No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

domingo, 24 de septiembre de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: LA ISLA DE LOS OJOS VACÍOS (VIII)

Después de explorar la isla y liberar el fuerte chelio de la maldición, consiguiendo así el tesoro de Bikendi Otongu, los aventureros, impelidos por Pirkles, decidieron comenzar a preparar la futura visita de los consejeros que llegarían en poco más de dos meses. Después de organizar los tesoros que habían encontrado y distribuir el equipo recogido, Pirkles se teleportó con Vanderlay hasta Puerto Peligro, donde comerciaron para conseguir oro y algunos objetos mágicos antes de volver a la Isla de los Ojos Vacíos. Allí, finalmente, hizo su aparición el compañero pteranodon al que Evania había convocado, de modo que finalmente la druida afirmó que era la última noche que pasaba con ellos, ya que continuaba decidida a marcharse. Después de redistribuir alguna de las posiciones del barco, con Vanderlay convertido en el nuevo contramaestre y Ron ocupando el puesto de condestable, realizaron una fiesta en la playa. Al amanecer, se encontraron con que Evania se había marchado, dejándoles a cada uno una carta de despedida. Vanderlay y Shen despertaron lo suficientemente pronto como para atisbar a Evania alejándose en la distancia, volando sobre Lucero, su nueva criatura. 



En los siguientes días se organizaron para acudir en busca del alijo que Bikendi Otongu parecía haber escondido en las ruinas sumergidas de un viejo templo de los cíclopes. La mañana en la que pensaban partir, se encontraron con un barco que se acercaba al puerto, dejando a una mujer que se acercaba a ellos en una barca. La mujer llegó buscando al Capitán Shen, y se presentó como Yana, enviada por el capitán Pierce Jerrell. Jerrell estaba interesado en que los aventureros tuvieran éxito en su empresa, así que les enviaba a Yana para que les sirviera de ayuda, y además les informó de que en unos días iba a partir un barco de Muelle Infierno con un cargamento de ron de Arronax Endymion dirigido a Cheliax, un ron excelente que sería una gran suma a la celebración de los personajes. Y mientras tanto, les contaba, de forma amigable, que había "tomado" la Roca de las Mareas, de la que se haría cargo para ayudar a los aventureros. Junto a Yana, los aventureros se dirigieron al lugar donde el mapa de Bikendi señalaba que se encontraban las ruinas sumergidas, y allí, utilizando pociones de respiración acuática, se sumergieron, encontrándose que sobre las ruinas había crecido un laberinto de coral, pero antes de poder acercarse, fueron atacados por una pareja de megalodones que les pusieron en una situación bastante apurada, con Vanderlay, Ron y Echidna sufriendo graves heridas, hasta que finalmente Yana y Pirkles utilizaron su magia para llevar a sus compañeros al coral, salvo Vanderlay, que llegó finalmente por su propia mano. Luchando contra los corales y la presión de las profundidades, consiguieron llegar a un pórtico que se abría al templo, encontrando Echidna una trampa mágica que Shen consiguió desactivar, adentrándose en el viejo templo cíclope, donde tuvieron que hacer frente a una peligrosa medusa zafiro que había convertido aquel lugar en su refugio. Tras conseguir acabar con la medusa, encontraron el alijo de Bikendi, protegido del agua por hechizos. Pirkles teleportó a sus compañeros al Maldición de Besmara, así como el tesoro obtenido, evitando a los megalodones, y volviendo a la Isla de los Ojos Vacíos. Allí comenzaron finalmente a proyectar la reconstrucción del fuerte, la construcción de un puerto y el abastecimiento para la fiesta, antes de partir en busca del Sonrisa del Bufón, al que debían interceptar en cuanto saliera de las Islas Rampore para quedarse con su cargamento de ron. 

