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domingo, 25 de febrero de 2018

CALAVERAS Y GRILLETES: DESDE EL CORAZÓN DEL INFIERNO (III)

Después de acabar con los reyes draugr de las ruinas del templo de Besmara bajo Fuerte Obstáculo, los aventureros se dieron unos breves minutos para descansar y recuperarse de las heridas sufridas en manos de los muertos vivientes, antes de seguir a través de la puerta secreta que habían encontrado en uno de los brazos de las tumbas excavadas. El Capitán Shen se adelantó para explorar el túnel, seguido por el resto de los aventureros, hasta que encontraron la salida del túnel en un panel oculto que se abría a lo que había sido un salón... donde por fin encontraron al Golem Cañón de Kerdak Puño de Hierro. Shen y Yana se lanzaron al combate con la criatura, que les demostró el poder destructivo del cañón que portaba, mientras Vanderlay y Echidna permanecían en la retaguardia y Emily y Pirkles convocaban erinias y tigres gigantescos para atraer la atención del guardián. Finalmente, con la ayuda de las criaturas, consiguieron acabar con el golem, aunque a costa de hacer temblar todo Fuerte Obstáculo con los ruidos de su cañón.  



Tras derrotar al gólem, decidieron continuar buscando a Kerdak Puño de Hueso, adentrándose en un amplio pasillo que resulto convertirse en una peligrosa trampa cuando las puertas de una de las salas se cerraron a cal y canto, activándose una máquina que movía grandes cuchillas por toda la habitación, mientras un de francotiradores les atacaba con virotes de fuego desde los laterales, protegidos tras estrechas saeteras. Shen se alzó por encima de las cuchillas para tratar de desactivar el mecanismo, mientras Pirkles se teleportaba junto a Echidna, Vanderlay y Emily a una sala cercana... aunque salieron de la sartén para caer en el fuego, pues activaron una trampa de fuego de alquimista. Finalmente, Pirkles se teleportó junto a sus compañeros al gran salón donde habían derrotado al golem, mientras Yana hacía lo mismo, reuniéndose los cinco allí para hacer frente a un cuerpo de alquimistas procedentes de los pasillos que llevaban a Fuerte Obstáculo, mientras Shen trataba de anular la trampa y abrir las puertas. Después de sufrir los efectos de las bombas de los alquimistas durante unos instantes y antes de que hicieran su aparición los francotiradores procedentes de los pasillos que bordeaban las salas con las trampas (Shen estaba invisible, con lo cual tenían problemas para acertarle), Vanderlay utilizó un ataque sónico que rompió todos los frascos que llevaban los alquimistas, obligándoles a pasar al combate cuerpo a cuerpo con sus guanteletes armados, mucho menos eficaces que sus bombas de ácido. Pudieron poner en fuga a varios alquimistas y francotiradores y acabar con el resto antes de que Shen saltara el mecanismo de cierre de la puerta, acabando con el último de estos. Utilizando los pasillos de los francotiradores, bordearon las salas con trampas y salieron del recinto a un complejo de grandes cuevas, donde ya podían oler y sentir el mar cerca. 

Se encontraron ante un embarcadero con una pinaza que se abría a un brazo de mar de aguas oscuras, y protegido por un fortín. Los aventureros intentaron desplazarse de forma sigilosa, separándose en dos grupos: Vanderlay y Yana en el Sombrero de Besmara, y el resto en la pinaza, aunque no pudieron evitar atraer la atención de Huesos de Salmuera, un dracocadáver que protegía aquel lugar, y que se lanzó al ataque de los ocupantes de la pinaza, de la que Shen huyó a tiempo de reunirse con Vanderlay y Yana en una pequeña playa cercana. Emily convocó un calamar gigante para trabar a Huesos de Salmuera, mientras Yana y Echidna utilizaban sus artes para canalizar energía positiva para dañar al dragón, aunque finalmente sería Pirkles quien acabaría con el monstruo, consiguiendo reducirle a cenizas con un poderoso hechizo de desintegrar, lo que hizo que la criatura estallara en una gran explosión eléctrica. Su lucha no había pasado desapercibida en el fuerte, que tocó las campanas para avisar del asalto, así que los aventureros, reunidos en la estrecha playa, tuvieron que hacer frente a un cuerpo de hombres tiburón, dirigidos por el capitán Horrus Dienterroto, que centraron sus ataques en Shen, Echidna y Pirkles, aunque finalmente, apoyados por Vanderlay, Yana y el calamar de Emily, consiguieron acabar con los hombres tiburón, aunque no sin consecuencias. 

Pirkles se había contagiado de la licantropía debido al mordisco de uno de los hombres tiburón.

Y sin duda, Kerdak Puño de Hueso ya sabía que estaban allí...


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