Después de evitar lo que consideraban una muerte injusta, los aventureros volvieron a reunirse en El Lagarto Atronador, la posada que Kellek de Lathander había reservado para ellos. Después de pasar una noche de descanso, al día siguiente comenzaron los preparativos para comenzar a adentrarse en la selva, después de que durante la noche anterior, Turión examinara los restos del diario que el príncipe Wakanga O'tamu le había dado a Tyrael. Turión sabía que el término "Guardián Arcano" que aparecía en el libro se refería a algún tipo de constructo mecánico denominado "Vorn", y que probablemente el mismo príncipe mercader les daría una buena recompensa si lo recuperaban, así que decidieron que el druida Mappo les guiara en lo que debía ser su primera toma de contacto con las junglas del interior de Chult.
Pero mientras recorrían el Bazar Rojo bajo una intensa lluvia, escucharon repicar las campanas de la ciudad, y luego los cuernos y tambores de las murallas que daban a la Garganta de Malar, la zona más empobrecida de Puerto Nyanzaru, situada a extramuros. Joehr interrogó a uno de los niños que huían por la calle, y que le dijo que "los muertos se acercaban". Los aventureros se dirigieron hacia las murallas, y pudieron ver efectivamente que una horda de zombies y esqueletos se acercaba a la ciudad, como una ola que inundara la estrecha garganta. Los guardias de la ciudad habían conseguido cerrar las puertas a tiempo, y no parecía que quedara nadie fuera, así que se limitaron a esperar que los muertos volvieran al interior de la jungla, de donde habían salido, pero mientras la horda se retiraba, Turión y Kellek se dieron cuenta de que un grupo de no muertos se había quedado alrededor del Templo de Tymora, asediando a aquellos que habían buscado refugio en su interior. Siguiendo a Joerh, que se lanzó de inmediato más allá de las murallas, los aventureros se dirigieron al Templo de Tymora. Utilizando la magia divina de Kellek y Mappo, y el acero de Joerh y Turión, consiguieron rechazar parte de los muertos vivientes, consiguiendo liberar la puerta del Templo, aunque preocupados por la resistencia de los zombies, finalmente Mappo consiguió que los hombres del Templo les abrieran las puertas, y siguiendo las instrucciones de Joerh, se replegaron al interior del edificio, ascendiendo hasta el tejado y acabando desde allí con el resto de los no muertos, consiguiendo el agradecimiento de los refugiados y los sacerdotes de Tymora, que se lo agradecieron con varios odres de tej y una poción de curación.
Volviendo al interior de la ciudad y comprando las provisiones necesarias para el viaje hasta Vorn, finalmente decidieron partir al día siguiente, recorriendo sin problemas hacia el suroeste el terreno aún marcado en el mapa de Syndra Silvane, pero al séptimo día comenzaron a adentrarse en tierra incógnita... y Mappo se encontró en algunas ocasiones bastante desorientado dentro de la jungla, de modo que se desvió hacia el sur, encontrándose perdidos dentro de una colonia de babuinos y teniendo que hacer frente a un intento fallido de emboscada por parte de una pareja de zorgos, unas pequeñas criaturas hambrientas de carne humanoide, pero lo más peligroso fue un encontronazo con una pareja de velocirraptores que atacaron a los aventureros mientras hacia guardia Mappo, hiriendo de gravedad al druida semiorco, que se transformó en un velocirraptor para intentar escapar, mientras Joerh acababa con el que parecía decidido a desayunarse al druida, y Turión y Kellek hacían frente a su pareja, acabando así con la amenaza. Finalmente, y tras perderse de nuevo, acabaron en la orilla occidental del río Soshenstar, que desembocaba en Puerto Nyanzaru y que decidieron seguir como guía río arriba, aunque ello supondría dar un pequeño rodeo hacia su destino. Pero ni siquiera bordeando el río estaban a salvo, pues una noche mientras preparaban el campamento, fueron atacados por una bandada de hombres pterodáctilo, que remontaron de nuevo el vuelo y desaparecieron en la jungla después de dejar heridos a Joerh, Kellek y Turión....
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