Ron avistó finalmente el Sonrisa del Bufón, y Echidna fue lo suficientemente hábil como para adelantarse al otro barco y ponerse a su altura, dando inicio un rápido abordaje. Siguiendo su técnica habitual, el Capitán Shen asaltó el barco, atacando invisible a los guardias semiorcos que lo protegían. Pirkles y Ron se teleportaron invisibles a la nave, pero allí se encontraron con que su presencia no pasaba tan desapercibida como esperaban, ya que alguien les atacó con un relámpago, y luego Ron fue víctima de un conjuro de confusión que logró que los semiorcos le dejaran herido mientras Pirkles buscaba a quien había lanzado los hechizos, con poco éxito. Mientras, Echidna acudía en ayuda de Ron, con Yana y Vanderlay cubriéndoles. Y en el momento en que vencieron a los semiorcos, en la popa hizo su aparición un hombre, que se presentó como el capitán Fargo Vitterande, ofreciéndose a negociar con los piratas. Sorprendentemente, a Shen le pareció buena idea, aunque tuvo que ordenarles a Echidna y Yana (después de que esta eliminara el hechizo que había caído sobre Ron, que ya comenzaba a autolesionarse) que detuvieran sus ataques. Sin embargo, el comportamiento del capitán Vitterande era extraño, y Pirkles y Vanderlay pensaban que había algo más allí, hasta que Vanderlay se dio cuenta de que el hombre con el que hablaban podía ser una ilusión, lo que le llevó a encontrar al verdadero Fargo Vitterande, un hombre rata que se escondía en las jarcias. Sin embargo, la confusión no se redujo, pues salvo ellos dos, nadie conseguía descreer la ilusión ni ver al hombre rata, al que Vanderlay consiguió paralizar hasta que finalmente Pirkles acabó con su vida, acabando así con el hechizo de sugestión que afectaba a Shen y con la ilusión, y consiguiendo no sólo el botín de ron sino un nuevo barco con el que comenzar una naciente flota...

jueves, 21 de septiembre de 2017

LA QUINTA ESTACIÓN

La quinta estaciónLa quinta estación by N.K. Jemisin
My rating: 4 of 5 stars

He llegado a La Quinta Estación con el hype un poco alto, pero era inevitable después de todo lo que se ha hablado de esta obra de N.K Jemisin. Ya no es que los premios internacionales más prestigiosos de la fantasía la avalen, es que no he visto una sola crítica negativa sobre la novela. Y una vez leída, la verdad es que estoy de acuerdo con que es una novela sencillamente impresionante.

La Quinta Estación nos presenta La Quietud, un continente gigantesco en el que la actividad tectónica lo significa todo. Volcanes, terremotos y tsunamis marcan el día a día de un continente donde sólo existe una ciudad, Yumenes, y en el que el paso del tiempo viene marcado por las llamadas Estaciones, eventos masivos causados por la actividad tectónica, y que en muchas ocasiones han amenazado la existencia de la propia humanidad. Y en este mundo, existe un pequeño grupo de seres humanos con poderes sobre las propias placas, los llamados "orogratas" u "orogenes", capaces de causar o calmar todo tipo de movimientos sísmicos. Estos orogratas son vigilados, entrenados y utilizados por las instituciones de Yumenes y los llamados Guardianes para mantener bajo control la tectónica del Continente, aunque al mismo tiempo, son temidos y en ocasiones, tratados como infrahumanos.

Y en este mundo, de pronto, una fractura aparecer, cruzando buena parte del continente de Este a Oeste, provocando una gran destrucción y la amenaza de una nueva Estación. Y en esta situación, la autora nos trae las historias entrelazadas de tres mujeres: una joven orograta, una tetranillada del Fulcro y una madre que de pronto se encuentra con que su marido ha matado a su hijo y secuestrado a su hija, y decide partir en su búsqueda. A través de los ojos de estas mujeres, conocemos la Quietud, su historia y su sociedad, en una trama que borda la perfección y a la que no le pongo la quinta estrella porque la narración de algunas partes en segunda persona de indicativo en presente me ha resultado un poco tirante en algunos momentos.

Una gran novela.

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domingo, 17 de septiembre de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: LA ISLA DE LOS OJOS VACÍOS (VII)

Motivados por su éxito contra Shaija y sus guerreros, y viéndose en la necesidad de encontrar lo antes posible a Echidna, los aventureros decidieron continuar reconociendo las profundidades de Sumitha. Después de un nuevo encuentro con un grupo de seis cíclopes, se enfrentaron finalmente con el líder de los corruptos cíclopes de Sumitha, un peligroso cíclope salvaje que embistió contra Shen. Mientras el resto trataban de hacerle frente como mejor podían, el capitán se volvió invisible, infligiéndole dolorosas heridas, aunque los violentos golpes del cíclope pusieron en grave peligro al Capitán, aunque finalmente consiguieron deshacerse de él. La situación para ellos era tan grave que Pirkles planteó utilizar sus hechizos de teleportación para huir de Sumitha, volviendo más adelante a acabar con los cíclopes y rescatar a Echidna. 

