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domingo, 29 de enero de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SAQUEADORES DEL MAR FEBRIL (V)

Después de aceptar el encargo del emporio del Cristantemo de Hierro, el Capitán Shen, Sarah, Balon y Evania volvieron al Maldición de Besmara y le contaron lo ocurrido a Echidna y Vanderlay. Durante la tarde, Vanderlay consiguió averiguar cual era la localización del Flor de Minata y cómo moverse en los puertos de Cho-Tzu, y se dirigieron hacia allí a la caída de la noche, encontrándose una gran taberna flotante de aspecto decadente. Mientras Echidna aprovechaba la situación para disfrutar de los encantos de una de las prostitutas del lugar, y Balon, Sarah y Kio Shen probaban con escaso éxito los brebajes locales, bajo la mirada de Evania, Vanderlay conseguía atraer la atención de los presentes, deleitándoles con sus canciones, su música y sus historias de piratas. De una y de otra forma, consiguieron alguna información sobre la enigmática dueña del Flor de Minata, y finalmente, Balon convenció a un cervecero de que les permitiera cruzar su barco para llegar a su destino. El Capitán, Sarah, Echidna, Evania y Trufa cruzaron la estrecha pasarela que les llevaría al Flor de Minata, evitando una trampa mágica de peligroso aspecto, mientras Balon y Vanderlay permanecían en el barco del cervecero, cubriéndoles las espaldas a sus compañeros. 

La anciana propietaria del Flor de Minata recogió la caja que le entregó Shen, y le entregó otra caja con su respuesta, pero mientras esto ocurría, Balon y Vanderlay escucharon un ruido extraño, y fueron a investigar. Se encontraron con uno de los guardias del barco cervecero muerto de un flechazo, y se dieron cuenta de que el barco taberna estaba en completo silencio. Entonces, empezó la emboscada, y varios ninjas atacaron a los aventureros con sus arcos. Balon hizo estallar la pasarela que unía el barco taberna y el del cervecero, mientras Vanderlay se refugiaba tras un hechizo de invisibilidad para evitar ataques y ayudar a sus compañeros. Shen, Sarah, Echidna y Trufa volvieron al barco cervecero, mientras Evania utilizaba sus hechizos desde el Flor de Minata, Serían Balon, Echidna y Shen, apoyados por Vanderlay quienes se enzarzarían en un combate a distancia con los asaltantes, y Balon caería al borde de la muerte, asaltado por uno de los asesinos que había trepado al barco invisible. Después de que Vanderlay le curara, el Capitán Shen también fue herido de gravedad por los arqueros, siendo protegido por Sarah y aunque Echidna consiguió curarle, las cosas parecían ponerse serias para los aventureros, especialmente después de que Vanderlay fuera consciente de que en breve sus atacantes recibirían refuerzos. Decidieron escapar por el agua, y Sarah cubrió su retirada, escapando en última instancia y dejando atrás, entre los barcos del puerto, a sus perseguidores. Tras una larga noche, consiguieron volver al Maldición de Besmara, donde pudieron descansar y curarse, y Kio Shen y Balon espiaron el contenido de la caja, encontrándose un mapa lacrado y una perla blanca, a pesar de la magia de adivinación que Evania y Echidna habían detectado en el cordel que cerraba la caja. 

