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domingo, 20 de noviembre de 2016

CALAVERAS Y GRILLETES: MOTÍN EN EL AMARGURA (VII)

Aprovechando la marea baja, los aventureros cruzaron la sala llena de fango, buscando restos de la criatura con tentáculos que les había atacado antes pero sin encontrarlos, de modo que decidieron continuar por la única galería que aún no habían recorrido. Balon fue el primero, mientras los demás se retrasaban debido a que Sarah tuvo algunos problemas a la hora de nadar, por lo que bloqueó la galería. Volviendo a encontrarse la galería inundada, Balon llegó a una sala amplia y profunda, en la que pudo ver a Sandara Quinn y Tam Tate prisioneros, engrilletados en la roca del techo, mientras algo se movía en las profundidades bajo el alquimista. Sus compañeros llegaron enseguida, y mientras Kio, Vanderlay, Sarah y Trufa trepaban para liberar a los prisioneros, Balon, Evania y Echidna se enfrentaban en el agua a lo que allí les amenazaba, aunque aquellas aguas eran turbias y apenas podían ver a lo que se enfrentaban. Tras evitar una maraña de algas y golpear varias veces a una criatura gigantesca que apenas veían bajo el agua, Balon, Echidna y los delfines de Evania consiguieron acabar con la criatura gigantesca, que cayó hacia las profundidades de la estancia, mientras recibían ataques de alguien que desde el fondo les arrojaba un arpón. Kio se zambulló para ayudar a sus compañeros, pero fue atrapado por las corrientes que le llevaron bajo el agua, donde pudo ver por fin a la criatura que les atacaba, una reina grindylow. Vanderlay, Sarah y Trufa consiguieron liberar a Tam y Sandara, y Evania comenzó a alejarse de vuelta a la galería. Echidna siguió a Kio a las profundidades, aunque el ninja trataba de mantenerse invisible ante los ataques de la reina grindylow.  Pero Echidna fue sorprendida por el ataque de un lacedón, que permanecía encadenado al fondo de la cueva. Ante los atónitos ojos de Kio, las garras y los colmillos del lacedón atravesaron la armadura de hielo de Echidna, causando una muerte sangrienta a la muchacha que se hacía pasar por un chico. Mientras Vanderlay y Sarah se llevaban a los cautivos siguiendo a Evania, Kio evitó a los lacedones y consiguió acabar con la vida de la reina grindylow, arrebatándole su arpón y sus posesiones, y saliendo de allí, dejando atrás el cadáver de Echidna. 

Movidos por el miedo y la tristeza de la pérdida, abandonaron las cavernas, saliendo al exterior, a Cala Resaca, donde Sandara utilizó la magia de Besmara para convertir su sombrero en una barcaza con la que navegaron hacia la playa donde los aventureros atracaron. Por el camino, Tam y Sandara les contaron cómo habían sido atrapados por los grindylows en el Promesa de Hombre durante la tormenta, y como después estos habían decidido utilizarles como cebo para atraer más humanos a los que devorar. Mientras descansaban y se recuperaban en la playa, Tam les confió el plan de Plugg y Azotes para acabar con ellos, probablemente en cuanto volvieran al barco, así que decidieron descansar y prepararse, planeando sus movimientos para el día siguiente. Después de discutir sus planes y de que Sandara utilizara sus poderes curativos para curarles, se dirigieron hacia el Promesa del Hombre, encontrándose con que Plugg les había preparado una bienvenida poco cálida. En cuanto se acercaron al barco, varios piratas les dispararon con sus ballestas. Vanderlay, Balon y Sarah saltaron al agua, mientras Sandara, Tam, Kio y Evania continuaban en la barca, ocultos por una niebla convocada por la sacerdotisa. Evania convocó varias águilas que atacaron a los marineros y a Plugg, dándoles un respiro, mientras sus compañeros alcanzaban, a nado o en la barca el Promesa de Hombre, intentando trepar a la cubierta, aunque era complicado sin arpeos ni útiles de abordaje. Balon alcanzó la cubierta con una de sus bombas, y Kio fue el primero en llegar arriba, utilizando sus shuriken para acabar con varios de los piratas. Sobre la cubierta, Plugg, Azotes, Cogward y Osolechuza les plantaron cara, fracasando Kio en su ataque sobre Plugg y recibiendo el empujón hidráulico del sable de este. Mientras Vanderlay trataba de alcanzar el barco por el otro lado, Balon, Sarah, Trufa y Sandara se iban encontrando en la cubierta, enzarzándose con sus enemigos. Finalmente, Balon consiguió dejar malherido a Plugg con una de sus bombas arrojada a bocajarro, aprovechando el momento Kio para acabar con la vida del antiguo contramaestre del Amargura; al tiempo que Trufa reventaba a Carmesí Cogward. Al ver lo ocurrido, Azotes se rindió y siguiendo las órdenes de los aventureros, ordenó a Osolechuza que se detuviera. Vanderlay se apresuró a buscar a Kroop y a Rosie, encontrándolos encadenados en la bodega, y liberándolos. Finalmente, los aventureros se encontraron siendo los propietarios (más o menos) de su propio barco. Arrojaron a Azotes a la sentina, y exploraron el barco, apropiándose de las pocas propiedades de Plugg y los suyos que allí había, haciéndose con el tesoro de Plugg. Decidieron seguir los planes originales de este, y dirigirse hacia los Embozos de Destartalado, en la Costa Serpentina, donde podrían cambiar el aspecto del Promesa de Hombre, y donde además, podrían encontrar tripulación, pues con nueve tripulantes, el barco era prácticamente ingobernable. 

Una nueva historia se abre para el Promesa de Hombre...


