Empuñapiedras by Ian C. EsslemontMy rating: 3 of 5 stars
Pues me sigue pasando, leer los libros de Esslemont me cuesta más que los de Erikson, por mucho que los segundos sean más voluminosos. Y eso que van en una amplia curva ascendente y este libro me ha parecido que tiene partes realmente interesantes. Otras me han parecido rellenazo, las cosas como son, o quizá se me ha quedado esa sensación porque han sido tramas incompletas, que entiendo que se resolverán en futuros libros.
Empuñapiedras continúa directamente la historia de El Retorno de la Guardia Carmesí, con Mallick Rel convertido en emperador de Malaz, y la Guardia Carmesí en desbandada después del cisma provocado por el enfrentamiento entre K'azz D'Avore y Despellejador, y nos traslada por primera vez a un continente al que Esslemont había hecho ya diversas alusiones pero nunca habíamos entrado de lleno: Korel, ese continente asediado por los exóticos Jinetes de la Tormenta y protegido por los que hasta este momento teníamos como muy épicos, la Guardia de la Tormenta. Y debido a la llegada de un nuevo cuerpo malazano dirigido por Melena Gris, el Almirante Nok y el Puño Rillish destinados a conquistar de una vez por todas el continente, de donde fueron rechazados en la primera expansión, vamos a conocer la verdad sobre la Guardia de la Tormenta, su Muro nutrido por esclavos y el tiránico dominio de la diosa a la que sirven, simplemente conocida como La Señora.
Y como es habitual, lo vamos a ver todos desde muchos puntos de vista y con muchos personajes, de uno y otro lado, lo que nos va a permitir conocer al mago Ussü, un rebelde malazano que ahora sirve a la Señora, a un toblakai pacifista llamado Ivanr que se va a encontrar dirigiendo una rebelión contra la tiranía de los nobles roolianos, a Melena Gris, Rillish, Kyle y otros malazanos dando la perspectiva desde el exterior, a algunos líderes y funcionarios del continente de Puño que nos van a permitir ver el mundo de La Señora desde el interior, y en un argumento un tanto de pegote, vamos a seguir el viaje de Kiska a través de Emurhlan, el fragmentado Reino de Sombra, buscando a Tayschrenn con ayuda de un misterioso acompañante... que no lo es tanto, las cosas como son, y es que en el momento en que te fijas un poco en qué armas lleva Jheval, vas a saber quién es en realidad.
En fin, una novela entretenida, y que me ha hecho disfrutar de nuevo de Malaz, como mundo y como cantera de situaciones en las que el asombro no tiene fin.
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