Al día siguiente, mientras Shen, Balon, Evania y Sarah acudían al Crisantemo de Hierro, los más jóvenes de la tripulación, Echidna y Vanderlay decidieron quedarse en el puerto, ultimando los detalles del viaje y extendiendo historias sobre sus aventuras por el puerto. Lo Fiang y Lowen Fen recibieron a los piratas en sus salones, sinceramente preocupados por lo que había ocurrido en el puerto. Shen les entregó la caja enviada por la anciana, y Lowen Fen les pagó 1500 monedas de oro, un 50% más de lo acordado, por la confianza que creía haber tenido de ellos. Además, hizo llamar al sabio Shingen Kai, tal y como había prometido. El anciano Shingen llegó a la sede comercial, y percibió de inmediato el mal alrededor de los aventureros. Shingen acudió junto a los aventureros al Maldición de Besmara, y tras un breve examen del Cráneo de la Esperanza Cruel, les dio por muertos, afirmando que lo único que podía salvarles era confiar en la protección de un dios, y hacerlo cuanto antes. Balon propuso que acudieran a Trono de Besmara, donde se encontraba el santuario de la diosa, y Sandara Quinn se ofreció a guiarles. Mientras, en el puerto, Echidna y Vanderlay se encontraron con una hermosa joven tien que se presentó como Ray Fen, y les entregó una caja para que se la llevaran a Kio Shen, a cambio de un generoso pago. Así lo hicieron los jóvenes, volviendo al Maldicion de Besmara, donde se encontraron que todo estaba preparado para partir. Echidna entregó la caja a Kio Shen, que, extrañado, se retiró a su camarote para averiguar que llevaba la caja. Era simplemente un crisantemo muerto, un extraño regalo de Kai Fen. 

Adiós, Sandara... hasta pronto.


En su viaje a Trono de Besmara cayeron en una emboscada organizada por un grupo de Sahuagin a los que derrotaron sin demasiados problemas, y finalmente, la sacerdotisa Sandara Quinn se dirigió hacia el Templo en soledad, dejándoles en Reina Bes, la mayor ciudad de la isla, donde Vanderlay aprovechó para difundir las historias sobre sus viajes, y Balon compraba materiales para realizar pociones para sus compañeros. Tras dos días de espera, Sandara volvió, sin el Cráneo de la Esperanza Cruel. La suma sacerdotisa Laharra había aceptado custodiar el poderoso y malvado artefacto, pero el precio era que la propia Sandara debía quedarse en Trono de Besmara, abandonando la tripulación. Balon y Echidna mostraron cierta preocupación por el futuro de la sacerdotisa, mientras el Capitán Shen se ponía a su disposición si en el futuro necesitaba su ayuda. El joven Vanderlay quedó absolutamente desolado y se despidió de ella entre lágrimas. Triste, Sandara se despidió de él regalándole una de sus posesiones más preciadas, su Sombrero de Tres Picos de Besmara; y después brindó por ellos: Que la suerte, la riqueza y la fortuna acompañaran a aquellos que rompieran la Roca de las Mareas. 

Finalmente, inspirados por las palabras de la sacerdotisa, las mismas que el capitán Merrill Palo Firme les dirigiera en la botadura del Maldición de Besmara, decidieron dirigirse hacia la Roca de las Mareas, donde parecía que su suerte les esperaba. 

domingo, 22 de enero de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SAQUEADORES DEL MAR FEBRIL (IV)

Aún recuperándose del encuentro con los sirénidos y el wyvern en Colmillo de Dahak, el Maldición de Besmara comenzó a dirigirse hacia Bahía Shenchu. Sin embargo, unas horas antes del anochecer, Vanderlay, el capitán Shen y Echidna vislumbraron una columna de humo en el horizonte. La certeza de Balon de que no había islas en esa dirección, les llevó a pensar que pudiera tratarse de un barco que estuviera ardiendo, así que el capitán ordenó poner el barco a toda vela en esa dirección. Para su sorpresa, avistaron lo que parecía ser un encuentro entre un barco patrullero chelio, el Melena de Fuego, y un barco pirata, el Vorstrang. Dispuesto a ayudar a los piratas frente a los militares del Imperio de Chelliax, se acercaron para conseguir una posición favorable desde la que acercarse al clíper chelio, aunque las corrientes y los vientos no les fueron demasiado favorables, de modo que los de Chelliax fueron capaces de situarse en formación defensiva, y finalmente, tuvieron que embestir el Melena de Fuego, dándose cuenta de que los chelios habían cogido prisioneros a varios piratas y habían prendido fuego al otro barco con el resto encerrados en la bodega. 