Kio Shen se convirtió en el nuevo capitán del Promesa de Hombre, ocupando el lugar que había sido de Plugg, y Sarah sería su segunda, la contramaestre del barco. Vanderlay sería el intendente, controlando el botín y el equipo del barco, mientras Balon, como condestable, tomaba a su cargo el mantenimiento y manejo de las armas de asalto de a bordo. Sandara se encargaría de pilotar la nave, Rosie sería la maestra de armas, Kroop el cocinero, y Evania se encargaría del mantenimiento tanto de la nave como de sus tripulantes... 

Una nueva etapa se abría ante ellos: la de convertirse en Capitanes Libres de los Grilletes. 

PROXIMAMENTE, EN SAQUEADORES DEL MAR FEBRIL...

Los aventureros han conseguido hacerse con su propio barco, pero aún tienen que hacerse con un lugar entre los Capitanes Libres de Los Grilletes. ¿Lo conseguirán, o serán olvidados y aplastados como pececillos en un mar de tiburones? Un viejo tesoro, una fortaleza que trae suerte, las aguas del Mar Febril... ¿y qué es el Árbol del Dolor y que tiene que ver con la familia de Lucero y Echidna? 

¡En los próximos episodios!

domingo, 6 de noviembre de 2016

CALAVERAS Y GRILLETES: MOTÍN EN EL AMARGURA (VI)

Utilizando como refugio los restos de la empalizada y después de apagar el fuego provocado por Balon en la cabaña, los aventureros decidieron refugiarse allí para pasar la noche, después de que al alquimista se asegurara de que no había más amenazas en el árbol ni alrededor de él. Realizaron varias guardias, y al amanecer, Echidna y el orangután Trufa despertaron sintiéndose enfermos a causa de los mordiscos recibidos de las putas del barco del día anterior. Balon les realizó algunas curas, pero continuaron febriles mientras se dirigían al suroeste, hacia el lugar donde Kio había visto a los grindylows con el sombrero de Sandara Quinn. Al acercarse, Kio se adelantó, descubriendo una pequeña cala, de aguas profundas y que se abría a una cueva cuyas aguas estaban muy agitadas. Kio, Balon, Echidna y Sarah saltaron al agua, y allí fueron atacados por un grupo de pequeñas estirges que trataban de hacerse con su sangre. No les costó mucho alejar de ellos a los parásitos, y finalmente Vanderlay, Evania y Trufa se unieron a ellos, aunque Evania sufrió una caída poco acertada.

Lacedones, una de las trampas de los grindylows.


Una vez en la cala, se dirigieron al interior de la cueva inundada, aunque Sarah y Evania tuvieron problemas a la hora de nadar en aquellas aguas tan revueltas, hasta el punto de que la mediana se vio arrastrada por las corrientes y tuvieron que rescatarla entre Balon y Echidna cuando estaba a punto de perecer ahogada. Una vez que consiguieron reagruparse, comenzaron a explorar el interior de las cavernas, encontrándose enseguida con un puñado de grindylows que les asaltaron golpeando y retirándose a las profundidades de la sala. Pusieron en serios aprietos a Evania y Sarah, aunque finalmente consiguieron reagruparse sobre un islote y rechazarlos. Finalmente, continuaron adentrándose en la cueva, siguiendo un estrecho pasillo que les condujo a una sala en la que en cuanto Kio entró, el agua se volvió negra. Asustados por el efecto, se mantuvieron pegados a las paredes de una sala con los muros llenos de calaveras y huesos llenos de gusanos, a los que Vanderlay se encaramó para mantenerse lejos del agua. Y lo hizo con acierto, porque Sarah sufrió un violento ataque procedente del agua, que laceró sus piernas con gravedad. Echidna consiguió sacarla de la sala, volviendo al pasillo en el que aún permanecían Evania y Balon. Mientras se retiraban, Vanderlay, que cerraba el grupo, fue atacado por unos tentáculos, de los que recibió un golpe. Huyendo de aquella habitación, buscaron otro camino, encontrándose con una peligrosa trampa, una reja con púas que cayó sobre ellos, arrastrando a una gravemente herida Evania al fondo de la cueva.

Echidna consiguió llegar a ella y estabilizarla in extremis, aunque luego tuvieron que esforzarse mucho para sacarla de debajo de la reja y evitar que se ahogara.  Balon, Echidna y Trufa intentaron levantar la reja, mientras que Kio intentaba desactivar el mecanismo y Sarah y Vanderlay vigilaban no sufrir nuevas emboscadas. Vanderlay trató de llegar abajo para lanzar un hechizo de curación, pero no consiguió concentrarse y finalmente, Balon tuvo que utilizar sus pociones de fuerza y de crecimiento de gigante para finalmente arrancar la reja y sacar a Evania del fondo. Mientras la marea comenzaba a retirarse, consiguieron curar a Evania, y tuvieron un fuerte debate sobre qué hacer. Mientras Echidna y Evania querían regresar al barco, el resto de sus compañeros votaron por seguir en busca de Sandara y de Tam Tate. Tras un nuevo enfrentamiento con un grupo de grindylows, recuperaron el sombrero de la sacerdotisa de Besmara, y continuaron adentrándose en la cueva. Mientras exploraban una reja temiendo una nueva trampa, Echidna y Kio fueron heridos por las garras de dos lacedones atrapados bajo una reja, aunque Vanderlay y Balon consiguieron sacarlos antes de que fuera demasiado tarde, para encontrarse con que el camino les llevaba de nuevo a la sala en la que el agua se había vuelto negra.. Aunque ahora no había agua y solo quedaba una sala llena de fango...