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domingo, 14 de agosto de 2016

RAVENLOFT: LAS RAÍCES DEL MAL, CAPÍTULO FINAL.

A toda prisa y espoleados por los eventos que habían ocurrido el día anterior en el Castillo Ravenloft, con la muerte del Rey Barov y el secuestro de la Reina Kristiana, los aventureros siguieron los ojos de la Filacteria de Azalin y se dirigieron hacia Vallaki, En el camino, en el paso de Svalich, se encontraron con una Conjunción que les hizo ser atacados por varias entidades, una banshee, huecuvas, ghouls y momias. La magia de Balduin les permitió adelantarse, dejando atrás a tan peligrosos enemigos, para ir a caer a las dudosas manos del propio Inajira, que se presentó ante ellos como un aliado. Inajira les explicó que él era un intermediario entre poderes, y que Strahd le había engañado muchos siglos atrás, reteniendo su Libro de Mantenimiento, donde se recogían los contenidos de todos sus contratos, y sin los que no podía volver a su hogar, en el plano de Gehenna. Inajira les ofreció su ayuda a cambio de que recuperaran para él su Libro de Mantenimiento, a cambio de lo que les devolvería a la Reina Kristiana, Aunque los personajes se opusieron en principio, ya que realmente él se había llevado a la Reina, Inajira se mostró como un poderoso aliado, especialmente cuando Strahd hizo su aparición. Mientras los aventureros se oponían a Strahd, sus nuevos aliados Barovianos, Thormurray y Anebroun, se enfrentaban a Inajira, hasta que este fue expulsado de allí por una palabra de mando de Strahd. El Lord Vampiro les pidió una tregua, pues les necesitaba como aliados. Strahd les mostró su deseo de volver a Ravenloft, donde era un auténtico señor todopoderoso, y para ello, debía ayudarles a debilitar la Gran Conjunción. Para ello, Strahd les indicó que debían encontrar a Azalin, escondido en Vallaki, y convencerle para que volviera a enviarles atrás en el tiempo, para evitar que él llevara a cabo su pacto con Inajira. Según Strahd, aquello podría tener dos posibles consecuencias: o bien desharía la Gran Conjunción, o incluso cambiaría toda su historia, al evitar que él creara Ravenloft. Para ayudarles, le entregó a Anebroun un pergamino con un hechizo que escondería la Filacteria de Azalin de los ojos del cadáver, para que pudieran presionar al archiliche. Además, les confió la palabra de mando que hacía desaparecer a Inajira, pero que sólo se podía utilizar una vez. 

Cerrando un extraño pacto con Strahd, regresaron a Vallaki, donde siguiendo los ojos de la Filacteria, encontraron el refugio de Azalin en un mausoleo del cementerio de la iglesia en la que Balduin había estado poco antes. Anebroun les convenció de realizar el hechizo de Strahd, y ante sus sorprendidos ojos, la maga desapareció, llevándose con ella la Filacteria. A pesar de desconfiar de ella, siguieron adelante. Berenice consiguió abrir las puertas, y se adentraron en el refugio de Azalin, bajo el cementerio. Allí tuvieron que hacer frente a algunos muertos vivientes, varias trampas y un acertijo que les llevó a rememorar todas las profecías que habían vivido en Ravenloft, teniendo que hacer frente a Zombies, Momias, Hombres Lobo, Fantasmas y Vampiros. Finalmente, se enfrentaron al propio Azalin, que acabó con Thormurray, aunque no tardarían en descubrir que era un falso Azalin, solo una ilusión. Tuvieron varios encuentros con más ilusiones y trampas del Archiliche, hasta que finalmente dieron con el verdadero Azalin, que de nuevo, quiso hacer un pacto con ellos. A cambio de la Filacteria, les entregaría el Amuleto de los Raven y el Icono de Ravenloft. Sin embargo, ellos ya no disponían de la Filacteria, y además, necesitaban que Azalin les enviara al pasado, así que le forzaron a hacerlo utilizando su verdadero nombre, que habían descubierto en el Castillo Avernus, en Darkon. Al llamarle "Firan zal´Honan", Azalin tuvo que someterse, y accedió a enviarles al pasado, para darles posteriormente los dos símbolos de Ravenloft, y recuperar su Filacteria. 






Tras descansar, se sometieron a la magia de Azalin, que les envió atrás en el tiempo, hacia el momento en el que Strahd había firmado su pacto con Inajira. Allí aparecieron, ocupando el cuerpo de varios soldados de Strahd en su lucha contra sus enemigos, en los momentos previos a una batalla. Y sobre la tienda de Stahd, pendían las nubes de tormenta de Inajira. Se dirigieron hacia allí, y aunque trataron de convencer a lsos guardias de que les dejaran entrar, finalmente tuvieron que hacerlo por la fuerza. Mientras Berenice, Kenzi, Balduin y Ronna morían en el exterior, Ezekiel y Ailyn consiguieron entrar en la tienda, encontrándose con el momento en el que Strahd se disponía a firmar en el Libro de Mantenimiento de Inajira. Ailyn pronunció la palabra de poder que Strahd les había confiado en el futuro, haciendo que el demonio desapareciera y que Strahd volviera sus iras contra ellos. Ezekiel fue asesinado mientras trataba de tranquilizar a los hombres del Conde,  y finalmente, Ailyn fue ejecutada por el propio Strahd, de modo que todos volvieron a su tiempo, dejando parte de su fuerza vital en el pasado. 