Los oficiales del Maldición de Besmara se prepararon para abordar el Melena de Fuego, utilizando Evania sus hechizos para despejar parte de la cubierta de los chelios. Sarah, Echidna, Vanderlay y el capitán Shen cruzaron al otro lado, pero Trufa y Balon cayeron al agua. Mientras Sarah y Echidna repelían el ataque de los oficiales chelios de a bordo, Vanderlay les daba apoyo desde un hechizo de invisibilidad, y Shen llegó al timón del clíper, asesinando a la capitana, pero los soldados chelios siguieron luchando, poniendo en serio peligro a Echidna y Sarah, mientras Evania rescataba a Trufa y Balon utilizaba una poción para escalar por la cubierta del Melena de Fuego y llegar al Vorstrang para liberar a los prisioneros antes de que el barco se hundiera. Finalmente los piratas consiguieron acabar con los soldados chelios. Después de tomar prisioneros al resto de la tripulación del Melena de Fuego, liberaron a los prisioneros que habían tomado para vender como esclavos y rescataron a Balon y el resto de los supervivientes del Vorstrang, entregándoles el mando del Melena de Fuego y dejando al resto de la tripulación chelia a su discreción. Mientras se alejaban, escucharon los gritos de los marineros chelios que tenían que enfrentarse a la justicia pirata. 

El martirio, destino de muchos de los cautivos en Chelliax


Dos días después llegaban finalmente a la ciudad de Cho-Tzu, en Bahía Shenchu, encontrándose con una exótica ciudad construida en torno a un puerto triangular, uno de cuyos lados estaba formado por una auténtica ciudad flotante. Después de atracar y que Vanderlay acordara un precio con las autoridades portuarias, decidieron bajar del barco y disfrutar de su primera noche en tierra desde que fueran capturados por Harrigan en Puerto Peligro. Echidna, Vanderlay, Sarah, Balon y Evania buscaron una taberna, y Echidna se llevó la calavera de la Esperanza Cruel, esperando que alguien se la robara. Sin embargo, lo que consiguieron fue crear un ambiente de malestar en la taberna, y finalmente Evania y Vanderlay se marcharon de la taberna, organizando su propia fiesta en la cubierta del Maldición de Besmara, junto a Rosie, Sandara, Tam Tate y el resto de la tripulación. Mientras esto ocurría, Shen estaba recorriendo el puerto, y se encontró con que alguien le seguía, sorprendiéndose al encontrarse con un viejo amigo de la infancia, Lo Fiang, que estaba en Cho-Tzu trabajando para un emporio comercial tien, el Crisantemo de Hierro. Lo Fiang conminó a Kio Shen a reunirse con él al día siguiente antes de continuar con sus deberes, y Kio Shen acudió a la taberna encontrándose con una adormilada Sarah (Balon la había adormecido por algún extraño motivo), Balon y Echidna. Shen y Sarah pasaron la noche en una cara posada que les había sido recomendada por Lo Fiang, mientras Balon y Echidna, cada uno por su cuenta, continuaban la fiesta durante el resto de la noche.

A la mañana siguiente, el capitán Shen acudió junto a Evania, Balon y Sarah al encuentro de Lo Fiang, mientras que Echidna, disconforme con la idea de alcanzar algún acuerdo con los comerciantes, decidió permanecer en el barco, y Vanderlay acudía al puerto para negociar la venta de parte del botín que llevaban, consiguiendo así la paga de los tripulantes, comprando víveres y agua, y volviendo al barco junto a Echidna con los beneficios de la venta de lo conseguido en el puerto. Mientras, el resto eran guiados por Lo Fiang a la sede del Crisantemo de Hierro, un magnífico palacio de estilo tien, donde se encontraron con el director de la sede en persona, Lowen Fen, antiguo padrino de Kio Shen. Bajo la tutela de Lowen Fen se les sirvió vino de arroz y té caliente, mientras el director preguntaba a Kio Shen por los años desde que había desaparecido de Tien. Lowen Fen sorprendió a los presentes al utilizar su magia de adivinación, descubriendo la maldición del Cráneo de la Esperanza Cruel. Lowen Fen se ofreció a presentarles a un sabio anciano que podría ayudarles, como un favor por la familiaridad con Shen. Sin embargo, Balon, dándose cuenta de que allí pasaba algo más, le preguntó a Lowen Fen qué iba a pedirles a cambio. Efectivamente, el director del Crisantemo de Hierro les solicitó que llevaran un mensaje de carácter político a un barco situado en la ciudad flotante, el Flor de Minata. Lo Fiang les explicó parte de la complejidad política de Cho-Tzu, y ofreció mil piezas de oro a los aventureros por llevar aquel mensaje. Finalmente aceptaron, y antes de retirarse, Lowen Fen le reveló a Kio Shen que su hija, Ray, la antigua prometida de Kio Shen, también estaba allí, ahora prometida a Lo Fiang...


