Segundo tomo de Red Lanterns y fin de la breve etapa en
la serie de Ed Benes, que se ha marchado a la franquicia del murciélago,
dejando hueco en el lado cósmico del Universo DC a Miguel Ángel Sepúlveda,
especialista en historias de Ciencia-Ficción y que se ocupará (al menos por un
tiempo, que según está el patio en DC… a saber) de esta colección junto con
Peter Milligan, que de momento, sí continúa al frente de los heraldos de la
Rabia.
Tras
el final del primer tomo, la situación en Ysmault había quedado en tensión: la
necesidad de Atrocitus de tener un “co-líder” para sus guerreros rojos, le
había llevado a dotar de una mayor inteligencia a Bleez, lo que hizo que esta
revelara que, bajo esas alas de hueso y el cuerpo de modelo se escondía mucho
carácter trepa, ansiando enseguida hacerse con el lugar de Atrocitus frente a los
Red Lantern. Además, esto coincidía con una crisis existencial del líder del
cuerpo, la aparición del que había sido su fallido intento de un primer Red
Lantern (una criatura llamada Abysmus), y la llegada a Ysmault del segundo Red
Lantern de origen terrestre, el inglés Jack Moore (Dex-Starr era mucho más
divertido). Así, este segundo tomo de Red Lantern, que sirve además como
preludio a la próxima saga cósmica de DC, la relacionada con el Tercer Ejército
de los Guardianes, cuya preparación ya habíamos visto en Green Lantern, New
Guardians y Green Lantern Corps.
Con
todo esto, nos encontramos a los Red Lantern Corps en un momento de intensa
confusión, con un cisma entre ellos (los fieles a Atrocitus enfrentados a los
seguidores de Bleez), y volcados a una intensa búsqueda, ya que Abysmus ha
conseguido destruir la Batería de Poder Roja, debilitándoles y arrebatándoles
gran parte de su poder. Así, mientras unos buscan a Abysmus, Bleez dirige a los
suyos a Zamarón, ya que acusa a las Zafiros Estelares de lo ocurrido en
Ysmault, lo que llevará a un enfrentamiento directo entre ella y Fatalidad. Y
todo esto ocurre con Jack Moore debatiéndose entre su pensamiento humano y la
furia del anillo rojo.
Además,
en este número (como vemos en portada), Atrocitus tiene un encontronazo (un
tanto forzado) con la agencia Stormwatch en su versión nuDC, con el líder de
los Red Lanterns enfrentándose a Apolo, Midnighter, Hawksmoor y Engineer, que
ya habían tenido sus más y sus menos en la colección dedicada a este antiguo grupo
de Wildstorm, ahora integrado en DC.
Como
veis, muchos eventos para un número que básicamente sirve de puente entre la
presentación de la colección y su implicación en la historia del Tercer
Ejército, y aunque es entretenido, lo cierto es que el guión de Milligan esta
vez no destaca prácticamente en nada, aunque los lápices de Sepúlveda hacen que
el cómic sea muy, pero muy disfrutable.
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