John Constantine: Hellblazer, Vol. 1: Marks of Woe by Simon SpurrierMy rating: 5 of 5 stars
Pues una de las ventajas que ha tenido el relanzamiento del Universo Sandman ha sido esta nueva colección de John Constantine (que vuelve a tener el epíteto de "Hellblazer", como antaño), al frente de la cual DC ha puesto al estandarte del regreso del universo de Sueño, Simon Spurrier. Constantine, el detective mágico por antonomasia, fue creado a mediados de los 80 por el mismísimo Alan Moore en una de las etapas más brillantes de la historia del cómic (así, sin exagerar), que fue el paso del polémico guionista por la colección de La Cosa del Pantano. El mago de la gabardina marcó al público del momento, fue uno de los personajes que apareció por Crisis en Tierras Infinitas, y se ganó su primera colección ya en 1988: Hellblazer. Con el tiempo, Constantine se convertiría en el paladín de la línea Vértigo de DC Cómics, junto a colecciones tan importantes como Sandman, La Patrulla Condenada o Los Invisibles; y aparecería por ejemplo en Los Libros de la Magia, como uno de los cuatro magos que muestran la magia a Tim Hunter; y con tal importancia editorial que, por ejemplo, Morrison no pudo utilizarlo en Patrulla Condenada, teniendo que crear a su propio detective mágico, Willougby Kipling. Constantine (bajo el título de Hellblazer), contaría con brillantes etapas de mano de Jamie Delano (el primer guionista de la colección), Garth Ennis, Peter Milligan o Andy Diggle entre otros muchos, y después de El Día Más Brillante y Flashpoint, regresó al universo clásico de DC, donde se incorporó a la versión oscura de la Liga de la Justicia... Les perdí la pista no mucho después, la verdad, nunca me gustó demasiado el mundo posterior a Flashpoint y las Nueva 52, pero ahora he vuelto a encontrarme con el Mago... Y ha molado mucho.
Spurrier nos trae una historia de mundos paralelos para devolver a Constantine a la actualidad, a este Universo Sandman, desde un momento apocalíptico en el que el malvado Tim Hunter adulto destruía el mundo, y por determinadas circunstancias, John se ver arrojado de nuevo a este mundo del Universo Sandman, donde Tim es aún joven, etc. Evidentemente John primero va a intentar solucionar sus temas con Tim, y aunque aquí en España, ECC ha incluido ese número de Los Libros de la Magia en este tomo, ya lo había publicado en el correspondiente de Los Libros de la Magia; John no va a tardar mucho en tener sus propios problemas, y los vamos a ver en dos arcos. Y son tan sórdidos, oscuros, desgarrados y crudos que creo que me he pasado la lectura del tomo con la boca abierta. Una guerra de bandas con influencia mágica, William Blake, ángeles, un augur que lee el futuro en los trozos muertos de sus propios compañeros, un joven y bondadoso aspirante a mago con el angelical nombre de Tommy Willowtree, los objetos sagrados de Britania... Spurrier lo mezcla todo en una historia alucinante (que incluye, y tengo que decirlo, la mejor escena en un baño público jamás escrita) que no para ni un momento y que me ha recordado los mejores momentos de la vieja Vértigo, donde cada página era una sorpresa y cada idea una tormenta en el cerebro.
Absolutamente flipante.
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