DIE 3: EL GRAN JUEGO

 

Die, Vol. 3: The Great Game by Kieron Gillen
My rating: 5 of 5 stars

Bueno, sigo avanzando con DIE según se va publicando en España y, por supuesto, Alcalá Cómics mediante, y tomo que llega, tomo del que me enamoro, y cada vez estoy más convencido de que Kieron Gillen va subiendo escalones en mi top de escritores, donde está ganándose un hueco junto a Chris Claremont y Grant Morrison. Ea, ya tengo una sagrada trinidad, que fácil.

En fin, recordemos. En DIE estamos siguiendo los pasos de un grupo de chicos que en los años 90 desaparecieron mientras jugaban una partida de rol, siendo absorbidos por un mundo de fantasía con forma de dado de 20 caras, y de los seis, solo cinco volvieron, y uno de ellos se quedó allí. Y pasados varios años, ya adultos y con sus nuevas vidas hechas, deciden volver a DIE para encontrar a Sol, el amigo al que dejaron allí. En los dos tomos anteriores habíamos visto como era este mundo de DIE, en el que cada una de sus caras corresponde a una ambientación diferente, y habíamos asistido también a la ruptura del grupo, pues el regreso a casa debía hacerse de forma consensuada, y dos de los personajes, Ash e Izzy, cada uno por sus motivos (que no voy a desvelar), deciden permanecer en DIE, y de hecho, Ash se convierte en la reina de Angria, una región basada en los cuentos fantásticos de Charlotte Bronte (al igual que en el primer tomo habíamos tenido un mundo basado en Tolkien y en este nos vamos a encontrar con otro basado en H.G Wells). Así que en este nuevo tomo vamos a tener la evolución de las tramas anteriores, y mientras el Bardo, el Caballero de las Penas y la Neo tratan de adentrarse en las ruinas de la Ciudad de Cristal para evitar la forja de los dados mágicos que les arrastraron a DIE por primera vez, la Domadora de Dioses y la Dictadora van a tener que hacer frente a las consecuencias del gobierno de una ciudad y de una guerra que, al menos en apariencia, es solo responsabilidad suya.

Con este nuevo tomo de DIE, El Gran Juego, Kieron Gillen da un paso más en su historia, e incluye en su metatrama la propia filosofía sobre el juego, especialmente sobre los wargames y, por supuesto, los juegos de rol y las diversas teorías y maneras que hay de jugarlos, y consigue hacer de todo esto parte de su historia, que sigue contando con los dibujos de Stephanie Hans, que si bien yo creo que cuando Gillen tiene a Jamie McKelvie al lado se crece, luce más que adecuada, por no decir perfecta, para una historia como esta.

Una auténtica maravilla.

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