lunes, 16 de enero de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: SAQUEADORES DEL MAR FEBRIL (III)

Después de asaltar el Viento Fiel, el Maldición de Besmara continuó su camino hacia el norte para bordear la costa de Motaku en dirección a Colmillo de Dahak, donde esperaban resolver el enigma de la calavera enjoyada que habían obtenido del saqueo del Pelícano. Sólo un par de noches después del asalto al Viento Fiel, mientras Evania y Vanderlay hacían guardia, se encontraron con uno visitantes inesperados a bordo del Maldición: un trío de sahuagin, criaturas a medio camino entre los hombres y los tiburones. Mientras Trufa se enfrentaba a los sahuagin, Evania retrocedía, y Vanderlay daba la alarma, despertando al resto de la tripulación antes de dejarse caer a la cubierta, utilizando su Caída de Pluma, y ayudando a Trufa a acabar con los incursores, a los que rechazaron sin demasiadas dificultades. El amanecer estaba ya cerca, así que Sarah puso a la tripulación a trabajar, mientras Evania y Vanderlay se retiraban a descansar. El capitán Shen volvió a su camarote para prepararse, y se dio cuenta de que el cráneo de la Esperanza Cruel había vuelto a su mesa. Iba a retirarlo, pero...

Seis horas después, cuando Tripas de Pez distribuía la comida, Sarah se dio cuenta de que Shen no había aparecido en todo el día, así que fue a buscarle, y le encontró de pie, mirando fijamente el cráneo enjoyado. Mientras, revisando las armas de asedio, Balon descubría que varias cuerdas se encontraban al borde de la rotura, como si hubieran envejecido más deprisa de lo que esperaba. Sarah trató de despertar al capitán, y se encontró mirando un rostro cadavérico que gritaba, superpuesto al del Capitán, que cayó al suelo desmadejado. Shen despertó en ese momento, sin ser consciente de lo que había pasado ni del transcurrir del tiempo, y Sarah reunió a los oficiales para tratar el tema junto al capitán. Además, revisaron el cofre que había contenido el cráneo: el cofre seguía en su lugar, con todos los cerrojos echados... pero vacío. Finalmente, y con pocas esperanzas de deshacerse de él, según habían leído en los diarios del Pelícano, Vanderlay arrojó el Cráneo de la Esperanza Cruel al mar. 

Comenzaron a bordear la gran isla de Motaku, decidiendo que no iban a atacar los pueblos costeros, y un accidente a bordo que le costó la vida a uno de los marineros, fue el aviso de que la calavera enjoyada había vuelto al camarote del capitán. Avistaron un barco, y decidieron seguirlo, ya que parecía un mercante, pero el piloto del otro barco fue más ágil que Sandara, y eludió la persecución, de modo que los piratas perdieron esa posibilidad de botín. Sin terminar de decidir qué hacer con el cráneo, mientras Echidna proponía llevarlo a una gran ciudad (la isla de Shenchu se encontraba cerca de su ruta, y allí estaba la ciudad de Cho-Tzu) donde intentar deshacerse de ella. Los oficiales decidieron continuar hacia Colmillo de Dahak, y en el transcurso del viaje, el capitán Shen comenzó una relación más o menos apasionada con la contramaestre Sarah Lack, que de nuevo fue testigo de los efectos de la calavera sobre el Capitán, ya que la calavera volvió a aparecer en el dormitorio, y vio como Shen flotaba a varios palmos de la hamaca, con el rostro cadavérico vuelto hacia él, y tras él podía ver una espesa jungla. Lo que fuera que hablase a través de Shen le dijo "vengo", y el capitán cayó de nuevo a la hamaca, envuelto en sudor frío. Sarah y Shen relevaron a Echidna y Balon en la guardia, decididos a no contar lo ocurrido a sus compañeros.

