No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

viernes, 28 de enero de 2011

ANTERIORMENTE, EN LAS CRÓNICAS DE TRANSILVANIA...

          

  Como algunos ya sabéis (especialmente los que estáis jugando), con mi grupo de rol estoy volviendo a jugar la que para mí es la mejor crónica de Vampiro: Edad Oscura, las Crónicas de Transilvania, en lo que hemos llamado “La Versión del Director”; ya que uno de los jugadores ya las jugó otra vez que las dirigí (realmente, con esta, van tres…), y bueno, voy a hacer varios añadidos sobre la historia que en su día propusiera White Wolf, con otros módulos que ellos publicaron (La Amarga Cruzada, Bajo la Negra Cruz o Fuentes de Rojo Carmesí) y algunos de creación propia. Como mi intención es ir contando aquí el desarrollo de cada partida, para que quede reflejado para la posteridad, hay que hacer un resumen de lo ocurrido hasta el momento…

            La historia comenzó en 1198, cuando un grupo de cuatro neonatos (un mercenario Lasombra italiano, Pier Francesco Orsini; un monje Obertus Tzimisce, Mihail Pahlevitch; un trovador Toreador procedente de Francia, Antoine Henri; y una Tremere procedente de Praga, Raquel bar-Seraph) son reunidos por sus sires en Buda-Pest, y tras escuchar los desvaríos del profeta Malkavian Octavio sobre el advenimiento de los Ocho Signos de la Gehena y rescatar de una venta de esclavos a una mujer llamada Sherazina Basarab, los neonatos consiguieron hablar finalmente con sus Sires en el castillo de Buda. Allí, fueron puestos al servicio de uno de los grandes líderes de los Ventrue, Jurgen von Verden, el chiquillo favorito del propio Hardestadt, príncipe de Magdeburgo y señor de la Orden de la Cruz Negra.
            Jurgen von Verden estaba interesado en extender su dominio a Hungría oriental, la zona llamada Transilvania, como parte de su conflicto con un poderoso señor Tzimisce, el voivoda de voivodas Vladimir Rustovitch; y para ello, quería construir un castillo en un lugar importante de Transilvania, el Paso de Tihuta (un paso natural en los Cárpatos). La construcción del castillo fue encomendada a los personajes, que partieron hacia el Paso, sufriendo en el camino el ataque de un belicoso Gangrel, el príncipe de un dominio vecino, Mitru de Klausenburg, tuvieron que aceptar la ayuda de un diplomático Tzimisce bizantino, Myca Vykos, que les ayudó a llegar al dominio del que sería su vecino más importante, el también Tzimisce Radu de Bistritz. Tras varios inconvenientes y llegar a un nuevo acuerdo por el que quedaban en deuda con Vykos, y tras encontrar una vieja biblioteca con unas tablillas en un idioma olvidado entre las ruinas ayudados por un par de viajeros errantes, la Lasombra Lucita y el Malkavian Anatole; consiguieron construir el castillo en el Paso de Tihuta con los planos del célebre arquitecto Nosferatu Zelios. La misión se dio por concluida con éxito, y como recompensa, los personajes consiguieron el dominio sobre el castillo que habían construido y sobre tres de las siete poblaciones que formaban el llamado Siebenburgen transilvano, las Siete Ciudades.
            Mientras se hicieron con el control de sus nuevos territorios, llegó el año 1202, y con él, la organización de una nueva cruzada, la que sería la Cuarta Cruzada. Lord Jurgen quería tener unos agentes propios como observadores, y recurrió a los personajes, que acudieron a Venecia, el dominio del Arzobispo Narsés, Patriarca de Nod y líder de la Herejía Cainitia. Allí, se vieron envueltos en las intrigas entre los Ventrue (que pretendían dirigir la Cruzada hacia Egipto) y los Lasombra (cuyo objetivo era Palestina), y tras descubrir que los Seguidores de Set se habían infiltrado en la delegación Ventrue (el objetivo de los Setitas era dirigir la Cruzada a Egipto, dominado en aquellos momentos por los Assamitas; de modo que ellos pudieran recuperar sus dominios ancestrales), los Lasombra se consideraron vencedores… pero fueron los simples mortales quienes marcarían el destino de la Cruzada. Los venecianos se habían comprometido a transportar a los Cruzados, pero los métodos de pago no estaban acordados, de modo que los venecianos convencieron a los Cruzados de ayudarles a resolver un “pequeño problema” que tenían con una ciudad situada en la costa de Dalmacia, y de la que Venecia era un enconado rival comercial: la ciudad de Zara.
            Cuando los personajes llegaron a Zara, se encontraron con la una tensa convivencia entre cruzados, venecianos y zarayos, aún más complicada en el caso de los Cainitas por la presencia entre los cruzados de un célebre cazador de vampiros llamado Gauthier de Dampierre, entre cuyos méritos estaba descubrir y quemar un monasterio Obertus en la proximidades de Zara. La tensión estaba creciendo, ya que alguien estaba atacando los centros de almacenaje y los pozos de la ciudad, reduciendo cada vez más los suministros disponibles. El Malkavian Gari, príncipe de Zara, acudió a los personajes para pedirles ayuda y que encontraran al culpable de esos ataques, de apariencia sobrenatural y que violaban el Silencio de la Sangre; y estos, tras negociar con él, descubrieron que todo era obra de una Tzimisce llamada Erzebet Toth, enviada allí por su padre, el boyardo Bodor Toth, señor de un domino transilvano, con el objetivo de vengar la muerte de su hermano Farkas en el monasterio Obertus. Decididos a negociar con Bodor Toth, y acompañados de nuevo por Myca Vykos, el Lasombra Pier Francesco y el Tzimisce Mikhail Pahlevitch se dirigieron al dominio de los Toth en Transilvania, llevando a Erzebet como rehén. Allí, se encontraron metidos en un conflicto secular entre el boyardo Bodor Toth y un poderoso voivoda, el Tzimisce Koban, poniéndose de parte de los Toth en el conflicto. Gracias en parte a las argucias de Pier Francesco Orsini (que puso una trampa en el propio pueblo de Toth que diezmó las tropas de Koban) y a las manipulaciones diplomáticas de Vykos, Koban se retiró, y Bodor Toth se comprometió con los personajes a interrumpir su vendetta contra los Cruzados y Zara. Sin embargo, a su regreso, se encontraron con una sorpresa: los Cruzados habían arrasado Zara, y habían emprendido el camino, espoleado por los venecianos, a un sorprendente destino: la propia ciudad de Constantinopla.

