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domingo, 12 de noviembre de 2017

CALAVERAS Y GRILLETES: EL PRECIO DE LA INFAMIA (IV)

Después de rechazar el ataque de los brykalakas del Maldición de Besmara, los aventureros pensaron que tenían que replantearse sus métodos de acercamiento a la isla. Finalmente, decidieron que serían Vanderlay, Echidna, Ron, Yana y Pirkles los que desembarcaran, mientras que el Capitán Shen continuaría a bordo del barco, sin detenerse y protegiéndolo de los brykalakas. Así, liderados por Vanderlay, el resto de los aventureros volvieron a desembarcar en la playa y se adentraron en la isla, siguiendo el camino que habían atisbado en la ocasión anterior. Echidna rastreó el camino, encontrando algunas huellas que parecían humanas y se adentraban en la selva. Decidieron seguir el rastro y tras pasar una noche durmiendo al raso y rechazar el ataque de un grupo de simios terribles, al día siguiente consiguieron dar con el lugar del que venían las huellas, una pequeña aldehuela donde un grupo de náufragos les esperaba armados con ballestas. Después de que Pirkles utilizara Sugestión con la líder de los náufragos, Vanderlay pudo ponerles de su lado con una magnífica narración de sus aventuras. Los náufragos, liderados por Alise Grogblud, resultaron ser la tripulación del Quilla, que había muerto al poco tiempo de llegar a la isla, convertido por los brykalakas en un lacedón. Desde ese momento, los náufragos habían perdido a varios de los suyos, pero habían descubierto que los brykalakas se llevaban los barcos que capturaban a un refugio en la isla menor.  Además, Alise les habló de una fuente con extrañas capacidades situada al norte de la isla, y unos extraños ídolos al sur. Dispuestos a explorar la isla antes de dirigirse al cementerio de barcos, se pusieron en marcha hacia el sur mientras los náufragos se preparaban por fin para abandonar la isla en el Maldición de Besmara. 



Los aventureros se pusieron en marcha hacia el sur de la isla, y tras un largo tiempo de camino, llegaron finalmente a los ídolos de los que Alise les había hablado. Pirkles identificó en ellos vieja magia de adivinación que probablemente sirviera para que milenios atrás los navegantes pudieran encontrar siempre aquel lugar, pero el hechicero también se dio cuenta de que el lugar estaba protegido por un constructo invisible y semimecánico armado con dos espadas bastardas que brillaban con magia. Los aventureros se prepararon para enfrentarse a él, tratando de cargar a Ron con todos sus escudos y ayudas para que hiciera frente al constructo, y sería Yana quien lo atacaría, activándolo y haciendo que corriera hacia ellos. En cuanto se puso en marcha, se dieron cuenta de que quizá no habían medido bien sus posibilidades, pues el constructo resistía sus conjuros, era difícil de dañar y no encontraban magia que disipar. La magia del constructo paralizó a Ron, que quedó indefenso y fue muerto por la criatura, momento en que el resto decidieron huir. En cuanto se alejaron de los ídolos, Vanderlay pudo ver como el constructo volvía a ocupar su lugar, desapareciendo. Aturdidos por la muerte de Ron, se dirigieron hacia la fuente, un lugar mágico cargado de energía del bien que Vanderlay identificó como perteneciente a la diosa Farasma, y que les ayudó a curarse de sus heridas, convirtiendo sus armas en azotes de muertos vivientes. 

Junto a Alise Grogblud, utilizaron el Sombrero de Besmara de Vanderlay para dirigirse al cementerio de barcos, situado en una hendedura en la piedra de la isla, y donde pudieron ver cuatro veleros aún útiles y a los que les habían cortado los mástiles, entre los que se encontraba el navío de El Quilla. Allí fueron atacados por cuatro brykalakas que les pusieron en serios aprietos mientras intentaban subir a la barca, hasta que Pirkles utilizó un pergamino de controlar las aguas para llevarles a uno de los barcos, donde se hicieron fuertes. Mientras Yana y Echidna canalizaban energía positiva contra las criaturas, Pirkles utilizaba su magia contra ellos, y Vanderlay y Alise las atacaban con una de las balistas de a bordo. Al final, consiguieron derrotar a los brykalakas y hacerse con el botín de los barcos, encontrando entre otras cosas el diario de El Quilla, que incluía un mapa de una parte de la fortaleza de Harrigan... 

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