A pocos días de llegar a Colmillo de Dahak, una fuerte tormenta sacudió el Maldición de Besmara. Sorprendido, Echidna vio como uno de los relámpagos que caían formaba en el horizonte un símbolo que le aterrorizó: el Árbol del Dolor. Una gigantesca ola sacudió el barco, y el desconcertado oráculo fue barrido de la cubierta, aunque consiguió aferrarse a una de las barandas. Vanderlay la ayudó a subir antes de que la madera se deshiciera en sus manos, pero antes de que la tormenta se disipara, aún pudieron percibir una aterradora presencia... la de un gigantesco dragón que volaba entre las nubes en dirección a la isla.

Un Wyvern de Aashaq, una de las amenazas de la jungla de Colmillo de Dahak...


Finalmente, llegaron al Colmillo de Dahak, a una estrecha playa en la que los marineros del Pelícano se habían encontrado con los sirénidos, aunque ellos no disponían de ninguna manera de contactar con ellos. Los aventureros crearon un pequeño campamento cerca de la jungla, temerosos de lo que podían encontrarse en una isla que era notoriamente dominada por la sacerdotisa dragón Aashaq y sus acólitos draconianos. Convertida en delfín, Evania exploró las aguas cercanas a la cala, encontrando varias grietas que parecían convertirse en túneles y acceder al interior de la isla, pero finalmente no se atrevió a seguirlas, por lo que decidieron pasar la noche en el campamento. Con la puesta del sol, vieron a unas criaturas que pasaban cerca de la playa, y pensando que podrían ser sirénidos, Balon llamó su atención. Dos de las criaturas respondieron a su llamada, pero resultaron ser gatos acuáticos, unas criaturas salvajes que no dudaron en atacar a Balon y Sarah, aunque los aventureros consiguieron acabar con ellos. Mientras, Evania y Vanderlay descubrían que alguien los observaba, un sirénido, al que Evania pidió ayuda, aunque la criatura desapareció de inmediato. Al día siguiente, Evania exploró aún más las grietas, descubrió que eran caminos para los sirénidos al interior de la isla, por lo que finalmente decidieron utilizar una caballa para enviar un mensaje a los sirénidos para pedirles parlamento. Al anochecer, varios sirénidos acudieron a la playa, y su líder aceptó hablar con los aventureros. De los sirénidos descubrieron que estos habían robado el cráneo del tesoro de Aashaq, y después habían descubierto por las malas la maldición que parecía pesar sobre ella. Descubrieron así que el capitán del Pelícano buscaba específicamente esa calavera, y los sirénidos les exortaron a abandonar la isla. Ellos habían sacrificado el tesoro obtenido de los humanos a Dahak, esa había sido la única forma de deshacerse del cráneo, sin obtener ganancia alguna, los sirénidos dijeron que al igual que lo habían obtenido robando, probablemente deberían desprenderse de él a través de un robo. Finalmente, el líder de los sirénidos les exhortó a que se marcharan, y para asegurarse de ello, uno de los sirénidos llamó la atención de uno de los wyvern cazadores de Aashaq, que se lanzó en persecución de la barcaza de los aventureros. Evania alzó una profunda niebla que les escudó de los ojos del wyvern, que aún así consiguió alcanzarles, hiriendo a Sarah y Evania, aunque finalmente Balon consiguió deshacerse de él temporalmente con una bomba gélida, de modo que alcanzaron el Maldición de Besmara y pudieron alejarse de Colmillo de Dahak... Ahora sí, en dirección a Cho-Tzu.