponían de acuerdo en el destino), Rhoynar
defendía que primero debían dirigirse a Valyria, para recoger todo aquel fuego
valyrio que él había descubierto en la isla antes de ser capturado por los
piratas volantenes. A Daenerys le pareció apropiado comenzar la conquista de
Poniente desde el lugar donde sus antepasados habían formado parte del Feudo
Franco de Valyria, así que la Flota del Hierro se dirigió hacia la Vieja
Valyria. La isla estaba bajo una gran tormenta cuando llegaron, y mientras
Victarion, Selmy y Fusk se encargaban de distribuir a los hombres, Rhoynar
llevó a Daenerys y Jorah al lugar donde se encontraba el fuego valyrio.
Mientras la reina estaba ausente, Fusk escuchó un grito procedente del
exterior. Llevado por la curiosidad, salió a la tormenta, y encontró tras unos
minutos el cuerpo muerto de Neezak no-Hanor, el líder de los Hombres-Bestia
fieles a Daenerys. Le habían marcado con la Arpía en el pecho, y Fusk encontró
un dardo en su cuello.
A
la llegada de Daenerys, encontraron un gran revuelo organizado por la muerte de
Neezak y la presencia entre los presentes de los Hijos de la Arpía. Además,
Fusk y Rhoynar no olvidaban que Eddard Stark había enviado a un Hombre Sin
Rostro a acabar con la vida de Daenerys. Rhoynar descubrió lágrimas de Lys en
el dardo, el mismo veneno con el que habían intentado matarle en Meereen, y por
orden de Daenerys, todos los presentes fueron interrogados, pero fue inútil. No
había indicios de que ninguno de los presentes pudiera servir a los Hijos de la
Arpía.
En
esos días, la tormenta pasó, y los líderes del ejército de Daenerys comenzaron
a discutir cual sería el camino a seguir una vez abandonada Valyria. Fusk
quería dirigir el ejército a Dorne, Victarion a las Islas del Hierro, Selmy a
Bastión de Tormentas y Mormont al Norte. Victarion exigió hablar en solitario
con la reina, pero recordando al hombre sin rostro, Rhoynar se opuso. Fusk
respondió por Victarion, aunque este permitió que Fusk, como su familiar
(debido a su “matrimonio de sal” con su sobrina Asha) y Rhoynar, como hermano
de la reina, se quedaran. Cuando todos salieron, Victarion cerró la puerta y
musitó “valar morghulis”. Rhoynar se
interpuso en el camino del asesino que había tomado el rostro de Victarion
Greyjoy, evitando que este alcanzara a Daenerys, mientras Fusk se apresuraba a
abrir las puertas de la sala. Rhoynar y Fusk consiguieron sacar a Daenerys de
la sala, mientras Jorah Mormont y Barristan Selmy se enfrentaban al asesino, al
cual terminó matando el esposo de Daenerys, revelando el verdadero rostro del
asesino, un hombre de ojos azules con el cabello blanco y rojo. Rhoynar examinó
el cuerpo del fallecido, cuya armadura guardó Fusk para llevarla a Pyke en
recuerdo del que había sido el Gran Capitán de la Flota del Hierro, y encontró
una moneda de hierro que se apresuró a guardarse.
La
muerte del asesino enviado por Eddard Stark coincidió prácticamente con
noticias de la llegada de un barco con bandera dorniense a Valyria. Fusk se
puso al frente de una comitiva de Hombres del Hierro e Inmaculados para recibir
a los dornienses, mientras Rhoynar tenía un enfrentamiento con su hermana, ya
que esta arriesgaba demasiado su propia seguridad. Finalmente, Rhoynar se
reunió con Fusk, y se presentaron ante los recién llegados, un grupo de
dornienses al mando de un joven que se presentó como el Príncipe Quentyn
Martell, hijo de Doran Martell, señor de Dorne. Los dornienses se dirigían
hacia Meereen para llevar un mensaje del Príncipe Doran Martell a la reina
Daenerys, por lo cual fue una sorpresa para ellos saber que Daenerys estaba en
Valyria. Fusk y Rhoynar auspiciaron el encuentro entre Quentyn y Daenerys, y
finalmente, el príncipe dorniense le entregó a Rhoynar la carta que traía para
Daenerys. En ella, Lord Doran Martell le decía a la reina de dragones que
acudiera a Dorne, que allí había un ejército para ella. Aquello parecía poner
fin a las dudas sobre donde debían dirigirse.
Dorne
era ahora su objetivo.