Bueno, pues hoy no hemos podido jugar, pero vengo a presentaros un nuevo personaje que se unirá al grupo próximamente, y que estará manejado por Paloma, que se ha unido a nuestros jueves roleros...
Jade es una exploradora humana, y esta es su historia.
Jade, llamada por muchos "de
la aldea de la Jara" por su localidad de nacimiento, nació en un pequeño
poblado de la costa del Mar Brillante, en la región de Tashalar, al sur de los
Reinos Olvidados, al pie de las Montañas Hazur. Su familia al completo se dedicaba
al comercio de pieles, hierbas y diferentes elementos que obtenían del interior
de las cercanas (aunque peligrosa) Junglas Negras. Junto a sus padres, y sus
hermanos Ópalo, Zafiro y Amatista, recorrían todas las tierras de Tashalar,
desde la ciudad de Tahluta y las playas que la rodeaban, a las escarpadas
Montañas Hazur, hasta el Mar de Lapal, a través de las Junglas Negras, que era
el lugar donde Jade se sentía más cómoda de toda la región de Tashalar. Perdida
entre grandes árboles, lianas y fieras, Jade se sentía en su misma casa, más
cómoda durmiendo bajo el cielo y con una lanza en la mano que incluso en el
interior de la casa casi siempre vacía que su familia mantenía en La Jara, y
muchas veces pensó en alejarse de todo y buscar su propia vida más allá de
aquellos lugares, quizá en el rico norte, o quizá en las junglas de Chult, pero
en La Jara estaba Kwani, el hijo del panadero.
Empezaron jugando juntos cuando
eran niños, y el juego cambió cuando llegaron a la adolescencia. Jade se veía
siempre con Kwani a su lado, todo el mundo suponía que de una manera o de otra
los dos jóvenes terminarían casándose y viviendo una extraña vida, el tranquilo
Kwani y la feroz Jade. Entonces, del interior de las Junglas Negras, llegó el
Basilisco. La criatura emergió de las Junglas Negras tras unas lluvias
torrenciales, quizá arrastrado por la fuerza del agua, y sembró el pánico en la
Jara. Quizá, en otras circunstancias, aquel hubiera sido el fin de La Jara,
pero era temporada de lluvias, y Jade y su familia estaban en casa. Desafiando
a sus propios padres, Jade salió armada con su lanza en busca del Basilisco, y
lo terminó encontrando después de haber masacrado a todas las gallinas de un
corral cercano a su propia casa.
Para sorpresa de todos, Jade
acabó con la vida de la criatura, y llegado ese momento, supo que su vida en la
aldea había terminado. Aquella era su vida, aquello era lo que ansiaba. Y se lo
planteó a Kwani, le pidió que dejara la aldea por ella. Tenía ahorros, podía
viajar con ella con los comerciantes que se llevaban los productos de su
familia a Puerta de Baldur, y desde allí, comenzar una nueva vida.
Al día siguiente Jade partió en
solitario, dejando atrás toda la vida que había conocido, y llegó a la primera
gran ciudad que vio en su vida, la gran Puerta de Baldur. Allí supo que una
maga llamada Sindra Sylvane estaba reuniendo aventureros para una búsqueda en
Chult, y Jade no dudó en presentarse voluntaria. Su conocimiento de las junglas
de Tashalar le podía servir de ayuda en las profundas junglas de Chult, así que
fue aceptada por un grupo de aventureros novatos que debían encontrar en Chult
algo llamado "el Almero". Junto a Jade, tomaron un barco en dirección
a Puerto Nyanzaru otros cuatro aventureros: un hechicero semiorco llamado
Moggo, una guerrera halfling llamada Medialuna, y dos humanos, un salvaje
clérigo de Malar de nombre Tyrsas y un pícaro que se hacía llamar Susto.
Después de conseguir el permiso de exploración que expedía la Orden del Puño de
Fuego en Fuerte Belurian, el grupo se adentró en las selvas...
Medialuna fue la primera en caer,
víctima de una extraña enfermedad provocada por una bruma gris. Después
perdieron a Moggo y Susto cuando una multitud de muertos vivientes les
sorprendió poco después de establecer su campamento. Y finalmente, Tyrsas y
Jade se vieron emboscados por un grupo de goblins rabiosos. Tyrsas se sacrificó
para que Jade sobreviviera, y ahora, Jade se encuentra huyendo de la Jungla de
Chult, casi convencida de que no va a sobrevivir...
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