Finalmente, decidieron continuar adelante, encontrándose con que su siguiente desafío eran dos cariátides animadas armadas con afilados alfanjes y capaces de destrozar las propias armas que se utilizaban contra ellas. Aunque Pirkles estuvo a punto de acabar con la vida de su compañero Ron para destruirlas utilizando una bola de fuego, finalmente consiguieron destruirlas, encontrándose por fin en lo que suponían que era el corazón de Sumitha. Allí se encontraron con una estancia ovalada completamente cerrada, dentro de la cual Pirkles percibía una poderosa magia pero a la que no podían acceder. Encontraron también una cámara de aislamiento sensorial y un almacén con un incienso mágico, que Vanderlay identificó como capaz de inducir a una ceguera temporal. Pirkles reconoció determinados rituales de introspección para los cuales se recurría a la privación sensorial, así que Ron y el Capitán Shen aceptaron utilizar el incienso para tratar de acceder a la sala. Con los dos hombres cegados, la pared que protegía aquella habitación ovalada desapareció, y los aventureros encontraron por fin a Echidna, que convertido prácticamente en una estatua, sostenía en sus manos la Piedra Onírica Inmortal que Bikendi les había enviado a encontrar. 

Istoreth, líder de los cíclopes corruptos de Sumitha


Pero la Piedra no estaba desprotegida, dos grandes cíclopes muertos vivientes la defendían, y además la propia piedra parecía emitir radiación negativa, que alcanzó a Shen y Ben, dejándoles debilitados. Vanderlay obtuvo la piedra con un sirviente invisible, lo que liberó a Echidna, que consiguió curar a sus compañeros lo suficiente como para que comenzaran a intentar huir. Mientras Pirkles trataba de poner a salvo al Capitán, Echidna y Evania resultaron cegadas, y la druida gravemente herida, de modo que Vanderlay y Pirkles organizaron la huida de Sumitha. Mientras el bardo guiaba a Evania y Shen, Pirkles consiguió alcanzar a Echidna y Ben, teleportándoles al patio del fortín chelio en el sur de la isla, para volver luego a Sumitha, donde Vanderlay hacía frente a los cíclopes para mantener a salvo a Evania y Shen, hasta que los tres fueron también teleportados por Pirkles, con Vanderlay llevándose la Piedra. 

Esta vez el hechizo del mediano fue más certero, y consiguieron aparecer en la sala subterránea del fortín, donde se habían encontrado con el mago Bikendi Otongu, que reapareció en cuanto sintió la presencia de la piedra. Bikendi necesitaba un cuerpo mortal para poder lanzar su hechizo, así que Shen aceptó ser voluntario, a pesar de la desconfianza de Pirkles. Pero finalmente Bikendi consiguió lanzar su hechizo, llevando su espíritu al plano de los sueños y acabando con la maldición que había caído sobre el fortín al frustrar los cíclopes su último intento de conseguirlo. Con Bikendi finalmente libre, los aventureros se encontraban en posesión del fortín y de los tesoros que el ilusionista y los suyos habían custodiado allí dentro... 

domingo, 10 de septiembre de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: LA ISLA DE LOS OJOS VACÍOS (VI)

