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domingo, 9 de abril de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SAQUEADORES DEL MAR FEBRIL (IX)

Después de encontrar que la Roca de las Mareas había sido asaltada, se dieron cuenta también de que habían perdido buena parte de las provisiones y el agua que guardaban allí, de modo que tras una breve deliberación, decidieron que Evania y Pickles partirían junto a parte de la tripulación hacia algún puerto cercano, en busca de provisiones, mientras el resto del grupo custodiaba la fortaleza. Como descubrieron un par de noches después, no había sido una mala idea. 

Durante la guardia de Sarah, en una noche sin luna, la exploradora pudo distinguir en el mar un gran barco, un junco que se acercaba a la Roca de las Mareas. Utilizando el Ojo del Navegante para lanzar clariaudiencia sobre el barco, escuchó preparativos de asalto impartidos por una mujer, mientras el barco desplegaba dos barcoluengos que se dirigían hacia la Roca. Sarah dio la alarma, y se prepararon en la zona del puerto para hacer frente a los asaltantes. Después de intentar hacerles retroceder de alguna manera, Vanderlay, Echidna, Sarah y el Capitán Shen  se enfrentaron a la líder del asalto, una mujer con numerosos tatuajes y capacidades hechiceras que decía venir a vengar a muerte de un tal Ragnor en nombre de Krelloort, nombres ambos que resultaban desconocidos para ellos. Isabella Locke (la hechicera atacante), les atacó con rayos relampagueantes mientras su serpiente, Moto, se enzarzaba en combate con Shen. El elemental de aire convocado por Vanderlay consiguió hacer bajar a Isabella del aire, pero no antes de que la hechicera cegara al Capitán. Finalmente, consiguieron rodear a Isabella, y uno de los ataques a ciegas de Shen acabó con ella, rechazando así el ataque, aunque sin saber aún por qué habían sido atacado. Examinando el cuerpo de Isabella, además de encontrar varios objetos mágicos que se repartieron entre ellos (la espada de Isabella, Aguijón de Salmuera, para Sarah; el amuleto de protección que llevaba para el Capitán; su diadema de Carisma Seductor para Vanderlay y un particular astrolabio, el Ojo de Svingli, para Echidna), descubrieron que uno de los tatuajes que lucía en su espalda, era un mapa. 

Isabella Locke y su espada, Aguijón de Salmuera...


Examinando el mapa, el capitán Shen consiguió identificarlo con el mapa del tesoro del infame capitán Cyrus Wolfe, perdido desde décadas atrás, un notable tesoro perteneciente a un hombre que había rechazado la propia Corona de la Tempestad. Examinando el perfil de las islas, Vanderlay consiguió ubicarlo en un pequeño archipiélago al oeste de Trono de Besmara, y además, leyeron los versos tatuados junto a la imagen del mapa, donde además, había un sol al este y un monstruo al oeste. Los versos decían:

Desde el abrazo de la ensenada azul
espía el preciado diente de la dama tumba
con el primer rayo de la luz del alba. 
Trepa hasta la díscola cuenca del capitán
para reclamar el botín del viejo rey.

En los versos, Vanderlay identificó referencias a la diosa de la muerte y la diosa del amanecer, mientras que Shen recordó la historia que decía que Wolfe había perdido un ojo en una de sus numerosas batallas. Decididos a conseguir el tesoro de Wolfe, en cuanto el Maldición de Besmara volvió al puerto, zarparon en dirección al lugar que la leyenda llamaba "La Cala del Atrapahombres". Echidna copió el mapa para incorporarlo a sus cartas de navegación, pero el Capitán Shen fue más drástico, cortando la piel de Isabella y guardándola, listo para llevarla a curtir. 

Encontraron las islas, e identificaron la cala, una amplia ensenada de aguas de color azul oscuro, debido a la profundidad. Antes de entrar en la cala, Echidna pudo ver que un barco parecía acecharles, y lo identificó como el barco que había iniciado el ataque a la Roca. Trataron de darle alcance, pero se escapó de ellos, así que finalmente se adentraron en la cala, pese a los consejos en contra de Echidna, que prefería pasar la noche fuera de la cala. Sin embargo, la decisión del capitán fue adentrarse, entrando "en el abrazo de la ensenada azul". Allí esperaba pasar la noche en espera del primer rayo de la luz del alba. La ensenada estaba cubierta por una densa vegetación que lo hacía semejante a una cueva, lo que hacía que la oscuridad llegara pronto. Estaban inquietos, y finalmente, Vanderlay y Shen escucharon unos ruidos extraños, de madera, aunque no acertaron a ver averiguar de dónde venía. Sería Rosie finalmente quien llegaría a la cubierta avisando de que el timón se había roto. Mientras Echidna descendía se adentraba en el barco para ver qué había pasado, los presentes en la cubierta fueron atacados por una criatura vegetal que enredó en sus largos tentáculos al Capitán Shen y a Sarah, llevándolos hacia una monstruosa boca que se alzaba sobre ellos en las enredaderas. El Capitán y la Contramaestre intentaron liberarse, mientras los zarcillo se clavaban en su carne y la planta parecía sorber su propia sangre, con escaso éxito, mientras que Vanderlay convocaba un elemental de aire que atacara a la Enredadera de Fronda. Echidna volvió a cubierta y finalmente,  Shen y Sarah consiguieron romper los zarcillos que les atacaban, aunque no antes de que Sarah sufriera graves heridas por el mordisco de la Enredadera de Fronda. Vanderlay detuvo lo que podrían haber sido caídas mortales, mientras la Enredadera continuaba tratando de enredarles. Finalmente, sería Echidna quien diera el golpe de gracia al a Enredadera de Fronda, tras un largo combate, en el que pudo tocarla y utilizar su hechizo de infligir heridas. 

Sin embargo, aún seguían amenazados. El timón continuaba roto, y Sarah había creído ver a un guerrero sahuagin espiando el barco... 

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