¡A dos semana del
estreno de Iron Man 3 y todavía no hemos hablado de ella en el Iconocronos!
¿Qué está pasando aquí? ¡Es el Apocalipsis Zombie!
Nah, es que había más
cosas de las que hablar durante estos días que ya tenía programada, y ha
llegado el día que dedicar a la tercera entrega de la saga que comenzó esta
nueva era de pelis de Marvel. Corría 2008 cuando con Avi Arad y Kevin Feige
como productores, la dirección de Jon Fravreau, y con Robert Downey Jr como un
improbable Tony Stark, llegaban a las carteleras de todo el mundo, el primer
ataque de una nueva serie de películas. Iron Man abrió el camino a seguir para
Hulk 2 (donde se obvió el trabajo de Ang Lee), Capitán Américan, Iron Man 2,
Thor y, por supuesto, Vengadores.
Iron Man 3 mantiene
parte del elenco: Kevin Feige y Jon Favreu como productores, con la
incorporación del director Shane Black, y Robert Downey Jr y Gwynneth Paltrow
en los papeles principales, como Tony Stark y Pepper Potts. Después de
enfrentarse a Obadiah Stane en la primera peli, y a Látigo en la segunda, era
obvio que llegaba el momento de presentar al enemigo más tradicional de Iron
Man, no se podía esperar más para llevar al Mandarín a la Gran Pantalla. Y se
decidió que este personaje estaría interpretado por Ben Kingsley. Reconozco que
esa elección me noqueó en su momento. “¿No habrá actores chinos?”, pensé. Una
vez vista la peli, lo entiendo todo mejor, claro. A ver, en los cómics, el
Mandarín es un descendiente de Genghis Khan con diez anillos mágicos, cada uno
con un poder distinto. Y la verdad es que la idea encajaba más bien mal con lo
que se había planteado hasta ahora de Iron Man, de modo que había que
adaptarla. ¡Pero empecemos por el principio!
Iron Man 3 es la
adaptación (de aquella manera) de la saga Extremis
al cine. La obra de Warren Ellis (recordado en la película, el presidente de
Estados Unidos es el “Presidente Ellis” y Adi Granov en la que Tony Stark
recibía Extremis y se convertía en un
supercomputador humano es la base de esta trama, aunque con muchos cambios.
Aunque Maya Hansen sigue siendo su creadora, de dudosa moralidad, Extremis es en la peli un complejo
biotécnico regenerativo que recuerda mucho al suero con el mismo objetivo que
el doctor Kurt Connors desarrolla en Spiderman, pero que en vez de darte
poderes de Lagarto, te convierte en una mezcla entre el Hombre Ígneo y Nitro.
IMA, dirigida por un personaje que ya apareció en Extremis, el socio de Maya Hansen, Aldrich Killian, interpretado
por Guy Pierce, es quien invierte en Extremis, que se prueba en diferentes ex-soldados…
pero Extremis tiene un lado
inestable, y en determinadas circunstancias, puede estallar de forma llamativa
y sobre todo, muy destructiva…
Por otro lado, hace su
aparición El Mandarín, un terrorista
internacional (cuyo símbolo son diez anillos entrelazados), en el más puro
estilo Osama bin Laden o más comiqueramente , Kayzen Gamorra, que amenaza a
Estados Unidos con terrible atentado y lecciones para su presidente. Tony Stark
desafía al Mandarín, y este se lanza en su busca, lo que obliga a Tony a hacer
creer al mundo que ha muerto, y además, a vivir un tiempo sin su armadura y con
el problema añadido de que cada vez que recuerda “lo ocurrido en Nueva York” (o
sea, Vengadores) sufre una crisis de ansiedad.
Este es el argumento
con el que se lanza la peli, pues como es obvio, ambos argumentos se cruzan, y
el Mandarín e Ideas Mecánicas Avanzadas están relacionados con Extremis, de forma retorcida quizá, pero
unidos. ¿El temazo de la película? Por supuesto, la verdad que hay detrás del
Mandarín. No a nivel argumental, sino por supuesto a nivel de foros. Más de uno
y de dos mil están llevándose las manos a la cabeza con lo ocurrido, si habéis
visto la peli sabréis por qué. ¿Mi opinión? No es tan grave, es evidente que
hay cosas que no se pueden mantener, y el espíritu del miedo que el personaje
consigue infundir con sus apariciones televisivas está muy logrado. ¿Qué luego
es lo que es? Pues… sí. Así el peso de la “villanía” recae en IMA y Aldrich
Killian, más que en el propio Mandarín.
Para ir acabando, lo
cierto es que la peli mola. Menos que Iron Man 1, más que Iron Man 2. Los
efectos, como siempre, están guay, la trama es un movimiento continuado, y si
bien tiene fallos, no afectan demasiado (a mi parecer) a la resolución de la
película, palomitera a más no poder. Pero de las de palomitas de caramelo,
palomitas normales y palomitas en el suelo.
Por cierto, lo peor…
lo de Máquina de Guerra convertido en Iron Patriot. ¡Horteraaaa!
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