De vuelta a su tiempo, se encontraron con un agotado Azalin, que les entregó el Medallón de los Raven y el Icono de Ravenloft, incapaz de defenderse, por lo que Kenzi lo destruyó antes de volver al exterior, encontrándose con que la Gran Conjunción se había asentado. Decididos a averiguar qué se había torcido, cabalgaron a toda prisa hacia el Castillo Ravenloft, donde bajaron hasta las criptas para buscar el Libro de Mantenimiento de Inajira. Allí, en la cámara inferior de los sepulcros de los señores de Barovia, se encontraron con un Strahd sonriente, ya que ellos habían asentado la Gran Conjunción, cumpliendo finalmente todas las profecías de Hyskosa. La Gran Conjunción no podría ya deshacerse, y les ofreció la Filacteria de Azalin, que tenía su discípula Anebroun, a cambio de los objetos que habían conseguido de Azalin. Se negaron a entregárselos, aunque la magia de Anebroun estuvo a punto de hacer que Berenice se los entregara. Sus compañeros lo evitaron, y aunque Strahd despareció, Kenzi disparó a Anebroun, que malherida se teleportó a salvo, dejando a los aventureros en las profundidades del castillo. Decididos a encontrar el libro, siguieron el instinto de Balduin, que les llevó hacia una de las bóvedas, donde quizá guiados por los dioses, encontraron la caja en la que se encontraba el Libro de Mantenimiento. Berenice le entregó el Icono y el Medallón a Balduin, que utilizó el medallón para abrir la caja y tomar el libro. Pero al salir de la bóveda, se encontraron con que Strahd les esperaba, junto a un ejército de criaturas sobrenaturales. Después de que Ezekiel muriera tras el ataque de varias entidades, y ante la vista de una muerte segura, Balduin cedió y ante la sorpresa de sus compañeros, entregó el Medallón de los Raven a Strahd, que a su vez, lo hizo llegar a Anebroun. Y después, ordenó que los mataran a todos. 

Berenice utilizó sus poderes para escalar por las paredes alejándose de la batalla, mientras Balduin caía ante las entidades, y Ronna y Ailyn trataban de hacer frente al resto de las criaturas de Strahd. Kenzi disparó a Anebroun, acabando con ella, lo que permitió que Berenice recogiera del cuerpo muerto de la maga el Medallón y la Filacteria. Berenice utilizó el amuleto de los Raven, que bañó en luz solar a Strahd y sus aliados, haciéndoles retroceder y dañándoles,  en el momento en el que Inajira hizo su aparición, llevando con él a Kristiana. Sin distinguir ya entre amigos y enemigos, Kenzi atacó a Inajira, y la Reina Kristiana les indicó que debían tocar el Libro con el Medallón. Kenzi recuperó el Libro y el Icono del cadáver de Balduin y corrió junto a Berenice. Así, unieron el Libro de Mantenimiento de Inajira al Medallón de los Raven, destruyendo el Libro. Strahd comenzó a retirarse para organizar una nueva defensa contra Inajira, que furioso, atacó a Kenzi, Ailyn y Ronna. El pistolero consiguió liberar a la Reina Kristiana, que utilizó sus poderes para devolverle la vida a Balduin, mientras Berenice veía como de la Filacteria escapaba el alma de Azalin, que animó a uno de los cuerpos muertos de las bóvedas. Azalin llamó a Strahd en contra de los aventureros, ya que estos aún podían destruir la Gran Conjunción, pero Inajira se volvió contra ellos: si él no podía volver a casa, nadie lo haría. Así, mientras Inajira se enfrentaba a Stahd y Azalin, Kenzi, Ailyn, Ronna, Balduin y Kristiana salieron de la sala, con el cuerpo de Ezekiel, al que la Reina también consiguió devolver la vida. 

Mientras el castillo amenazaba con colapsarse, Berenice consiguió llegar hasta el Altar de Ravenloft, y corrió para poner sobre él el Amuleto de los Raven y la Filacteria de Azalin, los símbolos del bien más resplandeciente y el mal más aterrador, y su poderosa magia desatada provocó que las Nieblas regresaran, invadiendo el castillo y llevándose a todas las criaturas malignas a su encierro en el Semiplano del Terror. Los ruidos de lucha desaparecieron mientras los aventureros encontraban a su compañera Berenice arrodillada junto al altar, con la Filacteria reducida a cenizas y el Medallón aún resplandeciente. Se vovió al escuchar llegar a sus compañeros, y cuando vio vivo a Balduin, corrió a abrazarlo, pues lo consideraba perdido Jirones de niebla aún les rodeaban en la Barovia terrenal, cuando Strahd hizo su aparición, llamando a su amada Tatyanna, y la reina Kristiana estuvo a punto de responder, y lo habría hecho de no haberla detenido los aventureros, mientras las brumas se llevaban a Stradh de vuelta a Ravenloft...

Finalmente, habían conseguido detener la Gran Conjunción, el mal contenido en Ravenloft volvió a su prisión, retirándose de todo el Multiverso, y las Nieblas llegaron para recoger a los aventureros y llevares... quizá a su mundo... quizá a otra aventura... 

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