            Intenso, ¿no? Pues aquí viene el… CONTINUARÁ…

9 comentarios:

LgA dijo...

¿como que idioma desconocido? era el tablillo de toda la vida.
Yo recuerdo mis primeras cronicas de transilvania mucho mas intensas y sobre todo rapidas, q vinieron a durar hasta que radu de vistria nos mato a mi y al bocas de mi compañero tremere.... en el minuto 5 de partida.
Pero las segundas... con esa defensa de toth, ya epica, ente wilhen y sidgur, el elaborado plan del toreador (pinchito vogth) de esconder a un niño q acabaria muriendo de hambre.
Q recuerdos... viva la wilhemfalia! he dicho.

Alarico dijo...

Aprendí tablillo porque así sería indispensable, lo admito xD. No te olvides de Dampierre, el puto Dampierre... llegaste a darle un flechazo, no?

Tomás, sé bueno y dales oportunidad para matarlo esta vez, que nosotros nos quedamos con las ganas jajaja. Va a haber apariciones estelares!? Del tipo: la estaca se clava en tu piel... está llegando al corazón, cuando la cabeza de tu atacante rueda por el suelo. Detrás hay un caballero de más de dos metros que te sonríe, mientras un niño te quita la estaca y un gangrel suelta espumarajos por la boca.

Molaría xD

Esvestrof dijo...

Se esta clavando la estaca en tu pie? no podrias hacer eso porque el hombre aun se mueve solo eras capaz de darles cuando estaban en el suelo moribundos. Asique indispensable.....porque no le mate? porque? XD
Buena ahora con estos resumenes ya sabes que esta es la ultima vez que narras estas cronicas porque se va a poder ver toda la partida y no todos disimulan tambien como yo XD
Aunque quiero mi 8ª para diablerizar!!!

Tomás Sendarrubias dijo...

¿No os acordáis de que a Dampierre le matasteis vosotros mismos... pero en la partida de los embajadores de El Cairo en París?

¿O igual ya nos habías traicionado, rey godo? Je, je ,je.

No hay octava que valga, macho. A currarse las subidas de generación.

Alarico dijo...

Pse, yo no era, lo manejabas tú... mis personajes son leales hasta la muerte. Pedro, no hablo de rematar, hablo de quitar la estaca!

Todos me odiáis por ser... especial xD

Tomás Sendarrubias dijo...

Sí, una de esas personas taaan especiales a las que Dios quiere tanto...

Mwah ha ha...

Alarico dijo...

Touché.

Pobrecito yo... si en el fondo al me teníais que querer. Si no nunca hubierais ido a mi macrofiesta. Maldita macrofiesta.

Tomás Sendarrubias dijo...

¿¿Macrofiesta?? Si,los embajadores franceses quedaron encantados... y cuando montaste la justa...¿qué pensaste que era aquello,una rave?

Thanos_Malkav dijo...

¡Primera crónica leída! Como se nota que la partida la dirige un historiador... que lío de nombres y lugares :S

Eso si, ya me están entrando ganas de jugar :)