Agotados y heridos por el combate con la Madre Negra, los aventureros se dieron unos momentos de descanso mientras Echidna, Evania y Vanderlay utilizaban sus habilidades de curación, y aunque se plantearon la posibilidad de descansar allí más tiempo, la posibilidad de que la Madre Negra pudiera volver en algún momento les espoleó a seguir investigando. Tras encontrar algunos edificios vacíos y que hablaban de una Sumitha mucho más civilizada tiempo atrás, Echidna y Vanderlay comenzaron a escuchar una extraña voz que les hablaba y les pedía ayuda, y que afirmaba provenir del agua. Pensando que se podía tratar de algún tipo de criatura que estuviera en la fuente central de Sumitha, emboscaron a dos cíclopes que hacían guardia y tras acabar con ello se acercaron a la fuente, que resultó ser un profundísimo pozo ocupado por una marid llamada Vaelia, una "genio" a la que los Cíclopes de Gol-Ghan habían atado muchos siglos atrás, quizá milenios, y que les rogó por su libertad. Vanderlay se comprometió a utilizar su deseo para liberarla, pero antes de hacerlo, decidieron pedir sus propios deseos. Shen y Pirkles se apresuraron a pedir sus deseos, mejorando uno su destreza y el otro su carisma, mientras que, tras sopesar durante un tiempo pedirle a Vaelia que devolviera a Trufa a la vida, finalmente Evania solicitó a la marid que levantara la maldición del Árbol del Dolor que acosaba a Echidna, y este finalmente decidió pedir que la marid pusiera la Piedra Onírica Inmortal que Otongu les había pedido en sus manos. De algún modo, Vaelia hizo desaparecer a Echidna, diciéndoles que le había concedido exactamente su deseo. Aún así, Vanderlay liberó a la marid, y decidieron seguir explorando lo más rápido posible para encontrar a su compañero perdido. 



Después de descartar alguno edificios y evitar el comedor de los cíclopes, fueron emboscados por un grupo de gárgolas exploradoras que se había adueñado de una de las terrazas de Sumitha. Aunque recurriendo a la invisibilidad consiguieron desconcertarlas y finalmente acabar con ellas no pudieron evitar que una de ellas volara hacia otra parte de la ciudad, donde sin duda avisaría a los Cíclopes de su presencia allí. Tras acabar con las gárgolas, siguieron el camino de la que había huído, adentrándose en una caverna donde se encontraron con que Shaija, la maestra guerrera de los cíclopes les estaba esperando junto a otros cuatro guerreros. Recurriendo de nuevo a la invisibilidad, consiguieron hacerles frente, aunque los destellos de clarividencia de los cíclopes les ubicaron en algunos momentos, haciéndoles sentir en peligro, aunque finalmente consiguieron acabar con Shaija y sus seguidores... 

lunes, 4 de septiembre de 2017

ÁGUILAS Y CUERVOS

Águilas y cuervosÁguilas y cuervos by Pauline Gedge
My rating: 3 of 5 stars

La verdad es que a lo tonto me ha costado un mes terminar el libro, y no porque se haga pesado o porque no me enganchara, sino porque parece que me ha costado encontrar el pulso que me enganchara. La verdad es que lo tiene todo para molar: romanos y britanos en guerra. Y es que Águilas y Cuervos se centra en la guerra de conquista por Britania por parte de los romanos en los tiempos del emperador Claudio, en un momento en el que las Galias ya eran una posesión romana y las fronteras continentales estaban perfectamente definidas en el eje Rin-Danubio. Águilas y Cuervos comienza contándonos la historia de Caradoc y Togodumno, los hijos del rey de los catuvelaunos, Cimbelino, un rey belicoso y manipulador, amigo de los romanos con los que mantiene un comercio fluido desde su capital de Camulodunom, arrebatada a sus enemigos, los trinobantes. A ellos se une Aricia, princesa de los brigantes y pupila de Cimbelino, que supone un punto de tensión entre ambos hermanos y que demostrará ser toda una espina para ellos en el futuro. Pero tras la muerte de Cimbelino, el emperador Claudio decidirá tomar el control de Albión, de modo que las tribus pronto tendrán que enfrentarse a ellos o someterse.

Alrededor de esta decisión se estructura la trama de la novela, con los diversos personajes oponiéndose o colaborando con Roma, y tres personajes históricos convirtiéndose en la espina vertebral del libro, los tres principales opositores a Roma en los tiempos de la conquista de Britania: Caradoc, Venutio y por supuesto, la casi legendaria Boudica, que curiosamente pese a presidir la portada y la sinopsis del libro, ocupa apenas las cien últimas páginas del libro, cuyo protagonista principal es Caradoc.

La verdad es que a pesar de sus más de 800 páginas, hay puntos en los que se me ha quedado un poco corta, hay personajes importantes (Venutio, Aricia) cuyo final no queda claro, aunque lo cierto es que la novela es una crónica muy representativa de como pudieron ser los últimos días de Albión antes de convertirse en la Britania Romana.



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