Después de lecturas tan densas como Dune y La Corona de Hierba me apetecía "desengrasar" un poco el bagaje literario que llevaba encima, así que acudí a mi "zona relax", y encontré el segundo tomo de la saga Mundodisco (segundo de... ¿treinta y tantos ya?), la continuación directa de El Color de la Magia... ¡y por qué no! ¡Son muy divertidos!
"La Luz Fantástica" nos trae de regreso a los protagonistas de El Color de la Magia, el mago Rincewind, cuya carrera mágica se frustró al entrar en su mente uno de los Ocho hechizos del Octavo, el libro de magia más poderoso de Mundodisco; y Dosflores, el turista procedente de el Imperio de Ágata decidido a conocer cada uno de los rincones de Mundodisco, acompañado de su siempre leal equipaje de madera de peral sabio. En esta ocasión, nos encontramos con que A´Tuin, la gran tortuga sobre la que están los cuatro elefantes que sostienen el disco, se dirige por motivos desconocidos a una enigmática e inquietante estrella roja. Todo el mundo piensa que Mundodisco va a ser destruido, los magos de la Universidad Invisible tratan sin éxito de evitarlo (o al menos entenderlo) y la salvación o destrucción del mundo se encuentra en manos de Rincewind y su Octavo Hechizo.
Al igual que en su novela anterior, en La Luz Fantástica Terry Pratchett realiza una inteligente sátira sobre las novelas de fantasía épica, pero al mismo tiempo, nos habla del milenarismo y las creencias enloquecidas que este provoca, y lo hace desde el humor ácido que supone saber que todo aquello sobre lo que habla es cierto y sería así, en Mundodisco y aquí. Para dar más color a su novela, Pratchett ha incorporado en La Luz Fantástica nuevos personajes a la mitología de Mundodisco. De entre ellos destacan Cohen el Bárbaro (en algún momento se pareció a Conan, pero ahora tiene como ochenta años y necesita una dentadura postiza) y Bethan, una virgen descontenta de serlo que iba a ser sacrificada por los druidas (expertos en rocas voladoras), que se unen a Dosflores y Rincewind en sus peripecias de regreso a Ank-Morpork y la Universidad Invisible desde el mismísimo borde del Disco. Junto a ellos hay magos interesados en las burocracia, hechizos que no quieren ser pronunciados, druidas expertos en hardware, trolls con mucha paciencia y toda una plétora de personajes que llevan a las más divertidas situaciones del Mundodisco.
Porque si es divertido... tiene que ocurrir, ¿no?
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